De Santiago a Lugo, a la velocidad del siglo XX

s. varela / ó. cela / X. Melchor SANTIAGO, LUGO / LA VOZ

MELIDE

OSCAR CELA

El trayecto por las vías nacionales sigue en torno a la hora y media a pesar de abrirse tramos de autovía

30 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La Ley de Carreteras de 1988 establecía que el trayecto entre Santiago y Lugo debería hacerse por la N-547, acabando con la vieja nomenclatura de C-547, que aún hoy se puede ver en los letreros de la salida de Compostela. Esta ley ponía orden en la extensa red viaria nacional, con el fin de mejorar trazados y establecer su conservación. Y así fue, la carretera que unía ambas ciudades veía mejoradas sus reviradas curvas con un trazado acorde con los finales de los 80. Pero ahí se quedó pese a la importancia de esta vía. Y es que la A-54 será cuando se complete -no hasta al menos el 2021- la única salida gratuita por una vía de alta capacidad desde Santiago hacia Madrid.

Mientras que el tránsito de vehículos iba en aumento, villas como Melide o Arzúa se desarrollaban y los peregrinos ocupaban más espacio, la nacional se fue avejentando, tanto físicamente con baches, como en su seguridad, con tramos muy peligrosos, algunos entre los peores de España como las curvas de Boente. De esta manera, el tiempo de viaje entre ambas ciudades sigue anclado en la hora y media que se tardaba hace 25 años, y a veces más si el conductor se encuentra circunstancias adversas como lluvia, obras, ferias o atascos.

La apertura de tramos de la A-54 entre Palas y Lugo ha ayudado a disminuir ese trayecto en tiempo y a mejorar la seguridad, pero se ha visto lastrado por la reducción de velocidad desde Lavacolla a Palas. Ante la falta de desarrollo de la N-547 y el retraso en terminar la A-54, los conductores que van de Santiago a Lugo acabaron usando la N-634 como viaje más natural cuando se inauguró la A-6 a finales de los 90. Dependiendo del lugar de salida y de llegada son unos ocho kilómetros más de recorrido, pero que se completaban en menos tiempo que por la N-547. Hoy ya no sucede lo mismo debido a que hay más límites de velocidad, se han pintado líneas continuas para disminuir las zonas de adelantamiento y ha aumentó el tráfico, especialmente de camiones, con lo que viaje también ronda la hora y media.

Hay otras dos maneras de hacer el itinerario. Una por la autopista de Lalín y después por Monterroso y la segunda, muy utilizada, hacer los 131 kilómetros por la AP-9 y la A-6. Es la que menos tiempo se emplea y la más segura. Eso sí, es la más cara.