Esther Molina, hepatóloga: «Buscamos a mil personas en el área de Santiago y Barbanza con una enfermedad grave que ahora se cura»

joel gómez SANTIAGO / LA VOZ

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Esther Molina es especialista del servicio de digestivo, en el Hospital Clínico de Santiago
Esther Molina es especialista del servicio de digestivo, en el Hospital Clínico de Santiago XOAN A. SOLER

La especialista coordina la campaña «Santiago ciudad libre de hepatitis C», que pretende llegar a pacientes que no contactan con el sistema sanitario

04 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

«Durante años hemos trasplantado de hígado a muchas personas y hemos visto morir a otras muchas afectadas por el virus de la hepatitis C. Ahora esta enfermedad puede curarse y así ha ocurrido con más de 1.500 personas desde el año 2015 en el área sanitaria de Santiago. En estos seis años hemos notado un descenso de ingresos, de cánceres y de trasplantes; especialmente desde el 2018 es muy acusado», afirma Esther Molina, hepatóloga, del servicio de digestivo del CHUS. Coordina la campaña Santiago ciudad libre de hepatitis C, promovida por la Alianza para la Eliminación de las Hepatitis Víricas en España (Aehve). El Concello respaldó por unanimidad la iniciativa.

—¿Cómo explican esta campaña?

—La hepatitis C es la única enfermedad viral crónica que tiene un tratamiento que la cura y evita sus complicaciones y la muerte. Y es muy sencillo, con una eficiencia altísima, más del 98 % de las personas tratadas curan. En nuestra área sanitaria y hasta donde yo conozco todas las personas tratadas están curadas.

—¿Cómo lo notan en la asistencia?

—Antes, suponía el 35 % de nuestros trasplantes de hígado; hoy nadie espera un trasplante por una hepatitis C; y gracias a eso se pueden trasplantar de hígado otras personas que lo necesitan. Ha sido fácil curar a los pacientes que seguíamos en la consulta. El problema son los que consideramos perdidos por el sistema.

—¿Por qué perdidos?

—Porque no están en contacto con el sistema sanitario. Buscamos a mil personas en el área sanitaria de Santiago y Barbanza con una enfermedad grave que ahora se cura. De esas mil, 300 no saben que han tenido hepatitis y unas 250 tienen la enfermedad avanzada. Es importante encontrarlos.

—¿Cómo se proponen hacerlo?

—Con colaboración del Concello, que lo ha entendido muy bien, y lo agradecemos. Son personas que usan los servicios sociales municipales, la UMAD para asistencia a drogodependientes, comedores sociales, inmigrantes procedentes de países con una alta incidencia de hepatitis C como Europa del Este, Asia y África; varones homosexuales, o personas sin hogar. Un grupo de trabajo, en el que participan los servicios de microbiología, farmacia, medicina interna y digestivo, y con colaboración de la Aehve, pretendemos acercarles el diagnóstico y vincularlos con el tratamiento.

—¿Qué les van ofrecer?

—Test rápidos y fáciles de usar para el diagnóstico; y si son positivos tratarlos en el el hospital. El tratamiento es sencillo, tomar pastillas entre 8 y 12 semanas y que curan más del 98 % de los casos y sin efectos secundarios.

«El grupo prioritario está en las personas entre 55 y 75 años»

Esta iniciativa sigue las recomendaciones de la OMS, que «aconseja descentralizar y buscar pacientes fuera del sistema sanitario», indica Esther Molina.

—¿Por qué es difícil localizarlos?

—Porque la hepatitis C es una enfermedad habitualmente asintomática; o con síntomas inespecíficos, que pasan desapercibidos, como cansancio. Se nota cuando está avanzada, y aún así se puede curar. Si se trata en estadios precoces, se evita su progresión y complicaciones de cirrosis, cáncer y al final el trasplante.

—¿Confían convencerles?

—La campaña es buena para todos: para pacientes, porque curan; para toda la sociedad, porque se evita la transmisión de la enfermedad; y para el sistema sanitario, por ahorrar costes. La OMS se propone disminuir la hepatitis C un 90 %, y la mortalidad un 65 % en el 2030; esto último en España ya se ha conseguido.

—¿Hay algún grupo de personas prioritario en esta campaña?

—La infección es más frecuente en nacidas entre 1948 y 1967, que tienen de 55 a 75 años aproximadamente, por haber estado más expuestas a material no desechable (antes de 1975), transfusiones de sangre y derivados (antes de 1990) y consumo de drogas en los años 90, principales formas de transmisión de la infección en esa época. Hay que quitar el estigma de la enfermedad, porque algunas personas se contagiaron por una transfusión.

—¿Por qué eligieron Santiago para esta campaña?

—Porque recibe muchos visitantes, eso es importante para la información y la prevención. También se suman Santander, Vigo, Sevilla, Valencia, Alcoy o Madrid. En algún momento dejaremos de hablar de la hepatitis C, por ser una enfermedad curada, ese es nuestro deseo.