La asociación Tres Aldeas divulga la riqueza etnográfica de Pedrouzos, Lamas y Vilar con su primera Festa dos Muíños
08 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Ames presume de municipio emergente, ya que cuenta con dos grandes núcleos urbanos y más de cien unidades rurales de población en las que viven cerca de nueve mil personas. En tres de ellas, Pedrouzos, Lamas y Vilar, hay 53 vivendas en las que habitan amienses de nacimiento y población que escogió el rural del área metropolitana para crear un proyecto de vida.
Ambos mundos se fundieron ayer en la primera Festa dos Muíños das Tres Aldeas, una actividad que lleva el nombre de un nuevo colectivo que quiere poner en valor la riqueza de este lugar, en el que abundan los molinos, algunos restaurados en el año 2001, como en el caso del de Riamontes. También permanece la memoria de varias mujeres que fueron usuarias de estos molinos, y que fueron las protagonistas de una ruta por estos tres talleres en los que participaron en torno al centenar de personas.
A primera hora de la tarde comenzó la bautizada como Olimpiada Labrega, con la preceptiva carrera homologada de sacos, cargados con dieciséis kilos de maíz, el peso que antiguamente se portaba en grano y regresaba en forma de harina de los molinos del lugar. También hubo una competición para desgranar las mazorcas de maíz «e, evidentemente, gañaron as mulleres», relataba ayer Patricia Lorenzo, vecina de la zona y una de las promotoras de la recién nacida asociación. Una comida popular en la plaza de Vilar reunió a buena parte del vecindario de las tres aldeas y a población del entorno. Todo el mundo disfrutó del resultado y nadie se olvidó de reservar un espacio en el estómago para el fin de fiesta más esperado: la cata del concurso de masas y repostería. El despliegue de texturas, colores, sabores, paciencia y saber culinario quedó patente en la mesa en la que se celebró la golosa prueba. El grupo de música tradicional Follas Novas de Ames puso el broche olímpico en las tres aldeas.