En Negreira ponen coto a los jabalíes instalando mallas en los cierres de las fincas

Los agricultores continúan plantándole batalla a la amenaza que supone el jabalí en esta época del año para sus plantaciones de maíz. Pero en la parroquia negreiresa de Xallas y en algunas fincas de la chaira de O Corzán, el esfuerzo realizado la pasada primavera instalando vallados seguros que impidan campar a sus anchas a la numerosa cabaña de jabalíes parece haber dado resultado, al menos por ahora.

En la parte baja de Xallas, cuatro agricultores unieron sus fuerzas para poner a buen recaudo sus plantaciones frente a la plaga de alimañas. Marcelino Pedrares es uno de ellos y no esconde su satisfacción, comedida, por cuanto la medida parece ser efectiva. «Pensamos que unindo as forzas poderíamos conseguir frear os ataques e de momento a cousa funciona», apunta este vecino, cansado al igual que el resto de colocar alambradas eléctricas o hacer guardias nocturnas para evitar el ataque de los jabalíes.

Estamos ante un cierre de un metro y diez centímetros de altura, bien asegurado, que ronda los mil metros de longitud. «Creemos que é unha boa solución e que está permitindo que o millo medre sen problemas», cuenta Marcial Leis, aunque uno y otro quieren optar por la cautela, quizás conscientes de que no deben cantar victoria hasta que termine la temporada, allá por el mes de septiembre, y las máquinas entren en sus fincas para el ensilado del alimento estrella en la dieta del ganado vacuno.

Preocupación por el frío

Entramos con Pedro Calvo, técnico-comercial de la Cooperativa Xallas, en una de las fincas del Corzán que él mismo se encargó de asesorar en cuanto a los pasos a realizar y donde se observa como la cosecha crece a un ritmo menor que otros años. La razón radica en un mes de junio «moi húmido e con temperaturas máis baixas do normal para o verán», lo cual ralentizó el crecimiento de la planta. Con todo, apunta que «o millo mellor tratado é o que está crecendo máis forte, porque a crave está nun bo preparado das terras cun caleado bo e terlle os Phs a terra, e sobre todo en sacarlle as malas herbas, e despois o tempo, do que dependemos moito, porque nas zonas húmidas a planta está moito peor que nas partes máis secas, por unha cuestión de que as temperaturas este ano están sendo máis baixas», explicó.

Pedro señala que estando a mediados de julio el maíz debería tener entre treinta y cuarenta centímetros más de altura, porque apenas lleva dos meses sembrado. Otra cuestión clave, añade, es que el maíz «tire sempre para arriba, porque se lle veñen paróns de frío ou se lle tocas co herbicida, para volver a arrincar é moi complicado para a planta». Ahora, lo único que necesita es sol y calor para que la planta se desarrolle al máximo.

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