La oposición demanda ya presupuestos en el pleno que aprobó la cuenta general del 2019

r. martínez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOAN A. SOLER

El PSOE habla de un problema estructural en gestión contable que «hai que mellorar»

21 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La oposición demandó de nuevo la formulación de presupuestos propios para este año, adaptados a la pandemia, aprovechando la aprobación ayer en pleno de la cuenta general del Concello del 2019, año en que se funcionó con el presupuesto prorrogado del 2018 hasta el último cuatrimestre, después de que el PSOE tramitase otro para la recta final del año tras dar el relevo en el gobierno a Compostela Aberta.

El debate dejó claras las carencias en materia de gestión y control presupuestario, evidenciadas por la oposición y asumidas por el gobierno como un problema estructural de la Administración agudizado por las limitaciones de la tasa de reposición de efectivos, aunque el ejecutivo pretende comenzar a poner soluciones con la próxima creación de la oficina de contabilidad presupuestaria. Soluciones que permitan llevar al cauce legal el plazo medio de pago a proveedores, fijado en un máximo de 30 días pero que en esos primeros meses del nuevo gobierno de Bugallo llegó a superar los cien días, como le recordaron PP, CA y BNG entre críticas alusiones a la falta de presupuestos aún para el 2021. Ese plazo estaba en los 47,5 días en septiembre pasado, el último mes que ha publicado Raxoi.

«Obviamente hai que melloralo, porque é moi mal dato», admitía la concejala de Facenda, Marta Abal, aunque también advirtió que la corrección de carencias estructurales no es cosa de un año ni de dos. «Pero deixaremos a Administración mellor para futuros mandatos», dijo para cerrar, por su parte, el debate de unas cuentas en las que el PP vio un «auténtico manual de descontrol e desgoberno», con «máis de 200 reparos de Intervención» y unos indicadores económicos «preocupantes». Preocupantes porque «non se aprecia a implantación de solucións para os graves problemas que aqueixan á cidade, senón todo o contrario», dijo Ramón Quiroga, quien ve que la falta de una propuesta presupuestaria para el 2021, «en plena pandemia», es consecuencia de esa línea.

La baja ejecución inversora (27 %) y la reducción de gasto por habitante fue una constante en la crítica opositora, pese a que Abal defendió que la relación de ese gasto per cápita no debe medirse solo por la inversión real, sino por gasto en servicios sociales y promoción social, y ese creció. Pero no convenció en las filas contrarias. Después de cuestionar también la baja inversión en Educación aquel año y que se dejasen sin gastar 1,3 millones en el área social, María Rozas (CA) concluyó que un gobierno que se presentaba como «o dos grandes xestores» no superó «o primeiro parcial».

Entre otros índices de gasto, la nacionalista Goretti Sanmartín hizo hincapié también en ese último dato antes de advertir que el PSOE continúa con la «baixa xestión que tanto criticou en CA» y que «isto agrávase» cuando aún ni se iniciaron contactos para los presupuestos del 2021.

El alcalde asumió que en gestión presupuestaria «queda moito por mellorar», pero apuntó que si algo reconocen los compostelanos es que este es un Concello que está «a carón da cidadanía e, desde o punto de vista das axudas efectivas, incluso nos poñen como modelo respecto a outras administracións con máis recursos».