Refugiados en la USC: «Tengo claro que si vuelvo a Afganistán no podría seguir viviendo»
SANTIAGO
Ali Kosha estudia con una de las once ayudas concedidas. La Universidade recurrirá al micromecenazgo para incrementar las becas
03 abr 2023 . Actualizado a las 21:34 h.Ali Kosha llegó por primera vez a la Universidade de Santiago (USC) en el curso 2017-2018. Tenía 24 años y lo hacía en el marco del programa Erasmus para seguir los estudios de Historia que había iniciado en Herat (Afganistán). Cuando retornó a su país tras esa estancia poco se imaginaba que regresaría a las aulas compostelanas en pocos años y en circunstancias muy diferentes. Ahora, este estudiante afgano de doctorado es uno de los once beneficiarios del programa de ayudas a personas refugiadas que la USC concedió este curso.
Tras el curso de Erasmus en Santiago, Ali Kosha pasó «del paraíso al infierno» para cumplir su compromiso con la universidad de Herat. «Aquí hay tranquilidad, seguridad y libertad, pero en Afganistán no existe nada de eso», asevera. De regreso, se graduó en Historia, daba clases en un instituto de idiomas y como voluntario también ejercía la docencia en Historia en su universidad. La situación en su país se iba deteriorando y más para personas como él, que publicaba algunos artículos en pequeños periódicos criticando la situación general, la corrupción y la violencia de los talibanes. Así que cuando en el 2020 uno de sus alumnos en el instituto de idiomas le preguntó si quería colaborar de alguna manera con los talibanes entendió que «no era una invitación, sino una amenaza indirecta. Después de eso, ya no pude volver a dar clase en el instituto».
A partir de ahí, Ali Kosha intentó salir de Afganistán, logrando a finales del 2020 venir a España por segunda vez gracias a la ayuda, entre otros, de la USC y del profesor José Carlos Bermejo. «Fue una huida», sentencia. Ya en Santiago, inició un máster en estudios internacionales y publicó Afganistán, una república del silencio. Recuerdos de un estudiante afgano (Foca, 2021), un libro considerado peligroso en su país. Cuando estaba concluyendo el máster, Afganistán fue tomado por los talibanes. En ese momento se dio cuenta que no podía regresar a casa: «Si vuelvo a Afganistán, no podría seguir viviendo. Lo tengo claro». Algunos de sus compañeros de estudios se sumaron a los talibanes, uno de ellos es incluso juez. Así que también se acrecentó la preocupación por su familia. Ahora en ese aspecto está más tranquilo: «Los más vulnerables ya están en España» y eso le permite hablar con una mayor tranquilidad.
Al concluir el máster, profesorado le sugirió que continuase con el doctorado, que inició en el 2021. Ahí fue cuando solicitó por primera vez la ayuda a refugiados, cuya renovación obtuvo para este curso. «Me permitió centrarme en mis estudios, mi idea fue siempre ser un profesor en la universidad. Me ayudó a hacer el doctorado y a escribir porque pronto saldrá mi segundo libro, Afganistán, política y violencia. Sin esta ayuda de la USC no podría hacerlo», apunta Ali Kosha. Aunque el doctorado son tres años, el deseo de este estudiante afgano es concluirlo en dos. «Hay varias razones. La principal es que quiero conseguir trabajo, no quiero depender todo el tiempo de la USC», responde. ¿Sueña con volver algún día a su país? Ali Kosha se lo piensa un momento antes de responder emocionado: «Todo el mundo quiere volver a su país, claro que sí, pero lo veo difícil».
La Universidade activa una campaña de micromecenazgo para mantener o ampliar las becas
En el curso 2016-2017, la Universidade ponía en marcha el programa de ayudas para personas refugiadas ofreciendo la posibilidad a dos sirios, Kamal Aldalati y Zaid Alhamwy, de realizar estudios de Medicina. Este curso, la USC elevó de dos a once los beneficiarios ante el estallido de la guerra en Ucrania. Desde la institución están satisfechos con el funcionamiento del programa y, de cara a poder mantener este número de beneficiarios o incrementarlo, han activado ya una campaña de micromecenazgo a través de la iniciativa Sumo Valor, de manera que la cantidad recaudada se sumará a las aportaciones desde la institución universitaria y de su Consello Social. La inversión ronda este curso los 100.000 euros, asegura la María José López Couso, vicerrectora de Titulacións e Internacionalización.
Este curso hay beneficiarios de Ucrania, Afganistán, Irán, Palestina y Siria, entre otros. «Trátase de persoas que de non ser por este tipo de programas non poderían continuar con seus estudos [..] Nós ofrecémoslle esa posibilidade e unha estabilidade dentro dun tempo limitado», recalca María José López. La convocatoria para el curso que viene tienen previsto publicarla en mayo o junio. Ahí fijarán el número de ayudas según la disponibilidad presupuestaria. «É unha satisfacción para a USC ver como estudantes que tiveron unha axuda acaban os seus estudos e teñen unha opción de alcanzar un posto de traballo», añade.
Además, la USC participa en el programa Mujeres por África con tres becadas del continente para estudios de máster. Este año proceden de Gambia, Túnez y Nigeria. También sigue el programa internacional con la Fundación Carolina para países iberoamericanos y Portugal.