Más de 2.700 estudiantes se examinan en Santiago de la selectividad
09 jun 2021 . Actualizado a las 00:06 h.Son un clásico antes del primer examen de la selectividad: los nervios. «Trémeme todo», aseguraba un estudiante del IES de Valga quince minutos antes de las nueve. En el grupo formado por Saúl Gómez, Sonia Costa, Álex Cortés, Óscar Ferreiro y Adrián Rubianes esa era la sensación mayoritaria a las puertas de la Facultade de Económicas e Empresariais, el centro de la USC donde más estudiantes estaban citados -461- de los más de 2.700 inscritos. «O camiño ata aquí foi infernal», relataban, y para combatirlo «moita respiración profunda». «Ata onte estaba tranquila, pero aí os nervios disparáronse», añadía Sonia, que tiene la vista puesta en estudiar Bioloxía o un doble grado y era de todos ellos la que una nota más alta, a priori, necesitaba. Con más tranquilidad estaban Nerea Silva y Susana Fernández, del CIFP Compostela, puesto que el arranque era solamente un trámite: recoger las pegatinas porque solo tenían que presentarse a las optativas. Así que a las 9.30 horas ya estaban fuera. Algunos en esos momentos previos, y para tratar de combatir los nervios, incluso entonaban alguna canción de manera tímida a las puertas antes de colocarse en fila para facilitar la entrada en la decena de aulas habilitadas. Aunque la opción mayoritaria era echar una última ojeada a los apuntes. Y es que el primer examen, Historia, era uno de los que más temían. «Historia é un temario bastante amplo, é a que máis me preocupa», afirmaba Lara González, del IES Xelmírez II. Y otra de las preocupaciones estaba en la nota, con medias muy superiores tras el cambio de modelo de examen llevado a cabo el año pasado. «É o que máis preocupa. Co novo sistema as medias van moi elevadas. Carreiras que estaban nun sete ou así, agora está nun nove», indicaban estudiantes de Valga.
Dos horas y media después, las sensaciones ya cambiaron. Y las caras ya eran de mayor relax. Estudiantes del colegio María Inmaculada de Silleda admitían estar ya mucho más tranquilos. «Mellor do que pensabamos», relataban Antía Tejo, Laura Varela, Zayra Rozados y Rubén Limia, los últimos que habían entrado en la Facultade de Económicas dentro del protocolo sanitario establecido ya que se encontraban en el aula más próxima a la puerta. Y es que aunque había quien había apostado por la Segunda República, debido al 90 aniversario, la mayoría aguardaban que el franquismo estuviese en el examen, como finalmente fue. «Saíume mellor do que esperaba. Foi o que máis estudiei», relataba Adrián Caamaño, del Xelmírez II, explicando que había seguido los reiterados consejos de no repasar ayer. «Decidín descansar dos apuntes», afirmó, eso sí, dejó claro que «os nervios ao principio do examen non hai quen chos quite. Agora xa sabemos o que é e danos bastante máis confianza». Eso sí, eso no evitó que conciliar el sueño fuera más complicado de lo normal. Sus compañeros de centro Sergio Palmeiro e Isaac Garea tampoco se mostraban especialmente nerviosos porque su principal apuesta para el próximo curso no es entrar en la universidad sino ser policía y bombero, respectivamente, aunque en el caso de Isaac no descarta optar finalmente por ADE. Sus compañeras de centro Antía Segade y Carla Devesa estaban contentas de haber superado ya el examen de Historia. «O que queda é máis sinxelo», relataban, apuntando que «hai que intentar estar tranquilos, pero non se dá».
Los que salían con una sonrisa de ese primer examen también eran los estudiantes del colegio Compañía de María. La profesora que los acompañó, Alba Sánchez, daba la clave: «Están muy contentos porque en el período de preparación que tuvieron al terminar las clases estuvieron repasando esta parte con el profesor». Ella ya había asistido el año pasado y, aunque con los lógicos nervios, indicó que esta vez eran menores.
Aunque los protocolos fueron semejantes a la anterior ABAU, hubo algunos cambios. Lo notaron los profesores, habituados a ver los exámenes al mismo tiempo que lo realizaban sus estudiantes, en esta ocasión, no tuvieron la ocasión de saber su contenido. También en el caso de Económicas había cambios a la hora de los accesos, mucho más ordenados. Esta vez, la mascarilla ya no suponía novedad después de todo un curso con ella. Otro de los aspectos en los que incidieron especialmente a los estudiantes, recordaba la profesora del María Inmaculada, era en no tocar con el gel las etiquetas para evitar su deterioro.
En Santiago, los exámenes se celebraron en ocho sedes diferentes. Además de en Económicas, también se desarrollaron en Bioloxía, Filoloxía, Ciencias da Educación, Ciencias Políticas, Psicoloxía, Químicas y Ciencias da Comunicación. Estas dos últimas sustituyeron a Dereito y Medicina respecto al 2020.
Por la mañana, también se celebró el examen de Lengua y Literatura Española. Así, una vez superada esta prueba, algunos estudiantes no tenían que volver hasta mañana, cuando se celebrarán los dos exámenes comunes: Lingua Galega e Primeira Lingua Estranxeira. Desde la CIUG destacaban que la jornada se desarrolló sin incidencias.