Raxoi recoloca temporalmente a parte de las paisanas de la Plaza en San Fiz
SANTIAGO
La iniciativa procura espacio para todas tras las restricciones por el covid
18 sep 2020 . Actualizado a las 19:35 h.Las placeras dedicadas a la venta de productos de proximidad en el mercado de abastos podrán desarrollar de nuevo su actividad sin las cortapisas que arrastran desde el primer sábado de mes, cuando las medidas anticovid redujeron la instalación de los 22 puestos habituales a tan solo siete. Eso las obligó a rotar, dejando en casa a buena parte de ellas, aunque no en silencio. El BNG, el Sindicato Labrego Galego y la Federación Rural salieron inmediatamente en defensa de una solución para el colectivo. Compostela Aberta lo hacía esta misma semana, con la presentación de una proposición para debatir en el próximo pleno.
Los efectos de esa restricción se evidenciaron especialmente los sábados, el día más señalado del colectivo para dar salida a su producción hortícola. La mayoría no pudo exponer su oferta en los dos últimos, pero el Concello ha articulado una solución ya para este. Una solución que ayer presentaban a las paisanas el concejal Gonzalo Muíños y la jefa de gabinete de la alcaldía y que cuenta con el beneplácito, dicen, de las placeras presentes en ese encuentro.
La solución pasa por la ocupación de un espacio externo, pero no ajeno, al recinto de la Praza de Abastos. Se trata del acceso por donde está el cruceiro, en San Fiz, un espacio al que las paisanas estuvieron ligadas tradicionalmente. Las placeras dedicadas a la venta directa de su propia producción se repartirán en adelante, aunque temporalmente, entre los puestos que tienen dentro del recinto y los que se dispondrán desde mañana en San Fiz. Con esta salida, el Ayuntamiento asegura espacio para cuando coincida la totalidad del colectivo.
Ese ámbito no es el único que registró una amplia tradición placera en el entorno de las naves del mercado de abastos. Pero es en el que el Concello vio una salida razonable para suplir la reducción de espacio que conllevan las medidas para frenar la expansión del coronavirus. En el resto del entorno había circunstancias que complicaban ese asentamiento: bien por su estrechez, por tener tránsito rodado, por disponer de espacios de carga y descarga o por tener terrazas de hostelería autorizadas. El Concello elaboraba ayer los planos para la distribución de esos espacios, que hoy pondrá en conocimiento de la gerencia de la Plaza.
El decreto que llevó el malestar al colectivo reducía a un 50 % el espacio disponible, siguiendo los protocolos contra el covid, aunque la aplicación de las distancias de seguridad se tradujo en la organización de turnos rotatorios de solo siete vendedoras.