Agentes de seis países, unidos como los guardianes del Camino de Santiago

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Taeho Lee (con gafas de sol), de la policía de Corea, junto a sus compañeros de la OMAP el carabinieri Michele S.; Juliao Melo, de la GNR de Portugal; Bort Emjo, de la gendarmería de Francia; y Manuel Piñeiro, del destacamento de A Coruña de la Guardia Civil. Todos ellos solían empezar juntos la jornada disfrutando de las tostadas y tortilla de Arca Gourmet y se llevaron la receta para compartirla en sus países con amigos y familiares. En la foto, posan con el dueño de este local, Mariano Aponte, y su hijo Adrián.
Taeho Lee (con gafas de sol), de la policía de Corea, junto a sus compañeros de la OMAP el carabinieri Michele S.; Juliao Melo, de la GNR de Portugal; Bort Emjo, de la gendarmería de Francia; y Manuel Piñeiro, del destacamento de A Coruña de la Guardia Civil. Todos ellos solían empezar juntos la jornada disfrutando de las tostadas y tortilla de Arca Gourmet y se llevaron la receta para compartirla en sus países con amigos y familiares. En la foto, posan con el dueño de este local, Mariano Aponte, y su hijo Adrián. CEDIDA

Gendarmes de Francia, Portugal, Alemania e Italia y hasta un policía de Corea del Sur forman patrullas mixtas con guardias civiles para atender a los peregrinos

08 ago 2023 . Actualizado a las 08:05 h.

Había estado estudiando en España hace 10 años y regresó este verano para convertirse en uno de los guardianes extranjeros del Camino de Santiago. Taeho Lee formó parte de las Oficinas Móviles de Atención al Peregrino (OMAP) de Santiago hasta este fin de semana, cuando volvió a su país, Corea del Sur, que por primera vez forma parte del refuerzo estival con dos agentes de su Policía Nacional. A sus 40 años, lleva 15 de servicio y allí «trabajo como investigador de accidentes de tráfico en el entorno del aeropuerto de Seúl». Antes de la pandemia, indica, «Corea era el octavo país de donde procedían más peregrinos. La Guardia Civil hizo una petición a la Policía Nacional de Corea para proteger las rutas jacobeas. Y, como yo viví en España e hice también el Camino, fui elegido para esta colaboración entre muchos otros aspirantes».

Confiesa que los primeros días le costó recordar muchas palabras en español que había olvidado, «pero pude disfrutar de mi trabajo con la ayuda de mis compañeros de la Guardia Civil y de otros policías extranjeros». Disfrutó, sobre todo, la parte de «interactuar con la gente y conocer nuevas culturas». «Lo que más me sorprendió es que haya gente de tantos países», señala, al tiempo que se sintió «feliz» de ayudar a sus compatriotas: «Los coreanos no hablan bien el español y, si sufren un robo, un abuso o necesitan cualquier otra cosa, aunque sea una foto, ellos se sienten muy acogidos». «Suelen decirme que nunca hubieran pensado que la policía coreana pudiese llegar a trabajar en España y se encuentran seguros cuando ven nuestro uniforme aquí», continúa el agente de 40 años, quien recuerda que su primer contacto con el fenómeno jacobeo fue a través de la literatura: «Yo soy católico y me interesé por un libro de un actor brasileño». Como parte de la OMAP de Santiago, compartió hotel y trabajo con agentes italianos, franceses, alemanes y portugueses. Tal y como constata Taeho Lee, se forjó «un gran vínculo entre todos». No solo desayunaban juntos sino que, después de la comida o cena, hacían planes «como una familia».

José Antonio Rivero Zobra, capitán de la Guardia Civil de Santiago, explica que en el año 2011 se aprobó el Plan de Turismo Seguro, que «prevé la incorporación de agentes de policía extranjeros en los dispositivos de seguridad que se establecen en las principales zonas de concentración de turistas internacionales y, desde entonces, estos agentes han prestado servicios en el Camino, formando patrullas mixtas con personal especializado de la Guardia Civil. Actúan bajo su dirección y solo presencia de estos, no pudiendo intervenir de forma autónoma». Los policías desplazados, destaca, «han de reunir unos requisitos muy exigentes, como tener un mínimo de 5 años de experiencia en seguridad ciudadana, un conocimiento del castellano de nivel profesional y ser conocedores de la realidad social de nuestro país».

En julio se incorporaron 24 agentes extranjeros a las OMAP gallegas para reforzar la labor preventiva que realiza la Guardia Civil, procedentes de Italia, Francia, Alemania, Portugal, Corea, además de la Policía de Irlanda y Rodoviaria de Brasil. Además de tramitar denuncias, asesoran a los peregrinos y les proporcionan información sobre el Camino o los servicios públicos disponibles. «Utilizan vehículos tipo furgón o monovolumen, adaptados en su interior con medios telemáticos que permiten tramitar denuncias y asistir directamente a los peregrinos en el propio Camino», apunta Rivero. Su ámbito de actuación se circunscribe a las rutas jacobeas y, en el caso de la OMAP de Santiago, da cobertura a los siete trazados que transcurren por la provincia de A Coruña, prestando especial atención a la ruta francesa por tratarse de la ruta con mayor flujo de peregrinos. «Estas patrullas e activan en los períodos del año que coinciden con el incremento de usuarios del Camino, normalmente coincidiendo con la Semana Santa y con los cuatro meses de verano, entre junio y septiembre», indica. El servicio se enmarca dentro del convenio Prüm, ratificado por España en el año 2005, el cual establece las bases para esta cooperación policial transfronteriza, puntualiza el capitán de Santiago.