Irene García Losquiño: «Galicia tiene un interés bastante particular por la cultura vikinga»

emma araújo SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOÁN A SOLER

La investigadora de la USC y comisaria de la muestra del Museo Gaiás aporta una visión muy detallista de esta cultura nórdica

19 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Irene García Losquiño (Elche, 1984) investigadora de la USC, doctora en Estudios Escandinavos por la Universidad de Aberdeen y comisaria de la exposición Unha vida viquinga, que puede visitarse en el Museo Centro Gaiás hasta enero, está especialmente contenta por la respuesta del público, con más de 15.000 visitas en poco más de un mes. Losquiño apostó por una exposición estructurada como la vida misma, con etapas de nacimiento, infancia, juventud, madurez, muerte y el más allá. Este viaje vital está acompañado por animaciones, mitología y documentales sobre esta cultura nórdica, que la enganchó cuando viajó a Escocia para continuar con su formación humanística.

«Allí empecé a estudiar cursos de cultura celta. Comenzó a interesarme lo antiguo y cuando abrieron un centro de estudios escandinavos caí enamorada de toda la cultura escandinava premedieval y desde entonces me dedico exclusivamente a investigar aspectos concretos de esta civilización», relata.

En el 2020 publicó Eso no estaba en mi libro de historia de los vikingos, un trabajo que desmonta prejuicios y que ahora intensifica con Unha historia viquinga. Irene García Losquiño considera que la respuesta del público confirma «que hay un interés sostenido y creciente por la historia de pueblos que tienen más o menos que ver con nosotros. Y Galicia, obviamente, tiene un interés bastante particular en la cultura vikinga porque hubo una relación más o menos estrecha durante más de dos siglos. Esta curiosidad puede enriquecerse con exposiciones como esta», añade.

La muestra, con fondos de Suecia, Dinamarca, Francia y España, incluye piezas que hasta ahora nunca se habían enseñado y otras de gran valor arqueológico para, explica, «mostrar el mundo vikingo desde facetas que resultan menos familiares, prestando atención a la vida diaria de mujeres y hombres. También de los niños, que suelen quedar olvidados en este tipo de exposiciones».

En su haber profesional conviven investigaciones históricas y arqueológicas con asesoramiento para productos audiovisuales del mundo vikingo, muy dados estos últimos a reproducir tópicos que ella no para de desmontar. Ante esta dualidad, Irene García se reconoce «muy flexible, porque las ficciones son ficciones, no documentales. A mí me gusta que estas producciones tengan un poco de fantasía y que se centren en el entretenimiento, pero hay veces que me llevo las manos a la cabeza, pero eso ya son cosas mías como investigadora».

A su juicio, el equilibrio pasa porque «al público no se le presenten comportamientos muy próximos al estereotipo y que no muestren la cultura real. Ahí, sí que me chirría, como que en las películas antiguas de vikingos no aparecía ninguna mujer, y si lo hacía era de una forma explotativa y minimizante». «Lo que me encanta es que ahora una misma sociedad que está interesada por los vikingos tiene acceso a ficciones que alientan su imaginación y, por otra parte, cuenta con productos como esta exposición con una base científica y un formato que buscamos que fuese entretenido», añade.

La tumba de Birka (Suecia), en la que estaba enterrada una mujer soldado es para Irene García Losquiño la prueba de que la cultura que tanto adora sigue siendo muy desconocida, aunque las guerreras ya estaban presentes en fuentes literarias. Quizá por ello entre sus piezas preferidas de la exposición del Gaiás destaca el bastón de una völva (profetisa) y una pequeña escultura que representa una valkiria (divinidad escandinava) «con una figura misteriosa que va armada y a caballo, pero cuando la ves con detenimiento te das cuenta de que, por como está representado el pelo, también es un mujer que podría dirigirse al Valhala», el reino de la eternidad para héroes muertos en combate.