O Son do Camiño rebosa desde primera hora en su segundo día: «Imos darlle candela»
SANTIAGO
La Oreja de Van Gogh conquistó al público a golpe de temas míticos de su repertorio
31 may 2024 . Actualizado a las 21:36 h.El público madrugó más en esta segunda jornada de O Son do Camiño. Sin clase ni exámenes al día siguiente, el festival puede vivirse ya con total intensidad y eso se notó en la cantidad de jóvenes que acudieron. El perfil del festivalero ya se pareció más a las ediciones precedentes. Aunque solo una parte del foso estaba ocupada cuando la voz de Marilia Monzón sonó para iniciar el día más extenso en cuanto a horas de música, con más de doce. Ya se presentaba casi lleno cuando Monoulious DOP plasmaba su espíritu gamberro sobre el escenario. «Imos darlle candela, breve pero intenso», invitaba desde el escenario. Los de Noia acabaron con todo un himno propio Morrer en Jalisia y que el público demostró que se sabía.
Después de Monoulious Dop, el rap tomó el testigo de la mano de Recycled J, para proseguir con el indie-pop de Judeline, que será telonera de J Balvin, uno de los referentes en la primera jornada, durante su gira europea.
La Oreja de Van Gogh se marcó después un concierto en total comunión con el público, que ya comenzó a ejercitar su garganta desde ese primer tema Cuídate y casi no paró de hacerlo hasta 20 de enero con el que la banda vasca puso el broche. Por el medio sonaron canciones como El último vals, París, Inmortal, Sirenas o ese Rosas en el que Leire Martínez cedió el testigo a un coro multitudinario, que no dudó tampoco en acompañarla en Playa y Muñeca de trapo. Y es que La Oreja de Van Gogh se esforzó por escribir la canción más bonita del mundo para que el público gozase con sus clásicos.
Después cogió el testigo Love of Lesbian como previa a dos de los grandes referentes de la jornada, Myke Towers y el dúo Pet Shop Boys. Se trata de una jornada en la que el viento todavía quiere todavía acompañar con mayor intensidad que este jueves en la jornada inaugural.
Pero más allá de la música, O Son do Camiño tiene otros puntos para divertirse, desde una especie de pequeña pista de skate a múltiples juegos pasando por llevarse una foto en el puesto de Torre de Núñez para, después, poder entrar en un sorteo. Todo ello sin olvidarse de la noria, que se ha vuelto a convertir en icono para dar testimonio de la presencia en el recinto del Monte do Gozo. Y, para reponer fuerzas, cerca de una treintena de propuestas en los foodtrucks, donde conviven los clásicos bocadillos o patatas fritas con la cocina de autor de Manuel Costiña, con estrella Michelín.