La demorada licitación del transporte urbano en Santiago sigue esperando un informe de Madrid

r.m. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

La renovación de la flota definitiva habrá de aguardar aún unos dos años, aunque la futura concesionaria habrá de aportar vehículos que sustituyan a los actuales desde que empiece el contrato

08 mar 2023 . Actualizado a las 14:00 h.

El actual mandato acabará sin que se haya contratado la nueva concesión del transporte urbano. Aunque la incorporación de 11 autocares a finales del pasado año redujo la presión sobre el servicio por los problemas que venía arrastrando una flota envejecida y con problemas de mantenimiento, la concesión está caducada desde el anterior mandato, el de CA. Y pese al compromiso del gobierno socialista de sacarla al principio de este, la pandemia, primero, y la directiva europea que obligó a que todos los autobuses sean de bajas emisiones, después, acabaron por desplazar lo que debería ser una prioridad a una cuestión todavía pendiente a dos meses y medio del término del mandato.

Ambas circunstancias obligaron a realizar nuevos estudios económicos, que retrasaron la apertura del proceso de licitación, un proceso al que el alcalde no es capaz de poner fecha aún, porque parece haberse atascado en Madrid. La Oficina Nacional de Evaluación ha de dar el visto bueno a ese estudio económico. Se le envió en septiembre, según recordaba ayer el alcalde, Xosé Sánchez Bugallo. Y disponía de un mes para pronunciarse, pero ha solicitado documentación en varias ocasiones y el regidor teme que si no resuelve pronto, y espera que sea de forma favorable, habrá que hacer otro estudio, lo que retrasaría todo de nuevo varios meses. Cada vez que ese organismo «se demora» en emitir su informe, si el Banco Central Europeo cambia los tipos de interés, «no seguinte informe nos din que volvamos recalcular as amortizacións cos novos tipos de interese, e por esa razón xa levamos cambiado dúas veces nos últimos seis meses». Por eso espera que resuelva ya, porque, de no ser así, «puidera ser que en 15 días nos digan que hai que recalcular de novo».

Con esta situación, Bugallo ya no tiene claro cuándo se podría licitar el nuevo servicio. Espera poder hacerlo antes de que concluya el mandato. A partir del 12 de mayo, cuando la corporación entre en funciones, ya no podría hacerlo. Y «canto máis se acerquen as eleccións é unha decisión política que se fai máis complexa». Pero los nuevos autobuses no estarían disponibles hasta dentro de dos años. La adjudicación del concurso precisaría entre 6 y 7 meses, calcula el alcalde. Y la adjudicataria tendrá un año para incorporar los nuevos buses, los definitivos, aunque ya de principio tendría que aportar otros para sustituir, hasta entonces, a los que prestan ahora servicio.