Boqueixón y Val do Dubra consolidan su plan de conciliación de madrugadores
SANTIAGO
El colegio de Portomouro estrenó el programa el curso pasado y tiene todas las plazas cubiertas, mientras que el de O Forte pasó de cero a siete escolares
23 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Ofrecer servicios de conciliación a las familias para que se instalen en concellos rurales o para que no se marchen a áreas urbanas fue el reto que el curso pasado se marcaron los concellos de Boqueixón (4.188 habitantes) y Val do Dubra (3.671). El primero recuperó varios planes de conciliación y el segundo estrenó el programa de madrugadores en el colegio de Portomouro.
Los datos de ambos concellos para este curso evidencian el éxito de las dos iniciativas. En el colegio de Portomouro, según señala el regidor, Diego Luis Díaz, las diez plazas calculadas ya están completas, al igual que ocurre con las quince del colegio de Bembibre, que ya estaban disponibles en cursos anteriores. «Estamos moi sorprendidos pola acollida do servizo e satisfeitos de poder dar resposta á demanda que teñen as familias», afirma el alcalde socialista, que gobierna en coalición con Anova, que gestiona el área de Educación.
En el caso de Boqueixón, su regidor, Ovidio Rodeiro, que regresó a la política local en este mandato renovando la alcaldía del PP, destaca que el programa en el colegio de O Forte arrancó de cero el curso pasado y ahora atiende a siete escolares, un buen número, reconoce. Esta demanda no es nada comparada con la cifra de 35 escolares que disfrutan del programa Tardes educativas e de lecer entre las 15.30 y las 18.30 horas, y de los 70 escolares que acuden a cursos especiales de inglés. «Poida que este sexa o ano máis importante que tivemos en materia de conciliación coa posta en marcha de novos servizos», afirma Rodeiro.
Servicios clave para las unitarias de Ames
La importancia de contar con servicios de conciliación escolar queda especialmente patente en la evolución de matrícula de las escuelas unitarias amienses de Covas y A Igrexa, que este curso completaron por igual la oferta de plazas hasta llegar al límite autorizado por la Xunta (veinte por escuela), cuando años atrás corrieron el riesgo de desaparecer por falta de alumnado.
La varita mágica de este éxito son los programas de Bos días cole y el comedor escolar. Con ambos servicios, instaurados con el gobierno tripartito del pasado mandato y mantenidos con el ejecutivo socialista en minoría, ambas unitarias se llenaron.
Este curso, al programa de desayunos Bos días cole acuden cada jornada lectiva doce escolares, una cifra que prácticamente se triplica para alcanzar los 35 menús que cada día se sirven en estas unitarias, que tuvieron que redistribuir espacios para habilitar una zona homologada en la que servir comidas.Una campaña del Concello, con jornadas de puertas abiertas para que las familias pudiesen conocer su funcionamiento, también contribuyó a elevar y diversificar la demanda. De hecho, los datos municipales confirman que la mayoría del alumnado procede de zonas urbanas.