El proyecto, aún abierto a la participación, arrancaría con la instalación de placas solares para cuarenta hogares en la cubierta del Palacio de Congresos
17 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.La figura que creo la UE a raíz de la crisis energética de la guerra en Ucrania para facilitar la implicación de la ciudadanía en el uso de las renovables, y, en consecuencia, en la lucha contra el cambio climático caló en Melide. Un grupo de vecinos se unió para trabajar en la constitución de una comunidad energética a través de la que avanzar en el autoconsumo eléctrico, haciendo efectivo un ahorro en la factura doméstica de la luz. Se trata de un iniciativa abierta a la participación vecinal que cuenta, a priori, con el respaldo del Concello melidense, en el que existe voluntad de colaborar, cediendo el uso de las cubierta de los edificios municipales para la instalación de placas solares comunitarias.
En efecto, de la administración local es el informe que determina la viabilidad de constituir una comunidad energética, tal y como indica Cristina Sánchez, una de las tres personas que puso en marcha la iniciativa. «A nosa, vocación é mellorar o poder adquisitivo dos veciños, tanto das familias como dos comercios, nun momento economicamente complexo, para estes ultimos porque cada vez os marxes empresarias son máis pequenos, e a nivel particular, cada vez temos menos cartos para gastar», indica esta ingeniera industrial y profesora de energía fotovoltaica en Formación Profesional. Tras una primera toma de contacto con los vecinos a principios de noviembre, este domingo se celebrará una segunda reunión, también de acceso libre, para dar a conocer el proyecto, que despertó el interés, tras el primer encuentro, de una quincena de melidenses.
Y es que, aunque todavía en estado embrionario, la idea ya empezó a coger forma. El estudio realizado por el Concello de Melide corrobora, además de la viabilidad del proyecto, que la instalación más rentable es la fotovoltaica. Asimismo, avanza la conveniencia de empezar a desplegar las placas solares en el tejado del llamado Palacio de Congresos.«Os tellados dos edificios públicos son moi apropiados polo tipo de cuberta que teñen, porque están ben orientados, e porque, ademais, son grandes», explica Cristina Sánchez. En concreto, la cubierta del recinto de la localidad melidense dispone del espacio suficiente para una instalación de 100 kilovatios que abastecería de media a 40 familias. «Non aporta toda a enerxía, pero si suporía uns aforros de entre o 30 e o 50 por cento na factura mensual», aclara Sánchez. El ahorro será mayor adaptando el consumo a las horas de más producción de la instalación fotovoltaica, que, al transformar en energía la luz solar, se incrementa en las horas centrales del día y en los meses con más horas de luz.
¿Y cómo se haría efectivo ese ahorro en el recibo de la luz? Es otras de las cuestiones a las que se dará respuesta en el encuentro vecinal de este domingo, que se celebrará, a partir de las siete de la tarde, en la sala de conferencias del edificio multiusos. Una vez constituidos en entidad jurídica, los socios de la comunidad energética firman un acuerdo de reparto que se traslada a las empresas distribuidoras a las que, de manera particular, cada uno de ellos le tiene contratado el suministro eléctrico. Son, por tanto, las compañías las que, luego de leer el contador de generación del que se dota la instalación, se encargan de aplicar, con arreglo a lo dispuesto en ese documento, el descuento correspondiente en el recibo doméstico de cada hogar.
Inversión y amortización
La participación en una comunidad energética también tiene como ventaja para el particular la inversión, que es menor que para una instalación doméstica. «Os costes dilúense entre os participantes», señala Sánchez, que apunta, al hilo, que la inversión por socio, que puede variar en función de las necesidades energéticas de cada hogar, es de entre 2.000 y 3.000 euros. Frente a esas cantidades, la instalación de placas solares en un inmueble particular se sitúa entre 6.000 y 10.000 euros. Además, el mayor aprovechamiento energético permite «amortizar antes a instalación, que se desconta en 4-5 anos, cando individualmente pode levar o doble», explica la ingeniera industrial.
Cristina Sánchez anima a los vecinos a asistir al encuentro, así como a implicarse en la iniciativa, «unha utopía hai cinco anos, e algo que agora está nas nosas mans facer», afirma. «Europa necesita que sexamos autosuficientes enerxeticamente», recuerda. Y ese objetivo comunitario confluye con el interés de los socios de una comunidad energética, «que queremos que ese ben básico, que é a enerxía, dependa, na medida do posible, de nós», dice. La iniciativa se le trasladó a la empresa eléctrica local, puesto que «é un potencial que temos en Melide, e algo que como negocio nos interesa manter, porque queremos que sexa bo para todos, que xenere valor», defiende. Además, añade, «pensamos que é unha proposta que lles pode resultar interesante, e que podemos axudarnos mutuamente». De hecho, «a priori, hai vocación de colaboración mutua».