Este santiagués abrió una nueva sala de billar en Compostela para revivir el antiguo espíritu de La Camelia

SANTIAGO

Yago Navaza se reencontró con el taco tras más de 20 años de parón y montó A Senda do Pool, que tendrá su propia academia y una liga amateur
18 oct 2023 . Actualizado a las 08:03 h.Cuando aprendió a jugar al billar, Yago Navaza era solo un niño. Le enseñó su padre, Félix, y todavía usa el taco que este le regaló hace 32 años por el componente sentimental que tiene -incluso tiene nombre, uno que le puso de pequeño, Bufi, por ser un taco de la marca Búfalo-. «Mi hermano mayor y yo empezamos a jugar con él, en paz descanse, en una mesa de carambolas, con solo tres bolas, y luego nos pasamos a la americana», recuerda. El santiagués se convirtió en uno de los habituales de la popular sala de billar de la cuesta de La Camelia. Allí pasó «horas y horas» practicando. Incluso ganó el único torneo que celebraban cuando tenía 15 años, rememora a sus 46 este vecino de Sar: «Competía con gente mucho mayor que yo y, de los nervios, llegué a vomitar». Guarda un recuerdo muy especial de las personas que llevaban aquel establecimiento, Suso, Lamas y Juan; y ahora es él quien abre su propia sala de billares en Compostela, tratando de rescatar aquel espíritu que marcó la juventud de varias generaciones con un mismo punto de encuentro, en Santo Domingo de la Calzada.
Yago inauguraba hace justo una semana A Senda do Pool en la avenida Rosalía de Castro y «en estos días ha tenido mucha aceptación. Me estoy reencontrando con gente de toda la vida que conocí en La Camelia, pero también con mucha otra nueva. El 75 % de los que entran son desconocidos», dice un jugador que retomó el billar el otoño pasado (tras 22 años de parón) y compite en tercera, con la aspiración de subir a segunda este curso. «Hay mucha gente que está volviendo a jugar, otros que nunca lo dejaron y una nueva generación que está aprendiendo», indica un padre de familia que —siguiendo el ejemplo del suyo— está enseñando los secretos de este deporte a sus hijos mayores, Fiz y María. «La menor, Martina, tiene solo 5 años y es demasiado pequeña aún; pero gracias a ellos tuve la idea de montar en A Senda do Pool una liga amateur y una academia de billar. Dará las clases un campeón gallego, Manuel Castro. Hay una estatura mínima para llegar a la mesa e iniciarse, pero a partir de los 10 años ya suelen estar preparados y no hay límite de edad para aprender. Yo siempre fui una persona muy activa y el billar a mí me da esa paz y concentración que necesito, porque además de tener puntería, es un juego en el que es importante la estrategia».
Para Yago esta una alternativa de ocio que permite «apartar un rato a los chavales de la maquinita, que socialicen y amplíen su círculo de amistades» y destaca que ha podido poner en marcha esta sala con la ayuda de su mujer Elisa, quien ya jugaba en la época de La Camelia, y es «la heroína que me da cobertura con los niños», subraya un santiagués que lleva toda la vida trabajando para multinacionales, y sigue haciéndolo. «Estuve fuera desde 1997 al 2011 y retorné a Santiago porque fui padre y queríamos que los niños crecieran en un barrio», puntualiza.