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Goteras y condensación destrozan el pabellón de la USC: «Este inverno, de cada dous días, o pavillón tivo que pechar un»

S. Gómez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

CEDIDA

La USC se queda sola a la hora de conservar infraestructuras deportivas que dan servicio a más de 8.000 personas al año, muchas de ellas ajenas a la comunidad universitaria

28 ene 2024 . Actualizado a las 21:48 h.

Unas 8.000 personas hacen deporte cada año de la mano de la Universidade de Santiago de Compostela (USC). La mayoría forman parte de su comunidad educativa, pero tampoco son las únicas. La muestra, los miles de niños, adolescentes y adultos que cada semana practican fútbol o rugbi en el campo de hierba artificial que se encuentra entre la avenida Mestre Mateo y las facultades de Matemáticas y Bioloxía. Menos suerte tienen aquellos que deben utilizar el pabellón universitario, sobre todo este invierno, cuando las goteras y la condensación de su interior lo han convertido en inservible.

Es el propio delegado del rector de Deportes, Javier Rico, el que reconoce que la infraestructura está obsoleta: «Este inverno, de cada dous días, o pavillón tivo que estar pechado un». Explica que requiere una reforma integral para que el agua deje de inundar la pista y para remediar las filtraciones del tejado: «Este ano tivemos que aprazar máis de cen partidos das ligas universitarias. Non podemos organizar actividades para clubs ou federacións de fóra. Tal e como está non podemos comprometernos con ninguén. É unha instalación básica, pero se a cousa non cambia vémonos abocados a pechala e non ter programación alí».

Conseguir colaboración con otras instituciones, a eso se agarra la USC para poner remedio a un problema que afecta a más de 8.000 personas y que impide que los jóvenes practiquen deporte en una edad en la que es fundamental. «Precisamos espazos si queremos conseguir que a cidadanía teña unha vida activa. Nós podemos implicarnos e abrir aínda máis as nosas instalacións, pero non así. Os rapaces, cando chegan á universidade, ou os enganchamos ou abandonan a práctica deportiva. A universidade é un elemento determinante para que iso non se produza», explica Rico, que señala las obras que se realizaron en la pista de atletismo como ejemplo de buenas prácticas: «Fíxose unha inversión importante, na que participou a Xunta, a Deputación e o Concello. Nós podemos canalizar moita actividade, como xa estamos facendo con federacións e clubs, pero necesitamos axuda en canto aos investimentos».

Afirma que el proyecto más lógico pasa por la construcción de un nuevo pabellón en el mismo lugar que el actual. «Ter un polideportivo con gradas non é necesario. É mellor contar con un pavillón cunha pista moito máis grande, onde se poidan realizar actividades simultaneamente», explica Rico, quien estima que el coste estaría entre los tres y los seis millones de euros, en función de la instalación por la que se opte: «Nel poderíase xogar un partido de baloncesto, adestrar a bádminton e facer unha clase de actividades dirixas á vez».

Con más de 700.000 euros invertidos en sus instalaciones deportivas en los últimos años, la USC reclama y se abre a lograr sinergias con otras instituciones para actualizar una infraestructura clave, y cuyo beneficio redunda también en el resto de la sociedad compostelana.

El campo de fútbol de la Universidade requiere 500.000 euros de inversión para los vestuarios

Además de los problemas que sufre el pabellón polideportivo, la USC cuenta con múltiples infraestructuras que debe mantener, cuidar y renovar. Una de ellas es el campo de fútbol y rugbi del campus sur, utilizado no solo para la comunidad universitaria, sino también por el fútbol base y sénior del Concello de Santiago. «Agora toca arranxar os vestiarios, xa que non lles chega ben a auga quente», admite Javier Rico, quien precisa que el coste de la nueva obra rondará, al menos, los 500.000 euros, montante excesivo para un terreno de juego que usa más gente ajena a la Universidade que propia.

El presupuesto de la USC destinado a deportes se encuentra en los tres millones de euros. Para mostrar el esfuerzo realizado, Rico enumera las obras financiadas con fondos propios. Entre ellas, el acondicionamiento de las cuatro pistas de tenis, así como la puesta a punto del gimnasio, para el que se destinaron 100.000 euros en reformar suelo, paredes, cambiar la iluminación y meter un intercambiador de aire para evitar la condensación. También se arregló el falso techo de la piscina universitaria, utilizada por muchos vecinos compostelanos, donde se instalaron paneles fotovoltaicos.

«O campus é estratéxico, por localización e infraestruturas, para fomentar a práctica deportiva en toda a cidade», explica Rico, quien cree que el número de usuarios anuales podría superar con creces las 10.000 personas si se comienza a trabajar en conjunto con instituciones, federaciones e incluso con los organismos dependientes del Gobierno: «Os nosos usuarios temos que paralos en 8.000 porque non podemos coller máis. Hai clubs e asociacións que nos pediron o pavillón e gustaríanos deixarllo, pero é imposible coa condensación e as goteiras actuais».