Sufre un esguince de tobillo y se cae de una lista a la que vuelve Hugo Matos
23 nov 2024 . Actualizado a las 20:20 h.El Compostela visita esta tarde el Helmántico (17 horas) para medir fuerzas con el Salamanca, en un duelo entre dos históricos que en la década de los noventa coincidieron en Primera División. Y Antón Permuy se ve en la tesitura de hacer frente a una baja de última hora, la del jugador que suma más minutos en el equipo esta temporada: Roque. Es el único que supera los 1.300.
El técnico santiagués, que a menudo se decanta por jugar con tres centrales, ha probado múltiples combinaciones para esa tripleta, pero siempre contando con el canterano. Sufre un esguince de tobillo de grado dos. En estos casos, el tiempo de convalecencia no suele ser inferior a las tres o cuatro semanas. Queda sujeto a cómo vaya evolucionando.
También es baja Kike, que sufrió un percance muscular en la final de la Copa Federación, en Almendralejo. Permuy ya anticipó esta semana que será difícil que pueda reaparecer en lo que queda de año.
La novedad en la convocatoria es el regreso de Hugo Matos. Junto a él completan la lista Rabanillo, Iago Domínguez, Álvaro Casas, David Soto, Pablo Crespo, Manu Rivas, Santi de Prado, Jesús Ocaña, Diego, Samu, Selasi, Pablo Antas, Gonzalo Landeira, Fer Cano, Giuliano, Carlos Cinta y Manu Barreiro.
En las filas locales Jehu Chiapas tendrá dos bajas por sanción, la del veterano medio centro Benito y la del lateral izquierdo Gassama. Y estará pendiente hasta última hora del central Iván Casado, que se perdió tres sesiones de trabajo esta semana por una sobrecarga muscular. El técnico confirmó que no hay rotura, de modo que serán las sensaciones del futbolista las que dictaminen.
El entrenador del Salamanca no pasa por alto que se enfrentan dos equipos en racha: «Tiene los mismos resultados en las últimas cinco jornadas que nosotros, un empate y cuatro victorias. No cambia nada que nosotros las tengamos seguidas. Habla de un equipo que encaja muy poco, que empieza a ser consistente, un rival que sabíamos que tenía que estar mucho más arriba respecto a cómo arrancó la temporada».
Apela a la consistencia que está mostrando el conjunto charro en las últimas jornadas, después de un inicio con altibajos: «Ya dejamos ir bastantes puntos en los primeros partidos en casa, no podemos dejar que se nos vayan más». En todo caso, resalta el potencial de sus huestes: «Tenemos equipo para competirle a cualquier. Ni éramos tan malos cuando las cosas salían mal ni tan buenos ahora que están saliendo bien».
El Compos sabe que se va a encontrar con un rival ordenado, que concede muy poco y que en las últimas jornadas a multiplicado su nivel en ataque.
Manu Barreiro, el veterano tranquilo que busca su mejor versión
Manu Barreiro está recuperando participación y jerarquía en el equipo en las últimas jornadas. El veterano delantero camina en la búsqueda de su mejor versión, tal y como él mismo indicaba antes de viajar a Salamanca: «Voy cogiendo rodaje, minutos, y a ver si por fin el físico me deja adquirir regularidad en el rendimiento y en la presencia del equipo. Me encuentro muy bien, después de la lesión. Sí que es cierto que, al final, me cuesta un poco más por cómo soy, el tipo de jugador que soy, y por los años que tengo».
Al echar la vista atrás, resalta la fortaleza mental, porque el inicio fue francamente complicado: «Te ves con cuatro puntos en la jornada siete u ocho. No estamos acostumbrados a eso. Pero creo que lo bueno que tiene este grupo es que, dentro de lo que cabe, estuvimos tranquilos y confiando en nosotros».
También pone el acento en que el Compostela dispone de una plantilla larga, en la que cualquier jugador puede aportar cuando llega el momento de los cambios, a diferencia de otros equipos que, «a lo mejor, pierden calidad o físico». Subraya que ese no es el caso del conjunto santiagués.
El domingo Manu Barreiro inventó un pase picado, de rabona, que dejó a Fer Cano solo ante el portero. Se le fue fuera el lanzamiento. Al recordar esa jugada, tenía clara la conclusión: «Lo importante es que ganamos». También significó que «en el 95 % de las veces» que se vea en una situación parecida, su compañero llevará la pelota a la red. Y no pasó por alto que era una jugada dudosa, al límite del fuera de juego, lo que le hizo dudar.