En Oroso reside desde hace mucho tiempo un grupo de inmigrantes de varias naciones. Son más de los que parecen, porque están bien integrados y tan solo algunos de ellos se distinguen de un gallego descendiente de los castreños porque resulta inevitable: hay personas de raza negra con hijos muy queridos en el instituto o madres con la cabeza cubierta que las identifica como musulmanas cuyas hijas van disfrazadas en Carnaval como cualquiera de su aula. En ese sentido Oroso es ejemplar, y más municipios de la comarca, también.
¿La fórmula, además de haber tenido suerte con esos inmigrantes, porque idiotas existen en todas partes? Haberlos recibido con los brazos abiertos por parte orosina y haber hecho un notable esfuerzo de asimilación por parte de los recién llegados. Si a alguien le hubiera dado por mover la matraca de la multiculturalidad el resultado hubiera sido otro y mucho peor.
Debería explicárseles esto al nutrido grupo de Mali que se ha instalado en el Monte do Gozo. Nuestro modelo de sociedad funciona y el suyo no, por eso han escapado de aquel y buscan refugio en este, donde, una vez más, también hay idiotas que no los querrán ni en pintura. Se está haciendo un notable esfuerzo por parte de la Xunta y de organismos privados y la manera de agradecerlo no es otra que respetando esa sociedad que los acoge, lo cual implica asumir públicamente nuestra cultura y practicar en privado lo que quieran practicar, siempre con respeto absoluto a las leyes. Y, por cierto, eso incluye explicarles que aquí las mujeres poseen los mismos derechos que los hombres.
Son jóvenes que tienen una magnifica oportunidad en la vida. Ojalá que no la desperdicien. Bienvenidos.