Sicilia in Bocca amplía su pequeño imperio de la «buona» pizza y abre un nuevo restaurante en Bertamiráns
AMES
Doménico Bartolotta e Isabel Blanco recuerdan que empezaron siendo solo 4 personas y hoy el equipo tiene más de 60
15 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.«Si alguien nos hubiese preguntado hace un par de décadas a mi marido o a mí a qué nos dedicaríamos profesionalmente, estoy segura de que ninguno de los dos hubiese apostado por la restauración», dice Isabel Blanco, copropietaria de Sicilia in Bocca. Esta fisterrá, gallega de pura cepa, abrió hace ya más de 10 años en Santiago un pequeño despacho de pizza junto al palermitano Doménico Bartolotta, trabajando codo con codo con su cuñado y la esposa de este. El negocio fue creciendo, con «mucho sacrificio», recordaba ayer el emprendedor siciliano, coincidiendo con la inauguración de su cuarto local en la provincia. Con la apertura de un nuevo restaurante en Bertamiráns (Ames), en la Travesía da Peregrina 7, pasan hoy de los 60 empleados.
El bajo del Ensanche compostelano donde comenzó todo lo dedican ahora a las recogidas y servicio a domicilio. A unos metros de él, establecieron la nueva casa madre allá por el 2021, a la que se sumarían luego un puesto en el mercado La Galiciana y el primer Sicilia in Bocca no compostelano, en A Coruña. ¿Y por qué decidieron expandirse ahora a Bertamiráns? «Estábamos entre O Milladoiro y Bertamiráns, pero cuando visité por primera vez este pueblo me encantó. Es un sitio tranquilo y muy familiar. Luego apareció este local disponible y lo cogimos sin dudar», responde Doménico, con una clientela fiel que se desplazaba habitualmente desde esta localidad amiense hasta Santiago para disfrutar de su carta y a la cual ha querido premiar por su fidelidad.
En el nuevo restaurante ofrecerán, básicamente, lo mismo que en el concello vecino. Tienen unas 25 pizzas entre las que elegir, incluida su última incorporación, la pizza de picaña, que compite en el concurso Mejores Pizzas de España (el certamen se resuelve el día 28): «Lleva una crema base de caponata, un visto de verduras típico siciliano, provola ahumada y un carpacho de picaña. A la salida del horno, se añade una mermelada de frambuesa con mahonesa de ajo. Es una pizza que está gustando muchísimo y la vamos a mantener en la carta». En ella hay también distintas elaboraciones de pasta fresca que hacen ellos mismos y postres. «Hasta el helado es casero», destaca el hostelero italiano.
El ambiente del nuevo restaurante «va en la misma línea que el de Santiago, con referencias que van a reconocer nuestros clientes, como un horno de pizza en el comedor para ver a los pizzeros trabajar o una hornecina al fondo de la sala con cerámica de Sicilia mezclada con otra de Sargadelos». A partir de hoy abren al público de lunes a domingo entre las 12 y las 00 horas, aunque la idea de los propietarios es «hacer también en un futuro brunch y desayunos» desde primera hora de la mañana. Un motivo más para visitarlos.
Asegura Doménico que lo más complicado en este proceso no ha sido dar con las recetas del éxito ni conseguir un público fiel, que repite, sino encontrar personal para trabajar en la hostelería. «Es la gran incógnita, lo más duro y que más estrés nos genera», afirma el propietario de un restaurante que cuenta con un sistema de fidelización por puntos que premia a sus clientes atribuyéndoles beneficios por formar parte de su famiglia. El último de los niveles de fidelización, el 7, equivale a la Nonna (abuela), y ya se han canjeado promociones de este rango, lo cual significa que cuentan con personas que acuden a su restaurante muy a menudo. «Tenemos un menú del día, que también vamos a ofrecer en Bertamiráns, y hay trabajadores que vienen a comerlo varios días a la semana. Incluye, por 15 euros, un entrante, primer plato, postre o café y bebida», explica el siciliano, orgulloso de que Sicilia in Bocca sea ya un restaurante conocido a nivel gallego.