Son herederos de una tradición secular, de quienes afinaron sus notas en las fiestas y conservaron zarzuelas, muiñeiras y pasodobles en repertorios que buscan actualizar
28 oct 2022 . Actualizado a las 13:01 h.Las bandas de música populares son a los melómanos lo que un equipo de fútbol a los aficionados al balompié: cada uno puede tener sus preferencias entre formaciones de la comunidad, pero siempre tendrá un hueco para la de su tierra. En el área de Santiago se contabilizan más de una decena de formaciones, en varios casos por encima del siglo de antigüedad. La Municipal de Santiago es una de ellas, con origen en el año 1848 y una profesionalización que comenzó de mano del Concello hacia 1876. También la Banda de Arca do Pino celebrará sus primeros 160 años en el 2024, mientras la de Visantoña (Santiso) alcanza los 145 años y la de Santa Cruz de Ribadulla roza el siglo de existencia. Otras, como las de Padrón, Ordes y Arzúa, retomaron hace años la actividad tras parones desde sus primeras referencias históricas. En casos, como la Unión Musical de Ponteledesma, el origen reciente hunde sus raíces en la suma de formaciones desaparecidas, mientras municipios como Teo muestran la pujanza de la música con dos formaciones en plena actividad. Formaciones como las de Negreira y Brión completan una tradición que conservó el legado de la música popular desde siempre.
Fueron, con los grupos de gaitas, los primeros que animaron a bailar a los asistentes a las fiestas populares, y los encargados de hacer llegar a cada parroquia de la geografía gallega unos repertorios que sumaban zarzuelas, muiñeiras, jotas y pasodobles. Fueron los intérpretes del Ponteareas de Soutullo, antes de que llegase al cambio de guardia de Buckingham, y en sus repertorios estaba La Revoltosa antes de que Luis Cobos le añadiese batería electrónica.
Unos repertorios que buscan modificar en muchos casos, para ampliar su público entre la gente de menor edad, porque entre los mayores lo tienen garantizado. Son músicos que se forman en las propias escuelas que gestionan la gran mayoría de bandas, en muchos casos con apoyo municipal. Son los integrantes de las bandas populares y de los colectivos que las sustentan, verdaderos dinamizadores culturales.
Ordes plantea innovar para ampliar su público
La Banda de Ordes nació a principios de los años 90, con el impulso entusiasta de la Asociación Cultural Amigos da Música de Ordes. Recuperaba el espíritu de la histórica formación local que en su corta trayectoria (1931-1934) llegó a tocar en la visita del presidente republicano Niceto Alcalá Zamora a la localidad.
En la actualidad, Quique Lagares (A Coruña, 1993) lleva la batuta de la formación integrada por 38 músicos: desde Lorenzo Montaldo, de 9 años, y Noa Figueira, de 12, a Carlos A. Gómez, que con 75 continúa con la tuba. La formación se nutre de músicos formados en la escuela municipal y otros procedentes del Conservatorio de Santiago: «Temos un bo nivel», comenta Lagares. Explica la actividad en que se centra la banda estas semanas: el concierto temático de Santa Icía, que será el sábado 26 de noviembre y versará sobre el Camino Inglés, interpretando piezas de Escocia, Irlanda y Reino Unido, para finalizar en Galicia con un popurrí de Fuxan os Ventos, en el que la Banda de Ordes estará acompañada por los coros de Arca y Oza-Cesuras, por lo que se reunirán 80 músicos sobre el escenario.
Lagares tiene fácil recordar el día que se hizo cargo de la Banda de Ordes: «O 14 de marzo do 2020, o día anterior a decretarse a pandemia, que fixo estragos». En esta formación redujo el medio centenar de músicos a 38, y señala que fue una tendencia general, con menos alumnos también en escuelas de música. El director pretende innovar para «gañar máis adeptos ao público que xa temos, e que é fiel». Plantea colaborar con algún grupo de baile tradicional para sus actuaciones, y también la posibilidad de que las bandas actúen en verbenas.
Ponteledesma, banda interprovincial
Su presidente, Víctor Gómez, alerta de la pérdida de alumnos que registra la escuela
[O. P.] La Banda Unión Musical de Ponteledesma es una formación a caballo entre dos provincias: con el nombre de una parroquia de Boqueixón (A Coruña), tiene su sede en el cruceño auditorio de Gres (Pontevedra), que lleva el nombre del primer director de la formación, Bernardo García del Río. El presidente de la banda es Víctor Gómez Iglesias, que lleva 14 de sus 21 años pegado al trombón. Explica que la formación suma alrededor de medio centenar de músicos, pero lamenta el desapego que causó la pandemia: «Desvinculounos un pouco da vida real, e houbo quen xa non retornou á banda. En anteriores xeracións, a banda era o primeiro, pero hoxe están as novas tecnoloxías e outras modas», que relegan un tanto la música entre los más jóvenes.
Y advierte de que esta situación está provocando que la cantera bandística se resienta: «Hai oito anos tiñamos 60 rapaces na escola da banda, e este curso son 20. Tamén é certo que cada vez hai menos nenos no rural, e teñen máis variedade de actividades para facer. Pero sen escola, a banda non podería continuar existindo», y asegura que ese descenso en el relevo es general en toda Galicia. En el caso de la Unión Musical de Ponteledesma estima que la edad media no llega a los veinticinco años. Cada temporada, antes de la pandemia, podían llegar a ofrecer treinta conciertos; la actividad se va recuperando, y la formación organiza cada mes de julio un festival de bandas en las islas de Gres
«A xente maior é un público fiel: o que máis lle gusta é a banda, e véñente ver cando actúas pola contorna». La Unión Musical de Ponteledesma cuenta con destacados premios en su trayectoria, iniciada en 1987. Venció en la sección segunda del Certamen Gallego de Bandas en el 2012, y en el 2016 en el Internacional de Toro (Zamora). También logró el primer puesto en convocatorias de la Diputación de Pontevedra en el 2002 y 2004. Celebrarán el concierto de Santa Icía el 3 de diciembre.
Fuerte potencial en Teo, que suma dos formaciones
El municipio de Teo mantiene un fuerte potencial en el apartado bandístico, con dos formaciones en activo. Se trata de la banda de música de la Sociedad Recreativa San Xoán de Calo y de la Cultural de Teo. La primera de ellas inició su andadura en 1985. Fue la primera banda de música que participó en el festival intercéltico de Lorient, en Francia, en el año 2011. Hoy en sus conciertos reúnen en torno a 45 músicos: lo harán en Santa Icía, el 26 de noviembre, junto con los grupos de música tradicional de la sociedad de Calo.
Por su parte, la banda Cultural de Teo nació en 1989, con diecinueve integrantes, frente a los sesenta de media en la actualidad. La formación organiza el Festival de Bandas de Teo, con última edición en el año 2019 y frenazo posterior por la pandemia, pero que pretenden retomar en el entorno de la próxima Semana Santa. Celebrarán Santa Icía el 3 de diciembre, con un concierto para sus socios en su local de Fontenlo, y posterior almuerzo.
«La banda de Negreira tiene unas posibilidades impresionantes»
Su director afirma que «hay que explotarlo todo»
[EMILIO FORJÁN] La Banda de Música Ateneo de Negreira comenzó su andadura en julio de 1998 de la mano del entonces director de la Escola Municipal de Música, Vicente Martín Arastey. Actualmente, su director es Raúl Martín Niñerola, quien a la vez ejerce también de director de la escuela de música. Accedió al cargo a finales del 2004 y, desde entonces, la joven banda no ha parado de crecer y, siempre, con su filosofía de nutrirse de alumnos de la escuela. Cuenta con una treintena de músicos —ocho estudian el grado profesional en Santiago—, que ofrecen conciertos como el de Santa Cecilia, el de las Letras Galegas y, organiza el Festival de Bandas de septiembre, además del concierto por San Cristovo. Forman parte del circuito cultural de la Deputación da Coruña, lo que este 2022 les llevó a tocar en Ames, Boiro o Muxía, además de ofrecer seis conciertos en las parroquias de Negreira. En septiembre pasado actuaron como banda invitada en las fiestas de Ponferrada (León).
La Banda Ateneo es un motivo de orgullo para Negreira y sus gentes. Sus conciertos son arropados por numeroso público. Actualmente se halla inmersa en la preparación de su concierto de Santa Cecilia, el sábado 26 de noviembre. Raúl adelanta que será un concierto de solistas. «Abriremos con Romance, del compositor Andrés Valero, una obra para muchos instrumentos solistas. Después sí que tocamos obras de instrumentos solistas», avanza. Con vistas a las Letras Galegas, cuenta que está confirmado un concierto temático con el grupo de música tradicional Ailá, a semejanza del realizado con Ultreia. «Creo que es importante buscar distintos tipos de música para que gente de todas las edades pueda acercarse a escuchar a la banda, que es lo que solemos hacer como en el concierto de bandas sonoras», dice Raúl Martín, quien asume que «la banda tiene unas posibilidades impresionantes, y hay que explotarlo todo». Está «muy satisfecho», porque sus miembros, dice, «siempre cumplen con las expectativas», en los todos retos que plantea.
Raúl Martín Niñerola procede de una estirpe familiar de músicos de la cuna de las bandas de música valencianas: Llíria. Allí, precisamente, comenzó sus estudios en su conservatorio, obteniendo el título de profesor de percusión para poco tiempo después licenciarse en composición en el Conservatorio Manuel Murguía (A Coruña). De su obra como compositor destacan A Revolta Irmandiña, ganadora del concurso de composición de bandas de música de Galicia; o L´ermita de Santa Bárbara, estrenada por la Banda Primitiva de Llíria en el Palau de las Arts, bajo la batuta de Andrés Valero.
Una familia musical de historia centenaria
La banda de Visantoña suma 145 años de trayectoria como dinamizadora cultural del interior coruñés
[NATALIA NOGUEROL] «Grazas a este banda podo dicir que eu hoxe son frautista profesional e me dedico a isto». Es Uxía García y lleva vinculada a la banda de la que habla —la de Visantoña— desde hace dos décadas. Tiene 25 años esta titulada por el Conservatorio Superior de A Coruña que dirige la escuela de música en la que ingresó con solo 5 años «porque meus pais consideraron que era unha boa actividade para min e para o meu irmán», cuenta. En solo dos frases, esta vecina de Vilantime, una parroquia de Arzúa aledaña a Visantoña, resume el incalculable legado de una formación con 145 años de trayectoria ininterrumpida. Ni la dictadura fue capaz de imponer silencio en una formación que se mantiene a lo largo del tiempo con el tesón vecinal que encarnaron músicos como el ya finado Eugenio Pazos Reyes. El que fuera director de la banda de Visantoña durante casi cuarenta años da nombre merecidamente a la escuela de música que funciona como resorte de la agrupación instrumental.
Sesenta alumnos adquieren formación elemental en la escuela, de la que su directora defiende como principal ventaja frente a los conservatorios «o ambiente familiar que hai». Es una cualidad extensible a la banda, por la que pasaron generaciones de músicos tanto de Santiso, concello al que pertenece Visantoña, como de los demás municipios del interior coruñés. Corrobora Uxía García, también vicepresidenta de la asociación cultural que ampara la agrupación y su escuela, que «non hai ninguén na banda que non teña un familiar que non formase parte dela». Bajo la batuta de Alejandro Corral, 37 personas integran hoy la formación de Visantoña, con músicos, tanto que se dedican profesionalmente a la música como no, que tocan, como dice Uxía, «por amor ao que estamos facendo». Ese trabajo desinteresado continúa haciendo de la banda y de su escuela «un centro cultural que dinamiza Santiso, e os concellos da contorna».
La «banda revolución» con un repertorio propio de pop-rock
La singular BMA se consolida en Arzúa con casi 80 músicos
[NATALIA NOGUEROL] Revolucionaron la escena de las bandas populares en Galicia, abriéndoles camino en los festivales eclécticos —en el impulsado por Luz Casal en Boimorto, el público corea los temas que interpretan—, con un innovador repertorio que convirtieron en seña de identidad. La BMA —acrónimo de Banda de Música de Arzúa— es una formación que, en menos de una década, sextuplicó su número de miembros. «Cando empezamos coa refundación no 2014, eramos catorce, e agora temos unha banda moi potente tanto a nivel musical como de número; somos setenta e tres, e, no que queda de ano, superaremos os oitenta», apunta Jesús Alberto García Medraño.
Quien echa cuentas fue, con 15 años, el director de banda más joven de toda España, un clarinetista natural de Vigo de 45 años que, desde hace más de dos décadas, dirige el conservatorio de grado medio de Arzúa, y, desde hace un lustro, lleva la batuta de la banda de música, tal y como hoy la conoce el respetable. Es una apuesta personal de Medraño, que imprimió su sello particular a la banda «con un repertorio pop-rock dos anos 70, 80 e 90 que resulta máis próximo ao gusto dos músicos, e que, ademais, nos conecta con diferentes xeracións ata as máis novas, arrastrando moitísima xente», explica.
Para este licenciado en Dirección de Banda por la Royal Schools of Music de Londres, el talante conciliador y su defensa del proyecto «por riba da persoa» también resultaron determinantes en el éxito de la banda, que reúne a músicos desde los 11 hasta los 67 años. Merchandising, página web, escenario y técnicos propios son, entre otros, recursos que también posicionan la banda, con un repertorio exclusivo y en continua actualización en el que trabaja el propio director. La partitura e instrumentalización de cada tema le consumen, cuenta, «unha cantidade inxente de horas de traballo». El resultado: hasta tres nuevos arreglos cada año.
Con un caché de hasta 7.000 euros por hora y media de concierto, la BMA, constituida en asociación con José Antonio Corral como presidente, se prepara ahora para dar el salto al escenario de las grandes ciudades.
La joven banda que también reivindica la tradición en Touro
[NATALIA NOGUEROL] La banda de música Isabel II de Touro tiene lo más importante para seguir cumpliendo años: gente joven con ilusión. Solo dos décadas suma esta formación integrada por 35 miembros, entre los que el más veterano «non chega aos 50», cuenta Manolo Rodríguez Calvo, presidente, desde hace un lustro, de la asociación que da cobijo legal a una banda con «moitos» jóvenes que rondan la veintena. «Síntome moi orgulloso das ganas e dos ánimos que lles vexo aos rapaces», afirma este vecino de Touro, que apoya en esa percepción su confianza en que la agrupación «siga moitos anos».
Permanecer en pie tiene más que mérito en un concello que, como Touro, no escapa de la pérdida de población que acusa el rural gallego. La banda se nutre de la escuela de música, adscrita a la asociación, desde la que su presidente apunta que «se captamos tres-catro alumnos novos cada ano é moito», porque al declive poblacional se une una programación para escolares «con moitas actividades», indica. Las circunstancias no merman la salud de la que goza la formación, que, este año, recuperó el ritmo de actuaciones que había ralentizado la pandemia.
La respuesta del público es un espaldarazo a la banda, que llega a prolongar más de media hora sus conciertos «porque a xente amósase animada, e con moitas ganas de escoitar», cuenta Manolo Rodríguez, que subraya el voluntariado cultural que ejercen todos los músicos que integran la formación. De entre todos sus miembros, solo dos son profesionales «que viven da música, aínda que non da banda», apunta. Uno de ellos es Ramón López Couso, que dirige una agrupación «moi nova, moi recente», pero representativa de la «moita tradición musical de Touro», reivindica el presidente de la asociación. Cuenta al hilo que, hasta la constitución de la banda, «as parroquias de Touro fornecían de músicos ás bandas da zona». José Iglesias Neira y Xosé Lodeiro fueron, según recuerda, algunos de esos músicos que, finalmente, se unieron para fundar una banda propia que recuerda con su nombre que Touro «é o único concello galego que leva as insignias da raíña Isabel II de España no seu escudo», explica.
Santa Cruz de Ribadulla roza el siglo de tradición
La banda de la parroquia de Vedra está en forma con 50 músicos y 100 alumnos
[S. GÓMEZ] Fundada en 1927 por Juan López, la Banda de Música de Santa Cruz de Ribadulla es una de mayor tradición de la provincia de A Coruña. También una de las de mayor proyección, actividad y formación. Con más de 50 miembros y un centenar de alumnos, su director es Alejandro Cimadevila, quien en el 2006 recibió el primer premio a la Excelencia Musical de Galicia.
«A actividade baixou dende o covid, pero este ano xa fomos recuperándonos». El que habla es Gustavo Pazos Alonso, presidente de la agrupación y uno de sus miembros más longevos: «É unha banda moza, o máis maior é José Nogueiras, que ten 75 anos e que este mesmo ano cumprirá 60 como membro da banda, que se din pronto». El gran grueso de los componentes rondan los 15 y los 25, siendo la mayoría estudiantes de conservatorio: «Algún xa rematou a carreira, pero iso axuda moito, tamén para que máis xente moza se interese nisto».
Con actuaciones en Portugal, Zamora, Madrid, Barcelona o Valencia, el grueso de su actividad se ciñe «a Galicia, e sobre todo á provincia da Coruña, aínda que tamén nos movemos por fóra», reconoce el propio Pazos Alonso.
El futuro, admite, por el momento está garantizado en todos los jóvenes de Vedra que, a pesar de todas las distracciones, siguen entrando por las puertas de la escuela y de la banda: «Por agora non temos problema, a cousa segue indo ben. Non nos podemos queixar».
El camino que arrancó Juan López tras volver a la tierra de sus padres en 1927 continúa ahora con Alejandro Cimadevila al frente, acompañado por Gustavo Pazos y los nuevos talentos que mantienen muy viva la tradición y tradición de la Banda de Música de Santa Cruz de Ribadulla, que tiene en el Pazo de Ortigueira el lugar de la parroquia de Vedra en el que la música se convierte en pura arte.
Padrón, la unión de tres formaciones en los años 5
[O. P.] La Banda Municipal de Padrón nació en la década de los 50, con la unión de tres formaciones del municipio: las bandas de O Silleiro, O Carrandán y la de Padrón. Con Tomás Beteta adquirió su mayor fama al ganar a finales de los 60 el certamen de bandas de música de Vigo, y también venció en Galimusic en 1996. Tras una década de parón, retomó su actividad en el año 2008. En la actualidad en torno a 40 músicos actúan con la formación, que colabora con una escuela municipal de música con unos 70 alumnos. La Municipal de Padrón organiza cada domingo de Pascuilla su festival Capital do Sar, para acercar hasta la localidad a la mayoría de bandas gallegas. El próximo 26 de noviembre celebrará con un concierto en el auditorio padronés la festividad de Santa Icía.
Municipal de Brión, heredera de la agrupación da Luaña
[O. P.] La Banda Municipal de Brión nació en el año 1997, como heredera de la banda da Luaña, constituida a principios del siglo XX. Son alrededor de 40 músicos los que actúan en cada concierto que ofrecen a lo largo de la geografía gallega, así como en las parroquias del municipio. Su próxima actuación será en el concierto de Santa Icía, que esperan llevar a cabo en la iglesia de Bastavales el día 26 de noviembre. La formación que dirige Jorge Rey organiza cada año un certamen de bandas que en esta ocasión se desarrolló este mes, con la banda de Ordes como agrupación invitada. Son imprescindibles sus conciertos en Santa Minia, el Día das Letras Galegas y también en Navidad, cuando suelen contar con la colaboración de un solista.
Nueva y entusiasta etapa en la centenaria banda de Arca
[N. NOGUEROL] Andrés Pérez Fernández asumió hace un año la responsabilidad de dirigir una banda centenaria como es la de Arca, en O Pino. Como formación tradicional que es, los pasodobles, jotas, muiñeiras y la música ligera forman parte de un repertorio en el que este músico teense de 35 años trabaja para introducir estilos nuevos. Recuperado en verano el ritmo de actividad previo a la pandemia, la banda de Arca avanza hacia sus 160 años de historia —será en 2024— con un entusiasta y generoso capital humano —cuarenta músicos que, como en la inmensa mayoría de las bandas populares gallegas, no cobran— y la garantía de futuro de una escuela de música que forma a la cantera.