Sanmartín enfila el ecuador del mandato en Santiago con las mismas urgencias heredadas de Bugallo

El 2025 ha arrancado con las mismas urgencias municipales que el 2024, e incluso que el mandato del covid, que ahora parece tan lejano, pero que se estrenaba en el 2019. Entonces, el socialista Sánchez Bugallo retornaba a la alcaldía con la intención de aportar una solución definitiva a la parcela del Peleteiro —en tres meses, había dicho— y convocar las nuevas concesiones del transporte urbano y el agua, con contratos vencidos en el 2016 y 2019.

Eran los tres puntos calientes, junto con el parque comarcal de bomberos, con los que se estrenaba aquel ejecutivo y a los que se ha tenido que enfrentar también Goretti Sanmartín desde el primer momento. Y, con el mandato enfilando a su ecuador, a la nacionalista también se le están atascando. El acuerdo para mudar la distribución de usos en la parcela del Peleteiro, que ya intentó Martiño Noriega en la etapa final de su gobierno, sigue tan en el aire como entonces. La falta de acuerdo en el seno de la corporación desde el 2019 no ha facilitado ninguna solución, incluso con la Sareb dispuesta a rebajar, entonces, la edificabilidad.

Sanmartín ha puesto ahora sobre la mesa una propuesta a la que la Sareb no ha dado respuesta todavía. Pero, al margen de las diferencias que persisten en una corporación muy fragmentada en este tema, la reciente denegación de la licencia a la propiedad para desarrollar el proyecto que había planteado dos días antes de las elecciones en base a la normativa actual —sin rebaja de edificabilidad y un notorio peso de los usos comerciales frente a los residenciales— antes de cerrar un acuerdo urbanístico no parece que vaya a facilitar un pronto entendimiento.

Servicio concesional o directo

El Peleteiro se le resiste también a Sanmartín. Y es más que probable que lo haga igualmente el tema del agua. Con un contrato en precario que limita las posibilidades de afrontar de forma programada las inversiones que requiere la ciudad, Raxoi carece todavía de los informes que han de sustentar la posición de las cuatro formaciones políticas (BNG, CA, PP y PSOE) sobre el nuevo modelo de gestión. Sanmartín tardó todo un año en encargarlos. Los estudios deberían estar este año. Otra cosa es que la corporación, al menos la mayoría suficiente, les dé el crédito que no concedieron a los del anterior mandato y sean capaces de consensuar un nuevo modelo, aunque son conocidas las discrepancias de partida entre BNG, CA y PSOE. El debate se mueve entre un nuevo servicio concesional, la asunción directa del servicio por Raxoi o una fórmula mixta público-privada.

El transporte urbano es otro de esos temas que urge resolver y que igualmente han pasado de un mandato a otro sin solución. CA tenía que haber convocado la nueva concesión en el suyo. No lo hizo y la gestión de esa herencia se le complicó a los socialistas, que lo licitaron hacia el final del mandato, pero los pliegos acabaron parcialmente suspendidos. El BNG decidió entonces reiniciar el proceso. Va allá más de un año y todavía no ha habido nueva convocatoria. El informe económico tiene el visto bueno de la Xunta, pero aún no se ha enviado a la Oficina Nacional de Evaluación, cuya valoración es también preceptiva.

Sin licitación todavía a la vista y con un concurso de los que lleva tiempo resolver, no habrá nueva concesión antes del 2026. Desde el 2022, las notables carencias de los autobuses se han ido supliendo con el alquiler de una veintena de autocares, casi la mitad de una flota que sigue envejeciendo. Ese alquiler supone un sobrecoste anual de 1,3 millones.

Lo que sí sacó Sanmartín en el 2024 fue el compromiso de la Xunta para el párking del Clínico y el permiso para implantar la tasa turística. También el acuerdo con esta y la Diputación para el parque comarcal, pero aún sin convenio.

Aparcamientos en cartera: plaza de Galicia y CHUS

 

 

Sanmartín sí logró cerrar en el 2024 con la Xunta una vieja demanda de la ciudad: la construcción de un aparcamiento para el CHUS, pero dentro de su recinto, como proponía el popular Borja Verea, y no en sus aledaños, como defendía el ejecutivo local y el PSOE. La Xunta prevé licitar la redacción del proyecto y su ejecución en los primeros meses del 2025. El Concello quiere hacerse también con la gestión del aparcamiento de la plaza de Galicia una vez que termine su concesión en julio de este año.

Tasa turística: ahora queda la ordenanza y su gestión

 

 

El bipartito (BNG-CA) ha cerrado el 2024 viendo cumplida también una demanda persistente desde el mandato de Noriega: la tasa turística. La ley autonómica está ya ahí, pero ahora falta la ordenanza municipal que la regule, concertar la gestión con el sector y ponerla en marcha. Todo un reto para el ejecutivo de Sanmartín cuando la temporada alta la marca desde hace años la Semana Santa. Y tiene por delante la nueva ordenanza para tratar de atajar los problemas de convivencia de la actividad turística.

El plan de alquiler de vivienda municipal pincha

 

 

A punto de recibir los informes encargados para solicitar a la Xunta la declaración de zona tensionada para el alquiler residencial, el ejecutivo local no ha logrado poner en marcha uno de sus objetivos en materia de vivienda para el 2024: el arranque del programa de adquisición de inmuebles para rehabilitarlos y promover el alquiler municipal. De momento no ha comprado ninguno (habilitó 425.000 euros de remanentes) ni ha logrado la financiación prevista (1,5 millones) con la venta de suelo.

El mantenimiento de los firmes, una materia irresoluta

 

 

Santiago tiene un problema con el mantenimiento de sus calzadas que ningún gobierno acaba de abordar con decisión. Tiene firmes agotados, muchos en el centro de la ciudad, que obligan a un rebacheo constante que siempre llega tarde y para el que nunca hay suficientes fondos. El problema no es nuevo y las carencias persisten. Ya lo denunciaba el BNG desde la oposición durante el gobierno del PP e incluso reclamaba un plan integral de mantenimiento y conservación que priorizase intervenciones.

Un gobierno exiguo pendiente de las cuitas del PSOE

 

 

La aprobación de la ordenanza de las VUT en el 2024 no solo le acarreó al bipartito grandes críticas del sector. También supuso la ruptura pública entre el grupo socialista y la ejecutiva local del PSOE, una ruptura que puede acabar con el fraccionamiento, cuando no la desaparición, de sus siglas en Raxoi. Las cuitas del PSOE y cómo se resuelvan pueden acabar complicando la gobernabilidad a Sanmartín, que ahora sustenta su exigua posición en el pleno (8 de 25 ediles) con acuerdos puntuales con el PSOE (6).

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