El rural de Ames reivindica conexiones con Santiago: «Vemos pasar o bus diante dos fociños e só pedimos que pare onde sempre»
SANTIAGO
El vecindario de A Moniña debe caminar por un vial sin iluminación durante 650 metros para coger el autobús de Laraño
11 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Disponer de una parada de bus en pleno rural que conecte con el centro de Santiago puede marcar la diferencia a la hora de elegir donde vivir y a decantarse por utilizar el transporte público de forma sistemática. Y si esta parada desaparece de la noche a la mañana, muchas familias deben replantearse su vida. Este es el pan de cada día en las aldeas amienses de A Moniña y Fraíz, que en diciembre del 2020 se quedaron sin la parada de la línea P2 de Santiago (Laraño-San Caetano) y las alternativas que tienen apenas les dan servicio. La paradoja, explica un grupo de vecinos, es que la línea P2 pasa por delante de la marquesina de A Moniña en la que los buses paraban desde 1971. El siguiente punto, ya en Santiago y sin marquesina, dista unos 650 metros, un recorrido que no es excesivo, pero el vial es muy estrecho y no tiene alumbrado ni pista alguna, por lo que caminar hasta allí entraña mucho riesgo, sobre todo de noche. «Cuando ocurra una desgracia se darán cuenta del peligro», denuncia Jesús Hortueta, madrugador usuario durante décadas de este bus porque trabajaba en la Xunta.
«Con nuestra petición ni siquiera se gasta más gasolina y se fomenta la sostenibilidad de la que tanto se habla, porque lo único que pedimos es que, ya que pasa por delante, pare donde siempre», añade este vecino mientras otra usuaria del bus, «que collía desde nena», no se acostumbra a que «agora pase diante dos nosos fociños e non pare».
Esa reivindicación la ha resumido todo el vecindario de A Moniña (37 familias) y Fraíz (31 familias) en un escrito en el que piden a las administraciones implicadas (Xunta y concellos de Santiago y Ames) que se coordinen para darles una solución que, argumentan, no implica ningún cambio en la ruta, con el agravante de que el bus suele esperar en el punto de origen, por lo que parar en A Moniña no alteraría los horarios de la línea.
«É un problema de fácil solución se hai vontade, xa que non hai nin que poñer bus. Ademais, o tempo que espera o condutor para facer a ruta de volta equivale o tempo en que se tarda en completala ata Ortoño», señala el vecindario en el citado documento, que está avalado por cerca de cuatrocientas firmas, ya que a su demanda se han unido habitantes de Ortoño y parroquias cercanas, que también se quedaron sin servicio de la línea P2 pero, al ser una zona mucho más poblada, se buscó una solución alternativa que no da el mismo servicio que el urbano de Santiago, por lo que en este escrito piden la restitución de las paradas que hacía la P2 en Ames.
Las alternativas de transporte público consisten en estos momentos en la líneas entre Bertamiráns y la estación intermodal y Extramundi-Santiago, un servicio que, denuncian, «foi desmellorando en puntualidade, frecuencias e tamaño do coche, deixando veciños en terra nas horas puntas por falta de prazas». «Todos estes despropósitos obrígannos a facer combinacións e transbordos surrealistas para suplir a supresión da ruta do P2», concluyen.
Vanesa Paz, vecina de A Moniña reconoce que la anulación de esta parada le afecta especialmente: «Eu teño unha irmá con mobilidade reducida e non podo levala en bus a Santiago porque con ela non podo subir a cadeira de rodas por este tramo, no que pasan ata xabarís».
A María Jiménez la supresión de la parada la ha convertido «na taxista dos meus fillos», que escolarizó en Santiago porque tenían bus, pero ahora, con alguno de ellos en el instituto, «hai días nos que non ten tempo para comer na casa». «Todo isto non ten sentido ningún. Tanto que se fala do transporte público, na aldea hai que ter varios coches cando ata hai catro anos tiñamos un bus que daba moito servizo», añade Jiménez, que se instaló en A Moniña hace 33 años, entre otras razones, porque tenía autobús con Santiago con parada en una zona segura y accesible.
Ames apoya la petición, Raxoi la rehúsa y la Xunta ofrece un servicio metropolitano que no convence
La reivindicación del vecindario de Ortoño y A Moniña no ha parado desde diciembre del 2020. En el mandato anterior, con Bugallo en el gobierno y Goretti Sanmartín en la oposición en Santiago, la actual alcaldesa pedía celeridad para firmar un convenio que recuperarse las paradas de Ortoño. Esto no fue posible porque Santiago señaló en el 2021 que la línea iba a desaparecer con el nuevo contrato, que está pendiente de licitación, por lo que esta línea sigue funcionando. En el futuro contrato del transporte, que no concreta las paradas, la línea que sustituirá a la P2 incorpora un servicio entre Laraño y la calle Valle Inclán.
Raxoi, con el área de Mobilidade gestionada por Xan Duro (CA), mantiene en este mandato su rechazo a reactivar las paradas de esta línea en Ames al señalar que el diseño del transporte metropolitano «é competencia da Xunta», por lo que rechaza acuerdos puntuales con otros concellos e insta a la Xunta a promover un consorcio que analice todo el servicio en su conjunto.
La Xunta señala, por su parte, que la petición vecinal solo puede atenderla Santiago y destaca que colaboró con Ames para crear la línea municipal entre Bertamiráns y la intermodal. Este trayecto, añade, podría ampliarse por A Moniña y Fraíz por lo que traslada a Ames su disponibilidad para abordar la ampliación.
En cuanto a Ames, el Concello pidió en febrero a Raxoi recuperar las paradas pero su demanda fue rechazada. En julio se quejó ante la Xunta de los incumplimientos de las líneas que pasan por la zona y ahora, señalan, están a la espera de otra reunión con Mobilidade. Ames reitera que su propuesta es «combinar a liña do Casal cunha liña ata Bertamiráns recuperando a P2».