Julia López: 90 años y sigue a diario en el estudio Foto Sandine, en Santiago
SANTIAGO

Se casó con el fotógrafo Paco Sandine y a su lado presenció de cerca la evolución de la imagen durante más de medio siglo
07 jul 2022 . Actualizado a las 01:04 h.A lo largo de las calles de la zona vieja de Santiago de Compostela se pueden encontrar pequeños negocios familiares cuyos carteles adornan la vista general de todo viandante. Algunos de ellos se caracterizan por su señalada longevidad, y este es el caso de Foto Sandine, una tienda de fotografía ubicada en la mítica Rúa do Vilar que abrió sus puertas hace ya más de medio siglo. Tras el mostrador, una mujer de rostro arrugado y semblante decidido recibe a los clientes. Ella es Julia López y acaba de superar la barrera de los 90 años de edad.
Estudió magisterio y ejerció como maestra durante diez años hasta que a los 27 se casó con Paco Sandine, un muy conocido fotógrafo de la ciudad. «Nos carteábamos, pero nada más», relata López, en referencia a la época que pasaron separados antes de desposarse, con Sandine en Venezuela y ella en Galicia. Tras el enlace, se marcharon a Caracas y formaron allí una familia con dos hijos. Tiempo después, ella se quedó en América llevando la tienda que habían fundado en la capital venezolana y con el menor de sus niños, que por entonces tenía tan solo dos años, mientras que su marido emprendió un nuevo negocio en Vigo con el mayor, de cuatro. Paco Sandine, como cuenta su viuda, «estaba enamorado de Santiago», conque no pasó mucho tiempo hasta que se establecieron definitivamente en la capital gallega.

Hoy en día, Gustavo, hijo de doña Julia, es quien está a los mandos de Foto Sandine, pero su madre acude todos los días a trabajar en la tienda. «Mi marido y mi hijo eran los fotógrafos, pero yo... ayudando. Ayudando siempre», explica la veterana experta. Ella continúa echándole una mano para sostener el negocio, pero lo cierto es que una de las cosas que más le agradan a Julia López es el trato con el cliente: «Con la gente, bien. Siempre bien. Puede haber excepciones pero en general siempre bien», ilustra.
A muchas de las personas que se pasan por el local les llama la atención la presencia de Julia López. «A veces se dirigen a cualquiera menos a mí», explica, «y a algunos clientes, cuando les atiendo y me pongo a hacer cosas en el ordenador me los encuentro sonriéndose», relata. Luego estos mismos le confiesan que sus tías o abuelas no son capaces de hacer lo que ella, «¡Y yo les digo que eso es porque no se ponen!», protesta.
Si algo significa la fotografía para ella es «trabajo, tratar de hacerlo siempre bien», según sostiene, y a la insalvable pregunta del futuro de la fotografía, responde que lo ve mal: «Hoy en día la gente hace muchísimas fotos... pero ya no las impresiona», lamenta Julia. Sin embargo, no deja de sorprenderle el reciente auge de la fotografía analógica entre los jóvenes.
Fuera del trabajo, Julia López se ilusiona por poder seguir disfrutando a su edad de la familia y de las pequeñas cosas de la vida diaria tan bien como hasta ahora.