En Santa Marta tienen ya su propia catedral

SANTIAGO

Obra de Julio Ferreiro, forma parte de un proyecto altruista que cubre con mosaicos el cemento de su calle y rematará este año

24 ene 2021 . Actualizado a las 11:51 h.

Un año y cuatro meses, desde septiembre del 2019, lleva Julio Ferreiro construyendo mosaicos en la calle en la que vive desde hace un cuarto de siglo. Ni en los meses más duros de la pandemia se dio un descanso en este proyecto personal y altruista, con el que busca dar color a la rúa da Espiñeira y acabar con su aspecto decadente. Entre los dibujos que ha ido construyendo en el barrio de Santa Marta con azulejos (la mayor parte reciclados), hay hasta una catedral. Su colorida réplica de la fachada del Obradoiro está coronada por una figura con relieve del apóstol Santiago y flanqueada por un peregrino y un gran botafumeiro. Fue culminada el año pasado y aclara el autor que no tiene «nada que ver» con un homenaje al año santo, como algunos sugieren. De hecho, añade, no hay un proyecto preconcebido: «Va surgiendo. Ahora estoy con tres mosaicos al mismo tiempo, para que sea más ameno». Explica que los días borrascosos avanzando trabajo en su casa, donde rompe el azulejo con un martillo y va componiendo los dibujos sobre una alfombra. Tras hacer su propio homenaje a las Dos Marías, a Rosalía de Castro o Castelao, dice que hará una Frida Kahlo compostelana «con un vestido muy exótico». Este cámara de televisión jubilado espera culminar el conjunto artístico este año, cuando termine de cubrir todo el cemento. «Es un material que nunca me gustó y con el tiempo se va poniendo horrible. Aquí nunca se limpió, acabó cubierto con una capa de musgo y humedades... y es lo primero con lo que te encontrabas cuando salías del portal», comenta. Por eso él, que es de esas personas que prefiere actuar en lugar de sentarse a criticar o a esperar, se puso manos a la obra, aunque «no había hecho nada parecido en mi vida». «Al principio no arriesgaba mucho. La primera figura, fue una chica con un paraguas», señala, y entre sus composiciones figurativas (también hay abstractas) hay hasta un guiño a la banda de música de la que formó parte, NHU, disuelta hacia finales de los 80. Julio era percusionista y, junto a su nombre, aparece el de otros componentes de la formación: Xoán, Cuchús, Roberto, Tino, Xurxo, Xosé... El Gaudí de Santa Marta reconoce que «cada vez más gente pasa por aquí para ver esto. Es una calle un poco escondida, por la que no pasas si no es adrede, pero muchos de los antes iban siempre por la calle principal, Rosalía de Castro, de vez en cuando vienen por aquí para ver cómo ha evolucionado esto». «A cada persona le gusta una cosa distinta», apunta, y de vez en cuando encuentra una bolsa con materiales por la mañana o para un coche y levanta el capó para ofrecérselo, incluso recibe mensajes de vecinos de Noia o A Pobra. A él, lo que más le anima a seguir, es «ver esta plaza con niños, porque en la vida hubo aquí chavales jugando, vienen parejas, alguna persona a leerse un libro... Eso antes era algo inconcebible».

Álvaro Ballesteros

Lavandeira, hijo adoptivo

El tamaño de su currículo es tan extenso como su talla personal y humana. Fotoperiodista emblemático y fundador de la asociación Fotográfica Compostelana, Emilio Lavandeira Prieto es ahora noticia por la propuesta del BNG para designarlo como hijo adoptivo de Santiago, ciudad a la que se trasladó a los 8 años desde su Ortigueira natal y en la que desarrolló una carrera que alternó con otras actividades con las que dio rienda suelta a su carácter polifacético, y que lo llevaron a organizar exposiciones de pintura o a tocar en un grupo musical. Entre sus distinciones, Lavandeira atesora el Premio Galicia de Comunicación, concedido en 1998, y es Membro de Honra e Insignia do Casino, recibidas en el 2019 por su compromiso con Santiago.

JOAQUÍN MATO

Suárez llena en Madrid

El cantautor ferrolano Andrés Suárez, muy querido en Compostela, ha iniciado el 2021 agotando todas las entradas a la venta para los dos conciertos que ofreció esta semana en el Teatro Circo Price, en Madrid. Los recitales tuvieron lugar el miércoles y jueves, y se desarrollaron bajo las más estrictas medidas de seguridad.