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Gritos de «¡Es una vergüenza!» por la gestión del acceso al recital con un piano de cristal de Mine Kawakami en la Catedral de Santiago

La Voz SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

CEDIDA

El concierto era gratuito hasta completar el aforo, pero decenas de personas hicieron cola varias horas y no consiguieron entrar

28 ene 2025 . Actualizado a las 21:52 h.

Lo que para muchos compostelanos era un buen plan de sábado se convirtió en una auténtica decepción, en muchos casos mezclada con indignación. El anunciado concierto en la Catedral de Santiago de Mine Kawakami, con un piano de cristal valorado en un millón de euros, despertó el interés de cientos de personas que quisieron vivir un momento único dentro del templo, que acoge muy excepcionalmente manifestaciones culturales. La organización del recital de la pianista japonesa, promovido por la empresa manufacturera del instrumento musical Kawai CR-M1 con la implicación de la propia Catedral compostelana, decidió que la entrada al concierto fuera gratuita «hasta completar el aforo».

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Según testimonios, algunas personas llegaron a las inmediaciones del templo sobre las siete y media de la tarde, una hora y media antes del inicio del recital, y dos horas después, a las 21.30 horas, seguían esperando en una noche desapacible a que avanzara la cola, pero fueron muchos los que se quedaron fuera. El lío ya comenzó  en el interior, cuando los organizadores invitaron a salir de la Catedral a las personas que estaba dentro y que tenían previsto quedarse para escuchar el recital. En momentos puntuales los que seguían en la cola en Praterías, varios cientos, gritaron consignas como «¡Es una vergüenza!», al tiempo que las redes sociales se llenaban de comentarios negativos y especulaciones sobre enchufismo para el entrar, el exceso de invitaciones o sobre la «pésima» idea que supone programar un concierto de estas características sin organizar algún tipo de condición de acceso.

El espectáculo tenía la peculiaridad combinar las composiciones de Kawakami con la colaboración de Adrián Regueiro, organista de la Catedral compostelana. El piano, de cristal, está valorado en un millón de euros, y solo existen cuatro en el mundo, y era la primera vez que sonaba en España. Según las normas de la empresa, no cualquier músico puede tocar este piano y siempre se precisa la autorización expresa del presidente de la compañía, que concedió a Kawakami la autorización para traerlo a Compostela. 

Las disculpas de la pianista

La artista japonesa Kawakami ha pedido disculpas «muy sinceramente» a todas las personas que no pudieron acceder al concierto. De hecho, la pianista y compositora, poco antes de finalizar su programa musical, ya se dirigió al público asistente y lo hizo partícipe de su aflicción por esta causa mostrando su pesar. Kawakami, que vive en Santiago la mitad del año, confía en repetir próximamente el concierto y poder compensar en cierta forma a las personas que quisieron escucharla. «De todo corazón y con afecto para el pueblo gallego. Muchas gracias», expresó la pianista.