En la ruta se pueden encontrar la iglesia de Numide, así como un cruceiro en la propia aldea de Lista
26 jun 2021 . Actualizado a las 04:55 h.Carretera de Ordes a Santa Comba, desvío señalizado a Trazo y Portomouro a la izquierda. Luego se cruza el río Lengüelle, de escasa anchura por esos pagos e incluido en la Rede Natura 2000. Esas son las indicaciones para entrar en el municipio de Tordoia y unos pocos centenares de metros después, con las casas de Balvís a la espalda, girar a la derecha buscando la iglesia de Numide, puesta bajo la advocación de Santiago. Otra más que añadir al culto al Apóstol. Alcanzarla rápidamente es un error. Hay que ir despacio para admirar la pequeña pero muy fértil vega que ha creado en Lengüelle, que no se ve pero que se adivina y se sigue el curso gracias a su estrecho pero precioso bosquete de ribera.
Pero en fin, sí se llega al templo, totalmente aislado, y esa soledad lo realza todavía mucho más, con la condición de no mirar para atrás porque el palco de música cumplió su función hace muchos años y, sencillamente, sobra. Hay donde aparcar y se desciende suavemente para acercarse a un templo sencillo que los vecinos miman, a lo que se ve por el entorno. Unos vecinos que cuidan también la tumba de un párroco emblemático, colocada en el suelo justo a la entrada de la iglesia, de manera que incluso hasta resulta difícil no pisarla si se va en grupo.
El cruceiro es, sin embargo, lo de más valor, puesto que la fachada ha sido remozada de tal manera -sea dicho sin ánimo de crítica, porque igual era la única solución- que si había algún elemento arquitectónico u ornamental ha desaparecido de la vista. Por cierto, anteriormente tenía un color que da la impresión de que estaba más integrado en ese entorno.
Tras la parada en Numide hay que continuar sin hacer caso del desvío a la izquierda. Después de medio kilómetro la pista muere en el centro de la aldea de Liste, y ahí, a la izquierda. En el núcleo de esa pequeña población hay dos elementos a destacar. Uno es un cruceiro, apartado de la pista, a la izquierda. Y el otro es una casa en ruinas con un pequeño y simbólico escudo encima de su noble entrada. Curioso: el edificio siguiente, también en ruinas, tiene unos sillares magníficos.
El escudo de la familia Liste, de origen asturiano, es en oro, cinco estrellas puestas en aspa. Por supuesto, aquí de oro, nada, pero sí están las cinco estrellas formando un aspa. Los libros de heráldica dicen que ese escudo apareció no antes del siglo XI y no después del XIV. Militares con el apellido Liste participaron, entre otras, en una batalla que tuvo lugar en 1567 en San Juan de Ulúa (México) y en la que casi capturan a Francis Drake, el del episodio de María Pita.
A partir de ahí hay que subir, y con pendiente. El objetivo es localizar un castro que no aparece por ninguna parte excepto en los mapas del Instituto Geográfico Nacional, donde sí figura el topónimo. Así que cuesta arriba 700 metros hasta alcanzar un triple desvío a la derecha, caminos anchos desde los que se oye el cuco.
Hay que explorar. Es decir, hora del paseo. El más cómodo es el de la izquierda, en descenso pero no se convierte en la mejor opción en el caso de que haya llovido recientemente, puesto que abajo o está encharcado o es puro barro.
En cualquier caso ya es terreno para aventureros, sin que ello implique riesgo ninguno. Van a ir por un bosque, van a llegar a otro camino y eligiendo la derecha describirán una gran curva que acabará llevándolos de nuevo a las casas de Liste, casi bordeando al final el omnipresente río Lengüelle.