Su producción es aún mínima, pero ya lo comercializan desde 10 queserías de la Denominación
06 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Representa un porcentaje mínimo del global de la producción, pero es una variedad que cada vez elaboran para comercializar en más queserías. Es el Arzúa-Ulloa curado. Lo hacen en diez de las veintidós fábricas inscritas en el Consejo Regulador de esa Denominación de Origen Protegida de queso gallego, que, con el balance provisional del pasado ejercicio, ya consolidó su posición como segunda variedad estatal del derivado lácteo. Más de 3,4 millones de unidades de queso certificó con su etiqueta el órgano de control que preside Xosé Luis Carrera Valín, desde el que están pendientes de cerrar los datos de 2016, toda vez que, según explicaron, la variedad curada del Arzúa-Ulloa tradicional tiene una maduración mínima de seis meses.
De hasta cuatro meses más es el tiempo de curación que le dan en la quesería que recibió el Oro al Arzúa-Ulloa curado en la última cata de quesos de la Consellería de Medio Rural. Era la primera vez que presentaban producto en esa categoría y lo premiaron con la máxima distinción. Se elabora en las instalaciones que tiene en la parroquia de Pantiñobre, en Arzúa, Queixería Barral, donde la variedad de queso popularmente conocida como da nabiza no supone ni el uno por ciento de la producción de esta firma, que el año pasado situó en el mercado 230.000 kilos de queso.
Juan Carlos Barral, gerente de esta quesería familiar que pusieron en marcha sus padres en 1989 y que ahora mismo se encuentra en pleno proceso de ampliación y automatización para continuar creciendo, explica que la variedad curada se elabora únicamente «por encarga, para clientes particulares». De ahí, su elaboración residual; tanto como su presencia en los lineales de venta de las grandes superficies comerciales. Por eso mismo, en el queso Arzúa-Ulloa curado hay una línea de negocio por explorar, junto con la exportación, tal y como aboga Barral. Sus cualidades -es más duro, seco, al margen de intenso en el sabor- lo hacen factible, como no así las del Arzúa-Ulloa tradicional, una variedad, afirma el productor, «de vida corta».
No es el único «hándicap» que le atribuye al segundo queso en producción. Comenta el gerente de Queixería Barral, que el Arzúa-Ulloa «aínda é moi descoñecida a nivel nacional». Por ello apuesta por reforzar las labores de promoción del producto, una tarea a la que quieren dar continuidad en el Consejo Regulador de la Denominación de Origen tras la campaña que el año pasado hicieron en cuarenta ciudades españolas con Ribeira Sacra y Ternera Gallega.