El desfase de la EDAR de Santiago eleva a 22 millones la aportación municipal
SANTIAGO
Hasta ahora la financiación comprometida del Concello rondaba los 11 millones
21 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.La actualización de precios por la inflación desde que se adjudicó el proyecto de la depuradora y el sobrecoste que supone la asunción de trabajos imprevistos y detectados en la fase de declaración de impacto ambiental elevarán el sobrecoste del proyecto en unos cinco millones de euros anuales durante el período de construcción de la nueva EDAR (estación depuradora de aguas residuales), lo que sitúa el desfase en 11,4 millones.
Eso supone más del 20 % que la ley admite como tope para la asunción de cambios dentro de un mismo proyecto, por lo que ese sobrecoste acabó derivando en la resolución del contrato y la preparación de otra licitación. Ahora mismo se están revisando los pliegos, en el marco del convenio suscrito entre Acuaes, la Xunta y el Ayuntamiento para financiar la intervención.
Pero ese sobrecoste, asumido como gastos de explotación mientras dure la obra (27 meses y medio) repercutirá únicamente, según ese mismo convenio, en el Ayuntamiento, que ya aportaba 10,6 millones (8,8 de obra y 1,8 de IVA). Eso sitúa el gasto directo para los compostelanos en los 22 millones, siempre que Acuaes, la sociedad estatal de Aguas de las Cuencas de España, no incremente su aportación para un proyecto que, según recoge la plataforma de contratación del Estado, se adjudicó por casi 46,2 (sin contar el IVA) en el 2021. Con este sobrecoste, la inversión total se situará en algo más de 57 millones, en el entorno de los 56,3 que como máximo comprometía aquel convenio. La alcaldesa espera que Acuaes asuma al menos parte de ese importe.
La Xunta ve «muy difícil» cumplir los plazos que exigen los fondos europeos
Dos son las consecuencias que más preocupan a la Consellería de Infraestruturas derivadas de la rescisión del contrato para la construcción de la nueva depuradora de Silvouta y el reinicio del proceso de licitación: el cumplimiento de los plazos para la obtención de los fondos europeos y las consecuencias medioambientales de la prolongación de la situación de la actual planta, también en Silvouta, debido a su insuficiente capacidad para tratar las aguas residuales de Santiago.
Respecto a los fondos europeos, el departamento que dirige Ethel Vázquez, al que está adscrito el organismo Augas de Galicia, considera que ahora «habrá dificultades para cumplir los plazos establecidos» para la ejecución de estos fondos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, que fijan el año 2026 como límite. «En el nuevo escenario, se entiende que es muy difícil el cumplimiento de ese plazo», afirma.
Al respecto, según la información de Acuaes al gobierno local, la previsión de la sociedad pública adscrita al Ministerio para la Transición Ecológica es que el nuevo contrato se adjudicaría a finales de este año, para iniciar las obras a principios del 2024 y concluirlas en abril del 2026.
La Consellería de Infraestruturas considera que será necesario firmar una adenda del convenio que Acuaes, la Xunta y el Concello habían suscrito en febrero del 2021 para adaptar los plazos de vigencia y reajustar las anualidades previstas, puesto que «la inversión presupuestada para el 2023 en los presupuestos de la Xunta, Acuaes y el Concello no se va a poder ejecutar al no empezar las obras».
Infraestruturas mantiene que la Xunta no verá incrementada su aportación, ya que el convenio recoge que será, a través de Augas de Galicia, un importe fijo de 10,8 millones de euros. El convenio prevé que de haber un coste superior o no disponerse de fondos europeos, lo que falte lo debe aportar el Concello.
Raxoi tendrá que decidir si el aporte local se traslada a los recibos o lo asume él mismo
Lo que está claro es que el proyecto para la nueva depuradora, al menos por las circunstancias que se dan ahora mismo, costará 11,4 millones más del precio por el que se adjudicó y que, salvo que se reconsideren las circunstancias para su financiación pactadas en el 2021, como espera Goretti Sanmartín, ese desfase recaerá en su totalidad sobre los compostelanos, ya sea repercutiéndolo en los recibos o a través de los presupuestos. Son las dos únicas vías que tiene el Ayuntamiento para afrontar su participación en la construcción de un equipamiento que acumula, no ya años, sino varios lustros, sobre lo previsto y sobre las necesidades que evidencia la ciudad.
Esa será una decisión que habrá de tomar la nueva corporación, una de las importantes del mandato. Y sin duda pondrá en una complicada tesitura al gobierno de Goretti Sanmartín, quien en la anterior legislatura cuestionó que ese coste se repercutiese en los recibos. La alcaldesa ya ha puesto sobre la mesa la posibilidad de que Acuaes amplíe su aportación. Con la rebaja en la adjudicación del proyecto, la entidad estatal no agotó el tope que estaba dispuesta a asumir en el convenio.