El canterano del Compostela pertenece a una especie en extinción, la de los delanteros que encaran
24 oct 2024 . Actualizado a las 20:16 h.Hugo Matos es, con Gonzalo Landeira, el más joven de la plantilla del Compostela, ambos de la quinta del 2004. Dio el salto desde la cantera el pasado curso, de la mano de Manel Menéndez, y ya no se desenganchó. Pertenece a una especie en extinción, la de los delanteros a los que les gusta encarar, buscar el uno contra uno, y eso es algo que se percibe a primera vista. Pero es una cualidad a la que no terminaba de sacar provecho porque tendía a difuminarse en el último tercio del campo rival. De alguna manera, recordaba al Vinicius que daba sus primeros pasos en el Real Madrid.
En las últimas jornadas el canterano se está asentando como uno de los fijos en el once inicial, también como futbolista con un peso creciente en el juego del equipo. El entrenador, Antón Permuy, le augura un gran futuro: «Sin ninguna duda, su mejor momento está por llegar. Va a ser el jugador que quiera, siempre que siga trabajando, siga escuchando, mantenga los pies en la tierra. Creo que este año maduró mucho a nivel de fútbol. Todas las acciones en las que participa tienen más continuidad que antes. Las jugadas no acaban sí o sí en él y eso es una mejora brutal. Está claro que para nosotros es un futbolista que cambia el ritmo de las jugadas, nos está aportando mucho en eso».
También apunta otro detalle que habla de la implicación y el compromiso: «El otro día, por ejemplo, en el minuto 96 da un esprint de cincuenta metros, muerto, para que el portero no la vuelva a poner. Y eso es tan importante como lo otro. Eso lo está haciendo, es consciente y lo está haciendo cada vez mejor. Tiene mucho que mejorar, evidentemente, como tenemos todos, pero con mucho potencial. Esperemos ayudar a que lo desarrolle. Está en el buen camino».
Preguntado Hugo respecto a cómo se veía, si suscribe la comparación con el madridista, comentó: «Creo que con los años y los partidos maduras. El año pasado tenía otro rol en el equipo. Hay años y momentos, y hay que aceptar los roles. Ahora estoy en uno más principal, pero puede pasar a ser secundario y hay que aceptarlo. Yo intento mejorar. Soy joven. Intento adquirir de los más veteranos de la plantilla muchos conceptos».
Sobre su buen hacer en el trabajo de contención, apunta que es uno de los campos en los que nota más la mejoría y tiene claro el porqué: «Ahora entiendo que es muy importante, que puede ser una balanza que desnivele o nivele».
Al analizar su progresión en ataque, recordó lo que en su día comentaba «Solari de Vinicius. Eso se gana con los partidos. Cuanto más juegas más entonado te sientes, más confianza tienes. Al final pasa todo por dar continuidad a las jugadas, que no siempre acaben en mí, saber asociarme, saber cuándo tengo que ir al uno contra uno, cuándo tengo que darla y correr... Eso se va ganando con el tiempo. Espero seguir mejorando, acabar más jugadas, meter más goles, dar más asistencias y que todo contribuya en beneficio del equipo».
Puede desenvolverse en todo el frente de ataque, en cualquiera de las dos bandas o jugando al lado de un nueve. Le da igual.