El Plan de Mobilidade de Santiago apuesta por párkings de borde en A Rocha y Angrois

r. m. SANTIAGO / LA VOZ

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El aparcamiento de Salgueiriños tiene espacio para turismos, autobuses y caravanas.
El aparcamiento de Salgueiriños tiene espacio para turismos, autobuses y caravanas. PACO RODRÍGUEZ

Deberían tener al menos 200 plazas y conexión con bus cada 15 minutos

21 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Santiago precisa más aparcamiento de borde para disuadir a quienes acceden a la ciudad en vehículo privado de adentrarse con él en el centro urbano. Más y con más prestaciones que la conexión con el transporte público. Y esa necesidad es una de las líneas de trabajo que aborda el Plan de Mobilidade Urbana e Sostible (PMUS) que el Ayuntamiento aprobó esta misma semana y que será la herramienta para la planificación de las políticas de movilidad para avanzar hacia un modelo «máis eficiente e sostible», un modelo en el que el gobierno local quiere priorizar el tránsito peatonal y ciclable, junto con el transporte público.

Ese horizonte pasa por incrementar las rutas ciclistas y ganar espacio para el peatón en las comunicaciones urbanas, pero también por una red de aparcamientos de borde bien conectadas con un transporte público que aporte conexiones que realmente disuadan a los conductores de entrar con el vehículo privado en la ciudad. Y ahí el PMUS plantea la elaboración de un estudio para localizar las ubicaciones más adecuadas en la zona sur de la ciudad, expresamente en A Rocha y Angrois, al situarse en esas zona las principales conexiones viarias con el entorno, la AG-56 y la AP-53, además de las nacionales 550 y 525 y sendas salidas de la AP-9.

Los aparcamientos deberían tener un mínimo de doscientas plazas, con reserva para personas con movilidad reducida, e incluir puntos de recarga de vehículos eléctricos. Y deben estar estratégicamente situados en áreas próximas al viario principal y accesibles para todos los conductores. De ahí la propuesta de identificar las localizaciones más adecuadas, dentro de las posibilidades de ambas zonas. Su conexión con el servicio de transporte urbano no debería exceder los 15 minutos. Eso, o menos, es lo que se entiende por razonable en horas punta.

Aunque muy cuestionado por los males que aquejan a la flota tras el vencimiento del anterior contrato hace ocho años, el transporte público está pendiente de la próxima licitación de una nueva concesión. Además de la mejora que ello supondrá en las prestaciones del servicio, el Concello prevé, con carácter general, mejorar también las frecuencias actuales.

Pero esos aparcamientos no solo pretenden servir de intercambiador con el transporte público. También se proyecta impulsar su uso como referentes para compartir vehículo desde ahí, para seguir trayecto hasta el centro de la ciudad, una opción para quienes no vayan a utilizar el transporte público. Es otra modalidad que limitaría la entrada de vehículos privados, contribuyendo a la descongestión del centro y reduciendo el impacto ambiental y de ruido, objetivos también del plan.

El de Salgueiriños precisa una reforma que lo haga más atractivo

El PMUS tiene en cuenta especialmente las necesidades de aparcamiento del Hospital Clínico, aunque ahí la solución está ya encaminada entre la Xunta y el Ayuntamiento (una vez zanjado el debate entre ambas Administraciones sobre la localización y la financiación del aparcamiento) y pendiente ahora de la firma de los convenios que han de aportar un proyecto para la construcción de un párking de unas mil plazas dentro del propio recinto hospitalario.

Pero el documento que ha de servir de herramienta de planificación al Ayuntamiento en los próximos años en materia de movilidad urbana también plantea una reforma en el aparcamiento de Salgueiriños, de escasa utilización pese a su proximidad al centro de la ciudad, donde estacionar en la vía pública cada vez es más difícil. Con una localización estratégica para buena parte del tráfico precedente del norte y por su proximidad a las dependencias de la Xunta, el plan lo identifica con un aparcamiento de gran potencial aunque con baja ocupación habitualmente, pese a estar próxima a dos líneas de autobuses. Tiene espacio también para autobuses y caravanas.

La propuesta pretende convertirlo en un auténtico aparcamiento de intercambio modal reordenando y optimizando las plazas, de forma que las de turismos se sitúen más próximas a la parada del bus, y mejorando los accesos peatonales. También se plantea eliminar la tarifa de acceso —aunque no se estima alta (1,75 euros) se considera disuasoria para su empleo como intercambio modal— o que incluya un viaje de ida y vuelta en el transporte urbano.