Dos histriónicos

Cristóbal Ramírez

SANTIAGO

24 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Aquí lle diríamos pero muller, cálmate un pouco, tómate outro café, vai a modo que andas moi acelerada…». Me lo decía un buen amigo, veterano militante del PP de un municipio limítrofe con el de Santiago, y se refería a ese elefante en cacharrería que es la presidenta de la comunidad de Madrid, la ciudadana Isabel Ayuso, a tenor de la invitación que hizo al jefe de Estado de Argentina. Hombre de verbo inflamable y nula educación básica, ni él ni ella sacarían más de un puñado de votos en Galicia, donde nos tomamos las cosas con calma, con otro ritmo y, desde luego, con un respeto hacia el adversario que no impide pagar unas cañas después de un pleno.

A Isabel Ayuso aquí se escucharía como a quien escucha a alguien histriónico, pero cuesta mucho pensar que se elegiría para presidir nada, y mucho menos la Xunta. En la Xunta hay un señor moderado, de hablar pausado, que no levanta erupciones cutáneas entre quienes no coinciden con su manera de pensar y hacer las cosas. En una entrevista, el expresidente Feijoo confesaba que se llevaba muy bien personalmente con Jorquera, puro BNG que le daba estopa siempre que podía.

Nadie se imagina a la alcaldesa de Santiago invitando a un acólito de otro país para que suelte ante los micrófonos la cantidad de improperios contra el adversario —convertido en enemigo por obra y gracia de los únicos ungidos con la verdad— que soltó el peculiar mandatario argentino quien, por supuesto, en su país puede desarrollar políticas de ultraderecha: ganó las elecciones. Aquí no.

Mi amigo, el del PP, remataba con su retranca habitual refiriéndose a Ayuso y su invitado: «E se hai que pagarlles o café, se lles paga, pero que deixen de dar a murga».