Advierten de riesgos en la iglesia de Santa María, en Melide, por el deterioro del tejado

Aunque las temperaturas recuerdan que el verano todavía no llegó a su fin, las lluvias de los últimos días invitan a pensar, inevitablemente, en el tiempo que espera a la vuelta de la esquina. El otoño, y su inseparable invierno ya se vislumbran, y con ellos, las condiciones meteorológicas que agravarán el estado de la cubierta de un Monumento Nacional, como es la iglesia de Santa María de Melide. Sobre los riesgos a los que el deterioro del tejado expone al interior de la ermita, ubicada en la parroquia homónima al pie del Camino de Santiago, llamaron la atención desde el museo etnográfico de la comarca.

«É importante arranxar a cuberta, porque deixando a un lado a fe e a cristiandade, estamos a falar dun monumento cunhas pinturas moi interesantes que poden verse directamente afectadas», defiende Cristina Vázquez Neira, arqueóloga de la galería. Tal y como explica, al respecto, las filtraciones de agua pueden acabar creando materia biológica —hongos, por ejemplo— que colonice tras el panel de pinturas que ocupa el interior del ábside semicircular de la iglesia, provocando desconchados y desprendimientos del lienzo. El cambio o el arreglo de la cubierta, al que le faltan tejas donde no están desplazadas, es una «actuación imprescindible» que responde a una «imperiosa necesidade», reivindican desde el museo melidense.

«Non poñemos o foco en quen ten que facelo e como, senón en que hai outro monumento en risco», subraya Cristina Vázquez Neira. Recuerda para ello el valor de la pinturas, de estilo hispano-flamenco de finales del Gótico-principios del Renacimiento. También el «bo estado» en el que se encuentran, tras la rehabilitación a la que se sometieron a finales de la década de los 90. Y, del mismo modo, subraya la singularidad de la geometría de una de sus cenefas, con cubos que el ojo ve en tres dimensiones.

Las cuidadas pinturas, del siglo XVI, son el elemento más delicado que corre peligro en la iglesia de Santa María, pero no el único. El propio templo, del siglo XII, es una de las joyas del románico gallego, y, además de las estructuras características de ese movimento artístico, conserva en su interior, y también bajo el ábside, un altar de piedra de esa época, así como la reja que, en otro tiempo, lo separaba de los reclinatorios.

«Hay que hacerlo todo de nuevo, es muy urgente», dice el párroco

La reparación de la cubierta de la iglesia de Santa María es una actuación «muy urgente», afirma José Manuel Melle, cura párroco de Melide. «Hay que hacerlo todo de nuevo, está muy deteriorado», cuenta. En efecto, hay un proyecto ya hecho, encargado, en su día, a un arquitecto por la parroquia. Cuenta, incluso, con el preceptivo permiso de la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta para su ejecución. Sin embargo, «no se llevó a cabo porque el presupuesto se disparó y fue quedando», explica Melle.

Por eso, ahora se presentará ante la Consellería de Cultura en aras a obtener la ayuda necesaria para la contratación de una obra que no admite mucha demora, aunque la uralita de la cubierta, según apunta el párroco, evite, de momento, que llueva dentro de la iglesia. El cambio de tejado urge porque la humedad, eso sí, ya empezó a campar en el interior.

Conjunto muy visitado

«La iglesia pide la inversión y la merece», reivindica el párroco José Manuel Melle, que, además de la necesidad derivada del deterioro de la cubierta, subraya el interés que suscita el templo, que registra, cuenta, «una petición constante para ir a visitarlo, además de ser muy conocido a todos los niveles».

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