En esta cerería artesana de Santiago arrasan con sus velas con olor a Navidad y rituales para Fin de Año
SANTIAGO
Mariana González está al frente de la tienda Cinco Calles, en el casco antiguo
21 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.En pleno casco histórico de Santiago, a pocos metros de la Facultade de Historia, pervive una cerería tradicional y artesanal en la era de los leds, la única de la ciudad. La historia de Cinco Calles se remonta a 1940. Han pasado 83 años (casi 84) y tres generaciones desde que su fundador, Maximino Fernández, empezó a ir por los pueblos para comprar cera y transformarla luego en velas con sus propias manos. Pasó el testigo del negocio a su hija, María del Carmen, y desde hace un tiempo la nuera de esta, Mariana González García, aunque sus suegra vive encima del establecimiento y es habitual verla por allí.
Cuenta una pontevedresa que acabó en la capital gallega por amor que, por mucho que proliferen las luces de Navidad en las calles y hogares, en su cerería sigue siendo una de las campañas fuertes del año (junto con la Semana Santa, Difuntos y las ceremonias sacramentales). Es difícil competir con la calidez y magia que dan las velas. Y, este año en concreto, en Cinco Calles lanzaron una con olor a Navidad que arrasó y se agotó hace días. «Hicimos por primera vez unas velas aromáticas que olían a naranja, galleta y jengibre. La verdad es que no pensé que fueran a tener tanto éxito, pero es un aroma muy característico, típico de los postres navideños, y la gente nada más entrar por la puerta preguntaba de dónde venía. La vainilla siempre funciona bien y tenemos otra que huele muy rico, a madera de ciprés. Algunas de ellas van en vaso de cristal y, una vez que se consume la vela, nos traen el recipiente y se lo rellenamos de nuevo; son 100 % ecológicas, con mecha de madera. Este mes siempre aumentan las ventas del velón rojo, el dorado y las velitas de brilli-brilli, con purpurina. Antes se pasaba bastante en las casas de la decoración navideña, pero ahora se trabaja mucho», constata Mariana.
Ella también pinta y hace candelas personalizadas, que muchos encargan para regalar por las fiestas con el nombre del destinatario y elementos que le gusten. Y, aunque pueda parece imposible competir hoy contra las grandes cadenas y los bazares, aclara la lerezana que ellos pueden permitírselo al contar fábrica propia (en el polígono del Tambre) y no tener intermediarios, lo que siempre encarece los costes. «Si te llevas a buen precio un buen producto, que no mancha, ni huele y se consume hasta el final, acabas volviendo», indica. Este es el secreto de su larga vida, además de seguir teniendo un importante mercado en las romerías y templos (incluida la catedral de Santiago).
En los últimos años, Cinco Calles se abrió camino también por la senda de lo esotérico. De hecho, Mariana creó un ritual para empezar el año con buena energía que muchos ya encargan de un año para el otro para no quedarse sin él. La ceremonia de Fin de Año arranca con un sahumerio: la mañana del día 31, en un recipiente resistente al calor, se coloca el carbón encendido y las hierbas, y con ese sahumerio se recorre toda la casa mientras recita un breve conjuro con el que invita a que la prosperidad entre en su hogar para quedarse. Ese mismo día hay que encender el velón y colocar bajo él un papel con nuestras peticiones para el 2024, al tiempo que se pronuncia otra declaración que viene incluida en el pack del ritual. «Este año va dedicado a la bondad y empatía, que hacen falta en estos días», aclara la dueña de la cerería santiaguesa. Por último, el día 1 hay que encender el palo santo en la llama de ese velón que ha ido consumiéndose durante toda la noche y repartir el humo por las distintas estancias de la vivienda. «De esa forma empiezas una nueva etapa con buena armonía, buen rollo y buena energía», incide.
La propia Mariana sale a recoger las hierbas según la estación del año y las prepara y ritualiza. «Yo creo mucho en energías y hay mucha gente que no creía en esto y lo acaba haciendo», dice. Aunque Cinco Calles tiene página web, el grueso de las ventas siguen haciéndose de forma física. A la tienda online recurren muchos turistas y peregrinos que conocieron su producto en su visita a Santiago y se convierten en clientes habituales. «Aquí prácticamente se trabaja todo el año, salvo enero y febrero que hay un pequeño bajón. Luego ya llega la Semana Santa y los bautizos, bodas y comuniones», señala la responsable.