Beatriz Cancela: «Santiago acoge al peregrino y a la música, forma parte de la tradición»

claudia souto SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOAN A. SOLER

La musicóloga destaca el fuerte impacto del jazz en Compostela

05 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Beatriz Cancela es una musicóloga gallega que estudia el impacto de la música en Compostela desde todas sus perspectivas. Escribió su tesis doctoral alrededor de la banda municipal de la ciudad y posteriormente publicó un libro donde habla de su historia y formación, bajo el título La banda Municipal de Santiago. Ahora se centra en otros temas también relacionados con los estudios sobre músicos compostelanos. Más concretamente, en el jazz de comienzos del siglo XX. Beatriz participó en la segunda edición de Jazz da Rúa Nova, organizada por aCentral Folque, el centro gallego de música popular. Es un evento cuyo programa pretende valorizar el patrimonio musical local.

El jazz es un género que ha formado parte de la cultura de la ciudad desde hace más de un siglo. La evolución de la música, en un lugar tan hospitalario como Santiago, siempre ha ido ligada a la historia y el caso del jazz no iba a ser menos. «Es más que música. Llega como un estilo de vida, una forma de entender las cosas», asegura la doctora en musicología.

A finales del siglo XIX comienzan a sonar los nuevos ritmos en Galicia. El Café Casino es pionero en organizar bailes de salón con esa música extranjera que proviene de Estados Unidos. Se intercalan, por prinera vez, los pasodobles con este género recién llegado.

En ese momento, el jazz aterriza para quedarse. Beatriz relata como a principios del siglo pasado «empieza a detectarse un debate sobre música moderna en la prensa». Sonidos innovadores que «vienen asociados al cine desde Norteamérica o Francia». Durante los años veinte se reafirma el movimiento, se viven los años del charlestón en el cosmopolita QuiQui Bar, situado en el que después fue el emblemático edificio Castromil que presidía la plaza de Galicia.

En Santiago se vivía una modernidad nunca antes vista y la música estaba siempre presente. El jazz abarcaba todos los ámbitos, «estaba en los salones de baile y a su vez explotaba su lado más canalla en los cabarets», explica la investigadora.

Con la llegada de la Guerra Civil y durante la época franquista todo se pausa, hasta mediados los años setenta. En ese momento el jazz, a la par que la sociedad, vuelve a resurgir. Nacen en las calles de Santiago tanto los músicos como el género. Beatriz aclara como «sin ese hilo anterior de represión no llegaría todo este movimiento». Mientras en España todo estaba parado culturalmente, en el extranjero el jazz sigue evolucionando.

Beatriz se interesa por los cambios que se producen a finales de siglo en Santiago. Comienza a albergar cada vez más conciertos, clubs, salas y escuelas relacionadas con el estilo musical. Va cogiendo mucha fuerza y visibilidad, «ya nada tiene que ver con el jazz inicial», explica.

La musicóloga destaca el papel fundamental que toman en la actualidad jornadas musicales como las de Jazz da Rúa Nova. Ayudan a preservar la esencia de la tradición musical de una ciudad. Cuenta como «Santiago al igual que acoge al peregrino también abraza la música. Todo forma parte y se integra en nuestra tradición». Charlas como la que protagonizó este sábado junto a su hermano Alberto, también musicólogo, son esenciales para no perder años de historia. Acercan al público a lo que se vivió en la ciudad a principios del siglo XX. Este evento en el que participó Beatriz apuesta por sacar el jazz del confinamiento en bares y teatros para llevarlo de forma segura y natural al mayor público posible. Confía en que el proyecto siga funcionando y se pueda realizar «de forma más libre y desahogada para todos» el próximo año.