Una ruta con el Tambre de fondo en la que es difícil decidir si es más impresionante el arte o el bosque
SANTIAGO
La iglesia de Santa María de Mezonzo es uno de los monumentos rurales más impresionantes de la provincia coruñesa
14 sep 2024 . Actualizado a las 05:05 h.Entre el punto kilométrico 29 y el 30, más cerca del primero que del segundo de la carretera que une Melide con Corredoiras arranca otra señalizada Priorato suavemente ascendente que llega en poco más de kilómetro y medio ante uno de los monumentos rurales más impresionantes de la provincia de A Coruña: la iglesia de Santa María de Mezonzo, un lujo románico al cual en primavera canta el cuco. Esto es el municipio de Vilasantar, tan injustamente olvidado por ese turismo que huye de las masas y las colas para entrar en cualquier parte.
Dejando los ábsides a la diestra, la pista, ahora estrecha y de firme irregular, va a descender con muy fuerte pendiente por el medio de un bosque que si no llega a la matrícula de honor será por muy poquito. En la primera desviación se olvida la izquierda. Si el coche no se ha dejado arriba, ante el templo, habrá que hacerlo en una gran curva donde una señal informa que por allí discurre una ruta de senderismo, el PRG 195, la cual se anuncia como parte de una llamada ruta espiritual.
Merece la pena andar 900 metros (o sea, un cuarto de hora muy tranquilos) por ese paraíso para llegar a Ponte do Sapo. Por cierto que el monte que queda justo enfrente, al otro lado del río Tambre, alberga un castro en su parte superior, aunque casi hay que hablar en pasado ya que las plantaciones de eucaliptos han hecho un gran estrago.
Procede volver al coche y continuar por la pista asfaltada (puede hacerse andando sin peligro), que remata en la central eléctrica hidráulica de Tambre Cabalar. Cabalar es el nombre de la corriente que poco después de Ponte do Sapo rinde sus aguas en la primera. A partir de la central, el camino remonta para ganar Vilaboa y su magnífico hórreo y desde ahí seguir, de nuevo por asfalto, hasta la iglesia de Santa María. Para hacerse una idea: desde esta a la central, sin el desvío a A Ponte do Sapo, hay 1,6 km.
Ese recorrido ya da para un día familiar, pausado. Si hay ganas de más, desde el templo se reanuda la marcha al oeste, cruzando el Rego das Gándaras y dejando a la izquierda un batán, para plantarse en descenso ante la capilla de San Pedro Mezonzo y su cruceiro. Nada que ver con Santa María desde el punto de vista arquitectónico.
Ahí hay que tomar la pista que conduce a Corral de San Martiño (en otras palabras, la segunda a la izquierda, pero sin entrar en esta aldea, sino descendiendo siempre). Más indicaciones áridas pero necesarias: a los 300 metros de la capilla, en la bifurcación a la izquierda por una carretera pintada en los bordes, ancha y con buen firme. Y entre los árboles se adivinan allá al fondo los rápidos que por estos parajes forma el río Tambre. Foto en A Ponte do Tambre, a respirar aire puro un rato y de nuevo a la capilla para continuar buscando O Penedo y su hórreo, que si no es el más alto de Galicia poco le faltará.
Al cruzar el río Xabiño se abandona Vilasantar por una carretera en estado aceptable y con eucaliptos aquí y allá, para rematar en la taberna Ponte Castro y en una vía ya mucho mejor y más ancha. Al final de la pista que ahí mismo arranca a la diestra espera la iglesia de San Sebastián, muy sobria, no pequeña, con una sola nave y siguiendo las directrices arquitectónicas barrocas tan queridas por el rural gallego. Así aislada, el verde que la rodea a ella y al cementerio le da un aspecto acogedor.
INICIO
43°03’46’’N 8°07’16’’ W
IGLESIA SAN SEBASTIÁN
43°03’46’’N 8°10’34’’ W
LA FOTO MÁS PERSONAL
En el bosque hacia la central.
MAPA RECOMENDADO
Instituto Geográfico Nacional. 71-III.