La negra historia de la AC-544 continúa

Emilio Forján NEGREIRA / LA VOZ

NEGREIRA

XOÁN A. SOLER

La mejora del firme y las medidas de refuerzo de la señalización en la carretera que une Bertamiráns y Negreira no evitan que se registren siniestros como el del sábado

05 nov 2019 . Actualizado a las 08:45 h.

La carretera autonómica AC-544 une las localidades de Bertamiráns (Ames) y Negreira, aunque en realidad llega hasta la rotonda de Seoane, ya en el municipio de A Baña, a través del tramo de la variante de la capital barcalesa que desde hace más de una década evita el tránsito hacia la Costa da Morte y Santa Comba por el centro urbano negreirés. La Xunta ha ido renovando su trazado para adaptarlo a las exigencias de nuevas conexiones y a la necesidad de mejorar la seguridad de la vía. Pero esas actuaciones no han evitado que se sigan registrando accidentes. El último, el que se cobró dos vidas el sábado.

Así, el año pasado se incorporaron sustanciales modificaciones en el trazado de la vía, todas en el municipio de Ames. Aprovechando las mejoras en el firme, la Xunta habilitó un carril central de incorporación en sentido Negreira para el tráfico procedente de la AC-451 desde Brión, un punto negro de accidentes muy próximo al lugar donde se produjo el trágico siniestro mortal del sábado. Esa modificación llevó a reducir el doble carril de subida desde Bertamiráns, que finaliza justo en el punto donde se produjo el último siniestro mortal.

Los usuarios habituales de la AC-544 saben de su peligrosidad por la intersección a Brión. Aunque es un tramo en recta, está precedido de un cambio de rasante. Además, la curva posterior va cerrándose, lo que obliga a reducir la velocidad si se baja para Bertamiráns o si el vehículo circula en sentido contrario adelantando en el doble carril, por la inercia que ejerce hacia el lado izquierdo. La peligrosidad del tramo aumenta aún más si cabe en días de lluvia o niebla con mala visibilidad, y con la presencia de hojas y aceite en el firme, condiciones en las que deben extremarse aún más las precauciones en un tramo en el que la velocidad máxima está limitada a 90 kilómetros por hora. 

Precedentes trágicos

El trágico accidente del sábado, en el que murieron un padre y su hija, quienes residían en Santiago, es el más grave de los registrados en los últimos años, pero no el único mortal en esa vía. El 5 de febrero del 2018, en Portanxil, unos kilómetros antes del lugar del siniestro del sábado, otro accidente le costó la vida a una septuagenaria de Santa Comba. Fue también una colisión entre dos vehículos, justo donde un mes antes había ocurrido otro accidente que dejó herida de gravedad a una mujer embarazada.

Pero el macabro historial que acredita la peligrosidad de la carretera viene de más atrás. En agosto del 2015 un motorista pereció en un siniestro a la altura de la rotonda de acceso a la factoría de Feiraco. Y en octubre del 2010 un octogenario fue atropellado al cruzar de noche tres carriles en la zona de las curvas de Reino, en Transmonte, donde los vecinos exigieron medidas de seguridad como un paso peatonal elevado. La Xunta aseguró al Concello de Ames en el 2011 que estaba redactando el proyecto, pero no se ha vuelto a saber nada.