La pasarela de la estación intermodal de Santiago suspende en la primera borrasca

Las celosías que cubren un lateral del primer tramo de la pasarela de acceso a la intermodal de Santiago, inaugurada el pasado mes de mayo, jugaron ayer una mala pasada a los usuarios. La combinación de fuerte lluvia y viento de la mañana motivó que muchos pasajeros continuasen con sus paraguas abiertos cuando caminaban ya a cubierto, para resguardarse del agua. Agua que cubría todo el ancho de la pasarela y que a primera hora de la tarde aún se acumulaba en el lateral metálico y, en menor medida, hacia el centro y el extremo opuesto.

Una amplia lámina de agua podía observarse también en el nivel inferior, frente al acceso a la estación de autobuses. Ese tramo, ya con enrejado metálico de arriba a abajo, concentraba el agua de la lluvia en especial donde se une con la rampa peatonal a Clara Campoamor. Un operario de mantenimiento realizaba por la tarde tareas con una máquina para intentar secar, en lo posible, la superficie. El BNG de Santiago cuestionó ayer el diseño de la pasarela, ironizando con que «ademais dunha estación de autobuses, temos unha piscina».

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