El conselleiro de Industria lamenta que la ministra «rache» la colaboración institucional y se reúna con los trabajadores sin contar con la Administración autonómica
05 ago 2019 . Actualizado a las 14:16 h.Si el objetivo del Gobierno de Sánchez era utilizar el problema de Alcoa para presionar a Feijoo a fin de que facilite una abstención del PP que permita formar Gobierno, no empezó con buen pie. La ministra de Industria en funciones supeditó la constitución de un ejecutivo estable a la firma del estatuto electrointensivo que facilitará la supervivencia de Alcoa, pero lo hizo en una visita a Galicia en la que no contó con la Xunta, algo que provocó un fuerte malestar en el Ejecutivo gallego, tal y como reconoció el conselleiro de Industria, que acusó a Reyes Maroto de «rachar» la colaboración institucional que se mantuvo en los siete meses en los que se negoció la venta de Alcoa.
Francisco Conde no disimuló su malestar por la posibilidad de que la ministra se reúna con el comité de empresa tras la venta de la firma a Parter y que no haya contado con la Xunta, que a su entender, siempre colaboró en la resolución de un conflicto «que aínda está aberto». «Incluso cando houbo problemas para pechar o acordo entre Alcoa e Parter desde o punto de vista da constitución das garantías», recalcó.
Maroto pidió entonces la colaboración del Gobierno autonómico y la Xunta respondió, aseguró Conde, y añadió que el Gobierno gallego siempre estuvo ahí y que seguirá estando con la mano tendida para buscar una solución definitiva al tema de Alcoa, si bien recalcó que esa solución debe llegar a través de una colaboración conjunta entre las dos Administraciones y el comité de empresa. De ahí su enfado al comprobar que el Gobierno en funciones prescindió de la Xunta nada más cerrar la venta de Alcoa, y por eso Conde calificó la visita de la ministra a Galicia de «partidista», y al Gobierno en funciones, de tener una «visión partidaria» del problema de Alcoa.