La superabuela de Melide que vitamina sus 103 años con la inseparable compañía de su hija

Es devoción lo que siente por María Luisa, «a miña nena», afirma cuando habla de la única hija que tuvo después de tres «mal partos», como ella misma dice. Y de su mano, inseparable, camina Ascensión Fernández Sánchez hacia los 104 años de vida. Es —al menos, que haya trascendido— la mujer más longeva de Melide, con una nómina de centenarios que sobrepasa la media docena. Asunción es natural de la parroquia de Castro, donde nació en 1921, pero fue en la histórica Casa da Ulloa, en la parroquia de Campos, donde formó su propio hogar, tras casarse, a los 25 años, con Felix Liñeira. El adiós de su marido dio paso a más de dos décadas de estancia con su hija en Vigo, pero la pandemia las trajo de vuelta para no volver a marchar.

María Luisa vive entregada en cuerpo y alma a su madre en la casa familiar, donde, desde hace dos años, cuenta con el respaldo de Ángeles Mejuto, la auxiliar de ayuda a domicilio que la apoya en el cuidado de la centenaria. Con esmerado trabajo, absoluta dedicación y mucho amor, las dos hicieron equipo para motivar la travesía de Ascensión, también feliz aguardando por la visita, en fin de semana, de su única nieta.

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