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Dejar de fumar o bajar de peso con solo una sesión de hipnosis: la promesa que inunda Santiago y que choca con la ciencia

Álvaro Sevilla Gómez
ÁLvaro Sevilla SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Sandra Alonso

El Hospital Clínico se ha llenado de carteles que ofrecen un plan con un «93 % de efectividad» que expertos y médicos rechazan

06 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Dejar el alcohol, el cannabis, la cocaína, el tabaco o bajar de peso para descontar tres tallas en tres meses. Todo en una sola sesión de hipnosis. Sin ansiedad, mono o irritabilidad y, además, «con un 93 % de efectividad y garantía». Eso es lo que rezan los carteles que han inundado el entorno del Hospital Clínico de Santiago de Compostela. Su mensaje choca con la visión de los expertos, que piden a aquellas personas que quieran abandonar una adicción que «se pongan en manos de personal sanitario».

Así lo admite Carlos Rábade, neumólogo del CHUS y coordinador del área de tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica. Afirma que no hay trucos mágicos para abandonar los cigarros. «La hipnosis es un tratamiento que tiene una evidencia científica baja y que no ha demostrado que sea eficaz para abandonarlo. El nuestro es un proceso complejo, que requiere decisión, compromiso y el apoyo de profesionales sanitarios. Con el tratamiento adecuado, que tiene una parte psicológica-conductual y otra farmacológica, logra dejarlo entre el 50 y el 60 % de la gente».

Ese porcentaje del 93 % de efectividad tampoco lo compra Ana López, de la Unidade de Tabaquismo de la Facultade de Psicoloxía de la USC, organismo que ha ayudado a dejar los pitillos a centenares de personas: «La hipnosis no es eficaz. Siempre que viene gente a nosotros les preguntamos si han acudido a algún tipo de intervención. Nos encontramos de todo, desde la hipnosis al uso de unos aparatos con láser. Hay un comercio y una serie de empresas que hacen este tipo de cosas. Nosotros tenemos un 65 % de éxito al finalizar el tratamiento, que es un tope terapéutico. Por encima de eso ya no hay nada».

Para los dos expertos, el camino para dejar de fumar debe abordarse desde el enfoque psicológico-conductual. «Primero tiene que haber un compromiso del paciente y después hay que buscar una serie de modificaciones en su conducta. Debe ponerse un día para dejar de fumar, otro para retirar el tabaco de su casa. Después está el día D, que es cuando deja de comprarlo. Y evitar entornos de fumadores, ya que pueden favorecer una recaída», explica Rábade, que puntualiza que hay que frenar ciertos automatismos que se asocian al momento de dar una calada: «Ese pulso no dura más de cinco o diez minutos, pero es fundamental afrontarlo. Les enseñamos técnicas de relajación, el uso de sustitutivos...».

Las recaídas

El programa se complementa con fármacos como los parches de nicotina o el nuevo Todacitan, que financia la Seguridad Social y que reduce, para no elimina, el síndrome de abstinencia. A mayores, el personal sanitario hace un seguimiento del paciente para evitar recaídas o reconducirlos cuando ocurren. «Hay que detectarlas rápido porque hay gente que cuando vuelve a fumar se siente culpable y no aparece más por consulta. La recaída es una forma de aprender, nada más. Es un error no volver al médico», confirma Rábade.

Pero si los expertos creen que la fiabilidad de la hipnosis para dejar de fumar es prácticamente nula, ocurre lo mismo para bajar de peso. «No es un terapia reconocida por nosotros a nivel general. El tema de la obesidad es complejo e influyen desde factores genéticos a psicológicos. El enfoque psicológico para el control de peso pasa por aumentar la motivación y el autocontrol de los pacientes, y la mejora de la impulsividad. En general lo que recomendamos son terapias dirigidas por Psicología como la terapia cognitivo-conductual», afirma Ana Sánchez Bao, médico especialista en Endocrinología y Nutrición.

Según los expertos y la evidencia científica, dejar una adicción o bajar tres tallas tras una sesión de hipnosis —al precio de entre 250 y 350 euros por sesión— sería una mera casualidad. Y ni eso.