Compostela Aberta se queda sin Noriega y sin Rafa Peña y apremiada a buscar nuevo líder
SANTIAGO
Por lista, el relevo les corresponde a María Rozas y a Xan Duro
15 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.La corporación municipal sufrió ayer su segunda y tercera baja desde su constitución, hizo justamente un año el pasado día 1. La anunciada marcha de Martiño Noriega se aceleró ayer, tras la debacle el pasado domingo de la candidatura de Galicia en Común, la formación en la que el exalcalde de las mareas concurrió como número tres por la provincia de A Coruña. Pero el líder de Compostela Aberta (CA) no se va solo. También lo hace el concejal Rafael Peña.
El responsable municipal de Medio Rural durante el gobierno de Compostela Aberta dijo igualmente adiós a Raxoi. En su caso, no apurado por el veredicto de las urnas que revalidaron a Núñez Feijoo para un cuarto mandato con mayoría absoluta y apearon a las mareas del Parlamento. De hecho, formalizó su renuncia el pasado día 3, aunque evitó hacerla pública hasta ayer para que no interfiriese en la campaña electoral, según explicó el propio Peña junto a Martiño Noriega en la comparecencia pública en el Ayuntamiento en la que dieron cuenta de sus bajas en la corporación municipal. Ambas renuncias deberán ser aceptadas todavía por el pleno, que, si no media uno extraordinario con anterioridad, no se celebraría hasta el día 30.
El segundo exalcalde que se va
Noriega será el segundo exalcalde que deje Raxoi durante este mandato. Antes, poco después de las elecciones del 2019 que abrieron de nuevo las puertas de la alcaldía al socialista Sánchez Bugallo, lo hizo el exregidor popular Agustín Hernández para asumir la presidencia del Consello Económico e Social de Galicia.
En el caso del exalcalde de Compostela Aberta, su dimisión y la de Peña obligarán a renovar prácticamente la mitad de su grupo municipal, integrado por cinco concejales. No será una renovación estricta, sin embargo. Salvo renuncia expresa por su parte a asumir las actas que quedarán libres, los relevarán dos personas con experiencia de gestión ya en Raxoi. Por continuidad de lista electoral, las sustituciones de Noriega y de Peña les corresponden a María Rozas y a Xan Duro, dos de los pesos pesados del gobierno de Noriega, con responsabilidades sobre Facenda, ella, en el anterior mandato, y en Seguridade y Medio Ambiente, él.
Elección de nuevo líder
La salida del exalcalde de las mareas deja sin líder al grupo municipal, que elegirá a su nuevo portavoz cuando se constituya de nuevo, para pilotar la «nova etapa» de la formación, a la que Noriega augura «un percorrido importantísimo e un rol que xogar nos tres anos que quedan de mandato» tras haber logrado el respaldo de más del 20 % del electorado, recordó, hace un año.
El exregidor deja Raxoi con la «honra», dijo, de «ter representado á cidade como alcalde no anterior mandato: é algo que me vai marcar de por vida», indicó al tiempo que agradecía la ocasión de haber podido «ocupar un anaco de espazo, de tempo, na historia da capital do país e desta cidade».
Para Rafael Peña fue todo un «orgullo» también haber representado a Compostela Aberta en estos cinco años de vida municipal. Y haberlos compartido con Martiño Noriega, apuntó tras anunciar su marcha para reincorporarse a su trabajo en el aeropuerto de Lavacolla y para asumir responsabilidades sindicales en la CIG que son incompatibles, dijo, con la ocupación de un cargo público.
Presidida por Xosé Sánchez Bugallo en su calidad de alcalde, la corporación municipal está integrada por diez concejales socialistas; ocho del Partido Popular, que lidera Alejandro Sánchez-Brunete desde la marcha de Agustín Hernández; los cinco de Compostela Aberta; y dos del BNG, bajo el liderazgo de Goretti Sanmartín.
Análisis | Los cinco años del líder de Compostela Aberta en Raxoi
¿El último tren del doctor Noriega?
La renuncia de Martiño Noriega (A Coruña, 1975) a su acta de concejal es el final de una crónica anunciada que empezó a escribirse en la noche del 26 de mayo del año pasado. Compostela Aberta se había dejado en las urnas locales más de seis mil votos y cinco de los diez concejales que habían aupado al exregidor de Teo cuatro años antes a la alcaldía de Santiago en medio de la arrolladora irrupción de las mareas municipalistas. Con Bugallo al frente, el PSdeG-PSOE recuperaba los apoyos que CA le había arrebatado y la alcaldía.
Desde el mismo momento en que anunció su aspiración a presidir el Concello de la capital de Galicia, a Noriega lo persiguió la cantinela de que este sería el trampolín para su candidatura a la Xunta, y una vez que logró el bastón de mando él nunca lo negó tajantemente, aunque se amparó una y otra vez en el argumento de que el ala municipal del Pazo de Raxoi iba a requerir todos sus esfuerzos y los de su equipo, esfuerzos que, con el paso de los meses, se demostraron insuficientes para dar cumplida respuesta a las exigencias de la gestión cotidiana de la ciudad.
La polémica rodeó a Noriega incluso desde antes de tomar posesión como alcalde de Santiago, ya que se le afeó que no renunciase con anterioridad al bastón de mando en Teo. A los pocos días en el nuevo cargo, soportó duras críticas por su práctica inflexible de la aconfesionalidad con la que eludió representar al Concello en cualquier acto religioso -ofrendas del Apóstol y del Antigo Reino de Galicia-, pero mientras la ciudadanía se acostumbraba a su estilo rocanrolero apartado de lo que hasta entonces había determinado la institucionalidad capitalina, el gobierno de Noriega se mostraba poco resolutivo para dar soluciones ágiles a las necesidades de mejora de servicios públicos. La incapacidad para sacar adelante en plazo contratos como los de transporte, limpieza, comedores escolares y escuela de música, entre otros, da la medida del déficit de gestión, así como el nulo avance en el proyecto de la depuradora o, en la primera parte de su mandato, la falta de mantenimiento de vías públicas.
Noriega tampoco encontró respiro en la escena política autonómica, donde desempeñó un papel relevante en la marea gallega, cuya ruptura le pasó factura. En junio del 2019 recogió su acta de concejal en la oposición con la mirada puesta en una pronta retirada, bien para desempeñar su profesión de médico de familia, bien para subirse al tren autonómico desde Anova. Ese convoy, Galicia en Común, descarriló estrepitosamente el 12J, y Martiño con él. El tiempo dirá si ha sido el último tren del doctor Noriega.