La propuesta recoge la visitas a algunos monumentos en el entorno de Cacheiras
14 oct 2023 . Actualizado a las 05:05 h.Teo tiene una parte urbana, una parte rural y una parte salvaje. En la primera, la presión demográfica podría llegar a aprisionar visual y estáticamente a los monumentos que se encuentran en su entorno, como pasa en muchos municipios. Hasta ahora parece que se va salvando el peligro, al menos en los alrededores de Cacheiras, que es la zona que ha experimentado un mayor crecimiento urbanístico. Y como la oferta de restauración es ahí amplia, el ir a uno de estos establecimientos se complementa con la visita a alguno de esos monumentos.
Así que, bajando a Cacheiras, en una curva abierta aparece el cruce a la izquierda que conduce a Ribeira —las casas de ahí mismo, con su molino en un entorno muy grato— y a Raxó. Ante los ojos, un cruceiro a la diestra que de alguna manera tapa otra obra de arte popular: un peto de ánimas. O sea, un pequeño santuario donde se hacían peticiones y se dejaban limosnas para que la divinidad accediera a lo solicitado. Este en concreto es de estilo barroco. El cruceiro muestra dos imágenes: un Cristo crucificado con tres clavos, corona de espinas en la cabeza y manos abierta es una; y la segunda representa a la Virgen de la Piedad.
E inmediatamente después, a mano contraria, un santuario de largo nombre: Nosa Señora da Consolación e Santa María da Cabeza. Un panel informa de que fue construida «coas pedras da antiga ermida de San Sadurniño, derruída no século XVII polos continuos saqueos dos bandoleiros».
El lugar es muy conocido en una amplia comarca porque a su lado hay una fuente de propiedades milagrosas, de manera que no faltan quienes acudan hasta allí para mojar la cabeza con esa agua calificada de «bendita» y que tiene fama de ser eficaz contra el meigallo.
En lo que se refiere al edificio en sí, no deslumbra pero de humilde no tiene nada. Se levantó salvando un desnivel puesto que ocupa una suave ladera, y se emplearon sillares en los esquinales, fachada y cortos pero sólidos contrafuertes, y granito irregular para el resto. Campanario sencillo y gran nártex sostenido por dos columnas bien trabajadas y con capiteles decorados. Una puerta lateral tapiada con piedras, no con cemento, llama la atención, como la llama el edificio auxiliar posterior, la fuente, el estupendo lavadero tradicional y el estanque.
En el interior, un arco triunfal da paso a un presbiterio cuyo fondo ocupa totalmente un altar. Sencillez, equilibrio y todo ello en muy buen estado, tanto por fuera como por dentro.
Marcha atrás a la carretera y a mano contraria surge un desvío —la CP-8202— que conduce a la iglesia de San Simón de Ons previo paso ante un sobresaliente muro, perteneciente a una casa con mucha historia y en la que resalta su chimenea. En realidad, es ese pequeño conjunto lo que hay que destacar, empezando por el magnífico vía crucis. El edificio de al lado, de uso religioso, ya muestra un dintel con la vieja inscripción «Ave María sin pecado concebida».
La iglesia fue levantada en muy buen granito. Además de la fachada, muy ornamentada, y su puerta principal, presume de vano lateral con la virgen y su hijo crucificado. Al campanario, en una de las dos torres, se accede desde el exterior, y por cierto, la iglesia —con tumbas en el suelo, alguna nada reciente— no estuvo rematada del todo hasta 1990.
Un cruceiro también de notable se alza sobre una base múltiple de respetable altura, recortada por un lado, mientras que otro edificio noble, dedicado a la educación y a la cultura, se construyó frente a él. Por cierto, hay tumbas en el atrio. Cuatro olivos enmarcan el conjunto, que en este caso no se ve apretado por el cementerio: este, de grandes dimensiones, se encuentra alejado.