Ingeniería Informática, la carrera que en A Coruña estudia 1 mujer por cada 7 hombres

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro Sevilla SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Laura Salgueiro y Lucía Gil, estudiantes de Ingeniería Informática en la USC
Laura Salgueiro y Lucía Gil, estudiantes de Ingeniería Informática en la USC LA VOZ

«No se ven en ese título o en el papel que deben desenvolver. Lo ideal es buscar la igualdad, pero es extraño que haya un número tan elevado de hombres y tan bajo de mujeres», indican desde la USC

25 oct 2023 . Actualizado a las 04:14 h.

En España, Ingeniería Informática es una de las carreras con mayor inserción laboral. Cuenta además con los salarios más altos nada más terminarla, pero ni así convence a las adolescentes que, una vez llegan a los 18 años, deciden descartarla. Así lo evidencian los datos de matriculación de las dos universidades de la provincia de A Coruña, USC y UDC, que muestran que por cada mujer que la estudia hay poco menos de siete hombres con los que comparten aula. Son aproximadamente el 13 % del total. En la de A Coruña son 1.113 chicos por 159 chicas, mientras que en la de Compostela hay 270 futuros informáticos por 50 universitarias. Las campañas, talleres y programas no terminan de cuajar, admiten desde el sector.

«De alguna manera piensan que no es lo suyo. No se ven en ese título o en el papel que deben desenvolver. Lo ideal es buscar la igualdad, pero es extraño que haya un número tan elevado de hombres y tan bajo de mujeres», explica Julia González, directora de la Escola Técnica Superior de Enxeñería (ETSE) de la USC, que reconoce que a pesar del paso del tiempo, los porcentajes entre hombres y mujeres no han variado demasiado. Sobre el número de alumnas que terminan la titulación, dice que «no hay diferencia. Destacan de igual manera, también a la hora de colocarse. El problema está en el acceso y en por qué deciden no entrar».

Que no se trata de una cuestión laboral o salarial lo evidencia el último estudio U-Ránking, creado por la Fundación BBVA e Ivie con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). En el texto remarcan que la informática se ha convertido en la rama con mayor inserción laboral, con un 96,3 % de entrada al mercado. El porcentaje de ocupados que cuentan con un salario por encima de los 1.500 euros roza el 80 %. Además, el 92,8 % de los graduados desempeñan ocupaciones altamente cualificadas y el 89 % trabaja en actividades relacionadas con sus estudios; por encima de otras ramas como la salud.

El naval

Aunque Ingeniería Informática destaca en esa brecha de género gracias a sus más de 1.000 alumnos, existen otras titulaciones en las que esas diferentes son también importantes. En la UDC sobre todo hay dos: Máquinas Navais, con 50 alumnos y 7 alumnas; y Tecnoloxías Mariñas, con 47 y 2. En la USC, el caso más relevante es el del doble grado de Educación Infantil y Educación Primaria, que registra a 73 universitarias por los 3 universitarios que han decido cursarlo.

En Medicina, otra de las carreras con mayor inserción laboral y mejores salarios, la situación es la contraria. Ahí las mujeres suponen el 70 %, siendo un total de 1.528, por los 625 hombres que quieren vestirse la bata blanca.

CESAR QUIAN

«Existen ciertos estereotipos que asumimos inconscientemente»

Lucía Gil Martínez (Vigo, 2003) no tenía muy claro qué iba a estudiar, pero cuando se matriculó en Ingeniería Informática supo que no había fallado: «Nunca había programado, pero ha sido una decisión acertada. Es un mundo muy interesante». Que apenas había mujeres en las aulas lo descubrió rápido: «Me resultó chocante, supongo que existen ciertos estereotipos que asumimos inconscientemente, por ejemplo cuando ves una película o una serie nunca sale una mujer programando. En realidad, en el grupo de amigos siempre es uno chico con gafas el que hace de programador. Eso hace que a las mujeres ya no les parezca interesante, sino que ya ni se lo planteen. Las mujeres no tenemos referentes en este mundo».

Cursa el segundo curso de la carrera y reconoce que su paso está siendo útil y nutritivo intelectualmente: «Después de terminar primero cambia mucho la cosa. Ahora estamos más centrados en programación, mientras que en primero tienes varias materias de matemáticas. Es una carrera que cambia tu manera de enfocar las cosas, más que estudiar cómo funcionan, nos ayudan a comprenderlas». Sobre donde se ve en un futuro admite que «no lo tiene claro, la verdad. En general todas las ramas de la informática me parece interesantes. Es un campo que nunca deja de avanzar y de conseguir nuevos objetivos. Esta ciencia en los últimos diez años ha cambiado radicalmente, algo que no ocurre por ejemplo con la biología o la física, donde existen avances, pero no tan bruscos. Aquí construimos y creamos». Cree que universidades y gobierno deben seguir con las campañas, aunque la clave, afirma es «que las películas, televisión y libros muestren a mujeres informáticas. Si las chicas no las ven no se les pasa por la cabeza».

«No sabía lo que iba a estudiar, pero cada materia me encanta»

Laura Salgueiro (Santiago, 2002) es una de las pocas mujeres que estudian el doble grado de Matemáticas e Ingeniería Informática en la Universidade de Santiago de Compostela (USC). Ya en cuarto curso, admite que la informática se ha convertido en una de sus pasiones: «Me está gustando mucho. No sabía lo que iba a estudiar, pero cada materia me encanta. En el instituto me gustaban las matemáticas y mis padres me dijeron que me podría gustar también la informática. Siguiendo esas dos indicaciones me matriculé en el doble grado. Se lo recomendaría a todas las mujeres, que se lo planteen. Es algo de lo que no se van a arrepentir».

Que Ingeniería Informática sea una de las carreras con menor número de mujeres cree que «se debe a dos factores: el biológico y el social. En cuanto al biológico, considero que en la adolescencia las mujeres maduran antes que los hombres. Ellos tienen más tiempo a fisgar y buscar qué es lo que les gusta. Nosotras nos esforzamos más en sacar todas las asignaturas, no en profundizar en lo que más nos gusta». Acerca de la presión social, lo compara con «los juguetes. En un centro comercial tienes pasillos para niños y niñas. En las carreras pasa un poco igual, donde a las mujeres se las orienta de manera diferente». Admite que proyectos como el STEMBach, más centrado en las ciencia y la tecnología, es un buen recurso para acabar con esa diferencia: «Les puede ayudar a conocer ciertas materias que si no sería imposible». Más retador se antoja el salto laboral: «Percibimos que existe un techo de cristal donde a las mujeres nos cuesta llegar a lo más alto, también porque la mayoría de trabajadores son hombres. Es un círculo vicioso. Si las mujeres creen que crecer les costará más, muchas lo descartarán».

La USC ha creado una campaña para llevar a científicas e ingenieras a los centros educativos

Trabajar para que las jóvenes y adolescentes vean que la ciencia no les da la espalda. Ese es uno de los objetivos que se ha marcado la delegada de Igualdade de la USC, Marta Pérez Pereiro, quien admite que las campañas tienen que adelantarse y no esperar a que las jóvenes lleguen al instituto: «Hai que comezar a fomentalas nas idades temperás. A división de roles faise cedo, no cole e tamén na socialización da vida diaria».

Con la colaboración del Concello de Santiago, la USC puso en marcha el proyecto Unha enxeñeira ou científica en cada cole, donde ofrecen diferentes talleres que llegan a buena parte de los colegios de su área de influencia, y que también se pueden seguir a través de la red de manera telemática. «Hai formacións nas que as porcentaxes de mulleres son baixas. O que hai de fondo é a falta de confianza das mulleres, que se orientan cara os coidados e non cara a creatividade ou o pensamento científico. E todo temos as mesmas capacidades para levalo a cabo», admitió Pérez. La demostración está también en el campus de Ferrol, donde de los 81 alumnos de la Enxeñaría Eléctrica, solo 11 son mujeres, algo similar a lo que ocurre en el de Electrónica Industrial e Automática. Aunque hay 181 personas matriculadas, solo 24 son universitarias.