Cesáreo Pardal: «Sin ayudas directas muchos negocios turísticos están abocados a la quiebra»
SANTIAGO
«Me duele ver las cifras de ocupación de Santiago», afirma el directivo
23 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.«Siempre intento ver el lado bueno de las cosas. Prefiero ver el vaso medio lleno, pero la situación que estamos atravesando no podría haberla imaginado nadie». Cesáreo Pardal, presidente del Clúster de Turismo de Galicia, vive un verano «atípico, porque nada es como esperábamos. Antes de que saltara la pandemia, iba a ser un buen año. Y la previsión era un verano de ruina».
—¿Cómo está siendo finalmente el verano?
—La previsión era de una ocupación muy baja para julio, y al final, la media gallega está en un 50 %. Las circunstancias que estamos viviendo son terribles, y la falta de información o informaciones confusas nos hacen mucho daño. Cuando surgió el brote de A Mariña, a nivel nacional se habló de Galicia. No dijeron un brote en Cataluña, cuando fue el de Lleida, pero cuando dicen Galicia en lugar de A Mariña, en Madrid, Cataluña y Andalucía oyen Galicia, y se caen las reservas. Con el brote de A Mariña se produjeron anulaciones en Santiago, en O Salnés y hasta en la Ribera Sacra. Todo suma. En este caso, resta.
—¿Santiago está por debajo de la ocupación media gallega?
—Me duele ver las cifras de ocupación de Santiago. Es hora de que se den cuenta de lo que representa el turismo en Santiago. Es una parte fundamental de su economía local. No solo los negocios pensados directamente para el turismo, sino todo lo que se mueve después. Cuando termine la temporada estival, la cadena no se va a reactivar. Quiero ser optimista, pero todas las señales me lo impiden. Cuando se cierra la temporada, los hosteleros invierten en sus negocios con reformas o hacen compras, se van de viaje. Este año, no han tenido temporada estival, la cadena se rompe. Ahora no hay caja, y muchos se endeudaron para poder mantener sus negocios.
—¿El Camino pinchó?
—Está a un 75 % de lo que sería normal. La red de albergues del Camino atraviesa un momento complicado. Los rebrotes están apareciendo por reuniones familiares y fiestas privadas, pero pagan unos por otros. Va a ser un año duro, porque no todo el mundo tiene maíz en el hórreo para aguantar los ocho o nueve meses hasta que vuelva la nueva temporada.
—¿La esperanza es el Año Santo?
—La gran esperanza es la vacuna testada. Repito testada, porque pueden surgir noticias de vacuna en Rusia, en Cuba o en China, pero la vacuna tiene que ser segura y que llegue a todos. ¿El Año Santo? Puedo decir lo que me gustaría, pero no creo coincida con la realidad. Quiero que me toque la lotería, pero tengo que jugar. En este caso, la lotería es la vacuna. No sé lo que pasará el próximo año. Es una incertidumbre, porque depende todo de que me toque la lotería, es decir, de que tengamos vacuna. El sector del turismo le echa valor, y tiene ilusión por salir adelante.
—¿Augura muchos cierres?
—Sobrevivirá el que se adapte a la nueva situación, pero sin ayudas directas muchos están abocados a la quiebra, será la ruina. Septiembre no se presenta con buenas previsiones. El sector necesita oxígeno.
—¿No sienten el apoyo de la Administración?
—El sector hizo los deberes. Gastó mucho dinero para acondicionar sus locales, pero cada 15 días hay una norma nueva. Lo que está pasando con el sector de la noche es una injusticia. Entendemos que es un tema de salud pública, pero están pagando justos por pecadores. La situación que vivimos es una novedad, y se toman las medidas a cuentagotas. No hay consenso con el sector. No se ayuda directamente.
—¿Qué apoyo precisa el sector?
—Se necesitan ayudas específicas. Líneas de ayudas acordes a las características especiales del sector. Turismo se reunió con nosotros, pero el Igape e Industria, por ahora, no se han sentado con el sector para hablar. Se precisa menos burocracia. La mayor parte del sector está formada por autónomos, que lo hacen todo. Desde levantar la reja hasta poner las mesas, atender a la clientela, cocinar y llevar las cuentas. Hay solicitudes que requieren un máster para cubrirlas. El sector no son grandes empresas, y precisa que se inyecte dinero directamente y pronto.
«El bono debe llegar también a policía y protección civil»
Una de las inyecciones directas de dinero es el bono turístico para personal del Sergas, aunque también suscitó las quejas de diferentes colectivos.
—No todos están satisfechos. El bono es solo para hoteles.
—Tiene su lógica. Cuando alguien gasta el bono de 250 euros en un alojamiento, es evidente que hará un gasto en la restauración. Beneficia a todo el sector.
—¿Se calificó de limosna?
—Una limosna de cinco millones para el sector. A los sanitarios se les aplaudía a las ocho de la tarde, ahora es un tema de solidaridad. Hay 12.000 solicitudes de personal del Sergas y Política Social. Se entregaron ya 9.756 tarjetas de 250 euros. El plazo de solicitud termina el 30 de noviembre, pero estamos estudiando ampliar la ayuda a otros colectivos. Queremos que el bono sea también para la policía local, bomberos y protección civil.
—Pide ayuda. ¿Los ERTE y la paga a autónomo también lo son?
—Los ERTE ayudan, pero hay que prolongarlos más meses. ¿Paga a autónomo? Un parche. ¿Para qué dan los poco más de 300 euros? Sostener un negocio requiere mucho: alquiler, hipotecas, sueldos, impuestos, proveedores. Otros sectores recibieron ayudas directas. Los fondos ICO no son a fondo perdido. El sector turístico no puede ni quiere endeudarse más. Representamos entre el 25 y 30 % del PIB. No salimos a la calle, como el metal y el naval, pero 130.000 empleos dependen de nosotros.
—En un plano más personal, ¿qué hay de verdad en el comentario de que el presidente del Clúster de Turismo de Galicia no tiene negocios en este sector?
—Es falso. Me alegra que me deje aclararlo. No solo soy socio de negocios de turismo, sino que volveré a asumir el de uno que tenía en alquiler en Padrón. Se habla sin saber. También me gustaría dejar claro que no cobro por ser presidente, y el tiempo que dedico a la presidencia se la resto a mis propios negocios.