Caminos, Fisioterapia, Matemáticas, IA, Económicas o Informática tienen cabida en el vestuario del Compostela

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

Más de la mitad del plantel azul y blanco compatibiliza libros y balón

08 oct 2024 . Actualizado a las 21:07 h.

Dos de los últimos jugadores de la Sociedad Deportiva Compostela que comparecieron en las ruedas de prensa previas al partido de turno, Gonzalo Landeira y Santi de Prado, tuvieron que apurar para llegar a tiempo al estadio de San Lázaro desde las aulas universitarias. Son dos de los integrantes de la plantilla que se benefician esta temporada del traslado de los entrenamientos a las tardes, una medida tomada para que los jóvenes que estudian, al igual que los de la cantera que trabajan en la dinámica del primer equipo, puedan compatibilizar con cierta facilidad los horarios académicos y los deportivos.

No son los únicos. Este año el club ha configurado un colectivo con muchos futbolistas que ya han completados sus carreras, o están matriculados en algún grado o cursan estudios de FP. Son más de la mitad del grupo.

Que las horas de entrenamiento, los desplazamientos y los partidos dejan margen para compatibilizar el balón y los libros es algo fuera de toda duda. De ello puede dar fe en primera persona el portero Javier Rabanillo, que completó el grado de Ingeniería de Caminos (ahora denominada Ingeniería Civil) y le añadió un máster en Integridad Estructural y Durabilidad de Componentes.

Parte de la vocación le viene de casa, tal y como él mismo explica: «Mi madre es ingeniera y mi padre arquitecto. Me gustan las dos cosas». Pero le ayudó a decidirse «un programa de televisión, sobre megaconstrucciones». Ahí tuvo claro lo que quería estudiar.

Observa que cada vez son más los futbolistas que también estudian y apunta que «con una buena organización, hay tiempo para todo». Recuerda sus primeros años, cuando jugaba en el Caudal de Mieres y estudiaba la carrera en la Universidad de Oviedo. Después tuvo que levantar el pie del acelerador a la hora de ir aprobando asignaturas, en el grado y en el máster: «Me fui a jugar al Barakaldo y al Sestao River. A distancia es más difícil, tienes más problemas para poder asistir a las clases prácticas, a los laboratorios...». Pero lo consiguió.

Álvaro Casas se decantó por la carrera de Fisioterapia siendo juvenil en el Celta. Cuando se fue a jugar a Canarias y Oviedo tuvo que abrir un paréntesis, entre otras cosas porque salía perdiendo en la convalidación de asignaturas, toda vez que los planes de estudio cambian de una comunicad autónoma a otra. Aprovechó esa etapa para hacer un ciclo de Nutrición y Dietética. Al fichar por el Compos retomó la carrera y, tras completarla, también hizo un máster sobre ejercicio terapéutico.

El capitán tiene claro el mensaje que traslada a los más jóvenes: «Duro es trabajar ocho o diez horas en hostelería y luego tener que estudiar. El fútbol te deja margen, es perfectamente compatible. Llega un momento que se acaba, y no somos millonarios para vivir de esto».

Recuerda que el tramo más difícil coincidió con la época en la que le tocó compatibilizar las prácticas en el hospital y los entrenamientos, cuando tenía que levantarse a las seis de la mañana. «Pero valió la pena», resume.

También apunta que, además de que el día da para mucho, la AFE dispone de becas a las que pueden optar los futbolistas.

Rabanillo y Casas ya terminaron su etapa universitaria. El joven Gonzalo Landeira está en su tercer año, en la carrera de Inteligencia Artificial. «Cuando hice la selectividad no tenía claro por dónde tirar, pero era el primer año y me pareció una buena opción», resume.

El método frente a la excusa

Apunta que practicar deporte con la exigencia que requiere una categoría como la del Compostela puede servir como excusa si el ritmo académico se resiente, pero también indica que «se puede llevar todo». El principal riesgo estriba en «dejarse ir cuando uno está cansado». Y lo mejor es «ser metódico», si bien confiesa que él es más de apretar conforme se van acercando los exámenes. «Si cada día eres capaz de hacer algo y vas sumando, al final se puede», concluye.

Santi de Prado, Xoel Trasancos, Kike y Manu Rivas, otros cuatro jóvenes de la plantilla, están cursando, respectivamente, Económicas, Matemáticas, Fisioterapia e Informática; el portero Iago Domínguez, Nutrición; el lateral izquierdo Ocaña, un ciclo superior de Desarrollo de Aplicaciones Web en la Universidad Alfonso X el Sabio, a distancia; el centrocampista Diego prepara oposiciones a bombero; Antas tiene un grado en Actividade Física e Deporte, y un máster en Dirección e Xestión Deportiva; Pablo Crespo está pendiente de las prácticas para completar Sistemas Electrotécnicos y Automatizados en Vigo, y prepara a distancia Transporte e Loxística. El veterano Samu se decantó por Psicología, lo mismo que el entrenador, Antón Permuy; Fer Cano tiene un máster de Márketing Digital; Roque hizo un ciclo dual y puede dar fe de lo que suponía levantarse a las cinco de la madrugada para compatibilizar las prácticas con el fútbol.