Santa Minia de Brión no tiene competencia entre las milagreras

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

BRIÓN

Una multitud de fieles cumple los ritos religiosos y festivos en la romería

27 sep 2023 . Actualizado a las 19:50 h.

Cientos de personas pasaron por la capilla de Santa Minia, en Brión, desde el pasado viernes, pero ayer coincidiendo con el día exacto de la festividad de la santa, las previsiones volvieron a quedarse pequeñas. Los devotos llegaron desde todos los rincones de la comarca, de la provincia, e incluso de zonas más alejadas de Galicia, como una mujer de Vigo, Rosa Calvo, que aseguró que desde hace años acudía a Santa Minia con su madre, y «cuando enfermó y falleció, me parecía que tenía que seguir viniendo por ella». Para poder cumplir con su promesa, «antes de jubilarme, reservaba un día de vacaciones para venir. Ahora estoy jubilada, vengo sin problema». El caso de Rosa es solo uno de los muchos que ayer llenaron los amplios aparcamientos gratuitos habilitados en las inmediaciones de la carballeira.

María París, una de las vendedoras de exvotos, asegura que la santa «non ten competencia entre as milagreiras. Ven xente todos os días, pero o 27 é o día propio e a xente cumpre». Ella conoce bien esta fiesta, porque «veño desde hai 20 anos, coa miña aboa, meu pai e agora soa». Los exvotos de cuerpo entero y de piernas son los más demandados por los fieles, que aguardaron pacientemente una larga cola para entrar en la capilla y rendir honores a la santa, que se muestra dentro de una urna situada detrás del altar. A cincuenta metros de la capilla, cientos de personas asistieron a las misas oficiadas a lo largo de todo el día y abarrotaron el lugar en la misa solemne de la una de la tarde.

Entre los que esperaban su turno para ofrecerse a la santa estaba Dulce María Esparís, de Zas, que no falta ningún año. «Eu lle teño moita fe. Pidolle protección», explica. Miguel, de A Laracha, ya acudía a Santa Minia con su abuela, «e viñamos o día antes, durmiamos onde se podía, nas leiras». Ahora sigue cumpliendo el ritual, y acudió junto a su mujer y un grupo de amigos. María del Carmen, de Carballo, cree que «cuando aprieta un poco, todos acaban buscando el apoyo de alguna santa». Ella, que acudió junto a Lara a Brión, es asidua a Santa Minia y a otras santas. «Fui caminando desde Carballo a Vilamaior, en Santa Comba, 25 kilómetros para ofrecerme a la santa». Tiene pendiente ir, también caminando, a la virgen de Muxía, porque «cuando aprieta, toda ayuda es poca».

Carmen, de Santiago, recuerda que «eu viña coa miña nai. Saïamos de noite e traïamos froita para vender na porta da capela; agora trouxome meu fillo en coche. Mentras teña sentido, non falto. A quero moito, a min axudoume moito». Rubén y Paulina llegaron a Brión desde Noia antes de las diez de la mañana, porque querían evitar la cola para entrar a ver a la santa y asistir a una misa sin aglomeraciones. «A la capilla entramos bien, pero ya había mucha gente». Cumplidos los dos rituales fundamentales de la fiesta, Rubén y Paulina darían una vuelta por el mercadillo, «antes de cumplir con el otro ritual de Santa Minia: comer el pulpo en la carballeira». Los romeros pudieron disfrutar de las actuaciones musicales, con Tíralle do Aire y, como fin de fiesta, la verbena con las orquestas Finisterre y Olympus.

Santa Minia fue una niña mártir romana por proclamar su fe cristiana en 362 dC. Luis Tobío, que la recibió en Cádiz, la trajo a Brión. En 1848, el arzobispo de Santiago, Rafael de Vélez, reconoció el culto a la santa.

Sandra Alonso
 

Romería socialista

Santa Minia también tuvo su cara política, con alta concentración de cargos socialistas. El alcalde brionés, Pablo Lago, fue anfitrión del delegado del Gobierno, Pedro Blanco; el presidente de la Diputación, Valentín González Formoso, y sus homólogos de Ames, Blas García; A Baña, José Antonio Pereira; Dodro, Xabier Castro; Negreira, Manuel Ángel Leis; Pontedeume, Bernando Fernández; y Val do Dubra, Diego Luis Díaz. En representación de la Xunta estuvo el delegado provincial, Gonzalo Trenor.