Sesé Novelle: «Todo valió la pena, pese a los reveses, al recibir tanto cariño en el restaurante Langrina»

SANTIAGO
La cocinera, junto a su hermana Sonia y Miguel Chapado, reinauguraron en el 2022 en un emblemático local da rúa da Troia, en Santiago, el restaurante que años atrás habían traído de Xinzo. Allí retienen una legión de seguidores. «Cuando sacamos algún postre de la carta, como la torrija, la gente lo vuelve a reclamar», agradecen
14 oct 2024 . Actualizado a las 08:20 h.En otoño los dueños del restaurante Langrina —Sesé Novelle y su marido Miguel Chapado, ambos en la cocina, y su hermana Sonia Novelle, quien atiende tras la barra— se reencuentran con muchos de sus clientes de Santiago. «O 90 % dos que comen asiduamente aquí son veciños. Estamos ademais nunha rúa moi compostelá...», pone en valor Miguel, mientras mira por la ventana del local que reabrieron en el 2022 en A Troia, en uno de los bajos que más brío dio a la calle. «Un día vimos que se alugaba e non dubidamos. Nós nunca viñéramos cando aínda era Bierzo Enxebre, pero o espazo, precioso, cativounos pola súa estrutura. A xente di que fomos valentes ao lanzarnos de novo, pero había que saír adiante. Temos dous nenos», razona, mientras entre todos recorren la evolución de un negocio que no deja de sumar adeptos.
Los tres, ourensanos, crecieron en familias hosteleras. «Nuestros padres tuvieron un restaurante en Punxín, de donde somos nosotras», aclara Sesé. «Aún así, yo me metí en la cocina por necesidad, cuando estudiaba Relacións Laborais en Vigo. Preparé un pisto y mis compañeras de piso lo alabaron. Me di cuenta que me relajaba. Soy autodidacta, pero autoexigente. Cada plato es como si lo preparase por primera vez... Luego conocí a Miguel, quien disfrutaba también con ello», evoca Sesé. «Eu collera, na zona de viños de Xinzo, o bar de miña nai. No 2011, e xa xunto a Sesé e Sonia, montamos un restaurante, co que intentabamos experimentar coa cociña, dar algo distinto. Abrimos o local ao que nós nos gustaría ir», afirma Miguel. «Se llama Langrina porque así se dice en casa cuando hay hambre», añade sonriendo Sonia.

Tras seis años de éxito en Xinzo, Miguel y Sesé, también en busca de una proyección educativa para sus hijos, deciden reiniciar el proyecto en Santiago, uniéndose, con el tiempo, Sonia. En el 2019 abren en la rúa Tras do Pilar. «Alí comezamos a gañar clientes fieis, moitos do campus sur, pero menos dun ano despois chegou a pandemia e logo uns imprevistos obrigáronnos a pechar. A inversión quedou alí. Foi duro», acentúa Miguel. «Tiempo después vimos el local de A Troia. Miguel lo reformó y reabrimos allí en la Semana Santa del 2022. En la fiesta de inauguración no falló ningún conocido. Fue muy emocionante. Nos decían: ''Esta vez va a ser de verdad''. Cuando ahora todos vuelven, como el señor Jaime, que ya venía a Tras do Pilar cada semana con sus hijos, y lo ven lleno, se alegran. Pese a los reveses, todo valió la pena, al recibir tanto cariño», agradece Sesé. «Cada vecino y hostelero cercano vino a presentarse», subraya Sonia.
«Creo que la gente valora nuestro trato cercano, algo que nos sale, además de intentar perseguir una exquisitez en la comida», reflexiona Sonia, admitiendo el reclamo que ya tiene el pincho de tortilla que Miguel prepara al momento para cada consumición o varios platos de ambos cocineros, ya sean empanadas, como la de mejillones y chorizo, codillo o los postres, que firma Sesé, y que ganan eco. «Hubo varios que sacamos de la carta, como el Gin Tonic, que es como la bebida llevada a postre, pero la gente los reclama y los recuperamos. Pasó igual con la torrija, que hice desde que llegué a Santiago; la preparo con pan brioche. No olvido cuando vino una francesa y la pidió. Pensé: «¡Qué tensión!» Como suelo hacer con otros clientes, le escribí, gracias al traductor del móvil, una nota junto al plato explicándoselo y ella me contestó. Quedó tan contenta que luego nos envió una postal. Una camarera siempre cuenta que su padre no era de postres hasta que la probó. En pocas mesas no se pide», enlaza con timidez Sesé. «Cuando el actor Ricardo Darín repitió en el restaurante, le escribí un mensaje, pero de agradecimiento por su cine», desliza riendo.
Sonia muestra las paredes llenas de regalos y de dibujos de niños. «Si los pequeños vuelven, van a mirar si están colgados», apunta, mientras Miguel valora que muchos clientes, también peregrinos, regresen. «Cando ves que santiagueses te elixen para celebrar cos pais a súa voda ou cando para camiñantes de Jaén xa eres outra parada e queren traerche aceite, confirmas que o cariño se devolve», ahonda. «Al pasar por la cocina se paran y dicen: ''Hasta pronto''», destaca Sesé.