Tratar el cáncer de próstata pasa de 28 a 5 días con una técnica exclusiva del Hospital Clínico de Santiago

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro Sevilla SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Víctor Luna Vega, Paula Peleteiro Higuero, Ana Maria Carballo Castro, Patricia Calvo Crespo y Ramón Lobato Busto
Víctor Luna Vega, Paula Peleteiro Higuero, Ana Maria Carballo Castro, Patricia Calvo Crespo y Ramón Lobato Busto SANDRA ALONSO

La radioterapia corporal estereotáctica reduce el número de sesiones gracias a su precisión milimétrica, aumentando la radiación sin provocar más toxicidad

03 feb 2024 . Actualizado a las 21:52 h.

Un pasillo blanco e interminable conduce al servicio de oncología radioterapéutica del Hospital Clínico. Entre sus despachos, consultas y búnkeres, los radiofísicos Víctor Luna Vega y Ramón Lobato Busto, junto a las oncólogas radioterapéuticas Paula Peleteiro Higuero, Ana María Carballo Castro y Patricia Castro Crespo, se han convertido en el primer grupo de profesionales de la sanidad pública gallega en aplicar la radioterapia corporal estereotáctica para el tratamiento del cáncer de próstata. Solo en el 2023 se diagnosticaron en Galicia unos 2.400 casos nuevos de una patología que crece de manera imparable. De todos ellos, alrededor de un 20 % podrán beneficiarse de la nueva técnica, que reduce exponencialmente el número de sesiones. Destinada a pacientes de riesgo bajo o intermedio, pasarán de las 28 sesiones del tratamiento convencional que se aplicaba hasta ahora, a las 5 del nuevo.

«Aumenta a precisión, a rapidez, a seguridade e a eficacia. Optimizas recursos e melloras a calidade de vida dos pacientes», explica Ana María Carballo, que detalla el proceso: «Facemos un tratamento guiado por imaxe. Necesitamos colocar uns marcadores radiopacos que van dentro da próstata. Cun TAC delimitamos o volume que queremos irradiar, que é a próstata cun pequeno marxe para protexer o resto de tecidos. Os marcadores —que se colocan en quirófano con la ayuda de un ecógrafo y que no tienen efectos adversos— facilítannos, cunha precisión milimétrica a posición da próstata. Cada poucos segundos o acelerador fai unha imaxe. Se hai movemento da próstata e sae dos límites de tolerancia, o tratamento párase automaticamente, e temos que colocar de novo ao paciente. Isto fai que poidamos darlle unha dose de radiación moi alta, mantendo a seguridade e contando con máis ocos nas máquinas para máis pacientes».

Cada sesión dura entre 12 o 15 minutos, que se realizan en días alternos. Si antes el paciente tardaba cerca de un mes y medio en recibir todo el tratamiento, con la nueva técnica necesitará acudir al hospital poco más de una semana. «Mejora mucho la calidad de vida. Es muy rápido. Requiere más tiempo la propia colocación del paciente que la administración del tratamiento», explica Patricia Castro. «Antes debían venir más de 30 días. La tecnología va evolucionando constantemente», precisa Paula Peleteiro.

Aunque los tiempos se reducen exponencialmente, los resultados se mantienen, lo mismo que las toxicidades, que tampoco aumentan. «Aforras tempo e calidade de vida. Veñen ao hospital moito menos e iso pode axudar a optimizar os tempos e baixar as listas de espera. Aproveitas moito máis os recursos», confirma Ana María Carballo. El primer paciente que se benefició de la radioterapia corporal estereotáctica lo hizo en diciembre. «Foi moi ben, é unha técnica moi segura e a verdade é que a experiencia foi boa. Estábamos un pouco en tensión porque era a primeira vez, pero o paciente acabou encantado», confirma Carballo, que reconoce que el enfermo no quería cirugía. Con la radioterapia, el servicio gana una opción terapéutica a mayores, «que tiene la misma tasa de recuperación que la cirugía y efectos adversos menores», dice Peleteiro.

Detectar a los candidatos

El perfil más común de los enfermos con cáncer de próstata responde a un hombre de unos 70 años al que se le detecta la enfermedad de manera precoz. Los casos irreversibles, en los que ya existe metástasis, son cerca de un 7 u 8 % del total. La clave, explican las tres profesionales, pasa por elegir la mejor opción para cada persona. «Depende moito da calidade miccional. Si ouriñan mal tes que pensalo porque a toxicidade durante os primeiros días pode ser moito maior. Nos casos onde os pacientes teñen outras patoloxías, este tratamento é moito mellor, xa que non se lle recomenda a solución cirúrxica», explica la doctora Carballo, que precisa que la dosis de radiación que se administra en cada sesión ha pasado de 2Gy diarios (200cGy) a 7.5 Gy (750 cGy).

Con el equipo de trabajo perfectamente engrasado, condición indispensable para realizar la técnica con éxito, el CHUS suma una nueva herramienta de vanguardia para pelear contra un cáncer que sufrirán uno de cada ocho hombres a lo largo de su vida. De todos ellos, un 20 % podrán beneficiarse de la radioterapia corporal estereotáctica.