
El vecindario de Piñeiro y Tapia reclama seguridad vial y banda ancha
14 abr 2023 . Actualizado a las 21:50 h.Ames es uno de los concellos más emergentes de Galicia, pero en sus 94 kilómetros se vive a varias velocidades, muchas veces contradictorias. Un claro ejemplo está en las parroquias del rural del norte, Piñeiro, Tapia y Ames, vertebradas por la carretera AC-453. Los doce kilómetros de esta vía acaban de estrenar un firme que permite pisar el acelerador hasta merecer una buena multa, sobre todo porque es un trazado que adolece de algo tan básico como aceras en tramos de alto uso peatonal, especialmente necesarios porque la carretera es muy estrecha en algunos puntos (el proyecto ejecutado no incluyó ampliar el ancho) y en ella se ubica el colegio de Barouta, por lo que hay escolares de la zona que van caminando a clase.
Los problemas de seguridad vial en esta carretera no son nuevos, por lo que el vecindario y el Concello reclamaron durante años mejoras en la carretera. Se llevaron a cabo en noviembre del año pasado con un proyecto que permitió renovar un firme que estaba destrozado por la elevada densidad de tráfico que soporta, sobre todo desde que con la apertura en el 2008 de la AG-56 se convirtió en un buen atajo para vehículos pesados que transitan entre la Costa da Morte y el sur de Galicia.
El firme es de diez, afirman en Piñeiro, pero no hay aceras, lo que agrava el riesgo en el tramo con más tráfico. «A xente ten que ir pola estrada e, ás veces, ou te tiras á cuneta ou te levan por diante». Así describe Javier Antelo, vecino de Piñeiro, una situación demasiado habitual en su parroquia. «Hai moita sinalización, pero non elementos disuasorios», algo que considera fundamental, sobre todo desde que el nuevo firme permite circular por la AC-453 con mucha más velocidad. Para Antelo, miembro de la asociación vecinal de Piñeiro y para Marcos Mittelmeier, presidente de la entidad, la población del rural necesita «feitos e non xestos», por lo que este último también reclama servicios tan básicos como el abastecimiento y saneamiento.
La asociación de Piñeiro se ha organizado con colectivos hermanos de las parroquias de Tapia, Ames y Cobas para crear un frente común con el que reclamar servicios para que esta parte del municipio, con un censo que ronda los tres mil habitantes, disponga de servicios adecuados. Una campaña reivindicativa de más seguridad peatonal es una de las iniciativas que ya están perfilando. Las carencias de la AC-453 preocupan mucho a la comunidad educativa del colegio de Barouta, ubicado junto a la carretera, ya que muchas familias que no utilizan el transporte escolar acuden al colegio en vehículos particulares o van a pie. Y si a esto se añade que el centro no tiene aparcamiento, en las horas punta el caos de tráfico es el pan de cada día. «E o sorprendente e que non haxa máis colisións», alerta Sonia Lamas, presidenta del Anpa, que también recuerda que desde que la carretera estrenó asfalto ya se han producido accidentes en sus inmediaciones.
La Xunta, que invirtió en esta carretera y en el de otro vial más de 800.000 euros, señala que tras las obras ejecutadas siempre hace un seguimiento para evaluar nuevas necesidades teniendo en cuenta la disponibilidad presupuestaria y el «diagnóstico global» de la red autonómica.
Pero los problemas de la carretera no son los únicos que preocupan al vecindario de esta parte de Ames, ya que si por tierra la comunicación no es segura, por Internet de banda ancha es inexistente. En exigir el servicio coinciden las asociaciones vecinales y la comunidad educativa, máxime teniendo en cuenta, como confirman Javier Antelo y Marcos Mittelmeier, que el cableado cruza las aldeas «pero non chega ás casas».
Ante todas estas carencias el Concello de Ames destaca su apoyo a las demandas vecinales y confirma con gestiones ante las administraciones implicadas para solucionarlas cuanto antes.