El joven de Zaragoza, que puso la denuncia en el 2006, cayó al perder el control de su bicicleta en el bache de una alcantarilla que todavía no ha sido reparada
09 ene 2008 . Actualizado a las 10:53 h.Después de recorrer 769 kilómetros, la distancia entre Saint Jean Pied de Port y Compostela, en bicicleta lo último que podía imaginar Javier Correas Hueso era que su peregrinaje se iba a ver truncado por un defecto en la tapa de una alcantarilla justo a la entrada del tramo urbano del Camino Francés. Pero así fue. Javier hacia su viaje acompañado de otra amiga, que también iba en bicicleta. Según comentó, el 9 de agosto del 2006 estaba llegando a Santiago, justo en la rotonda de entrada al barrio de San Lázaro, cuando un coche hizo una maniobra extraña y, para evitar chocar, se desplazó al arcén. En cuestión de segundos miró a su compañera que iba detrás y lo siguiente fue una monumental caída. La rueda delantera de su bicicleta se topó con un bache. Javier salió despedido por encima del manillar para caer sobre el asfalto. El resultado fue la clavícula rota y con ella se rompieron todas las posibilidades de cumplir con uno de los rituales de los peregrinos: el abrazo al Apóstol se quedó en un mero amago.
El bache, situado en el arcén junto a la primera casa de la derecha después de la rotonda de San Lázaro, tenía una profundidad de varios centímetros. En realidad se trataba de una tapa de alcantarilla enterrada en el arcén. En el verano del 2006, la tapa del registro del alcantarillado tenía este aspecto: exactamente el mismo que presentaba ayer. Pese a los diecisiete meses transcurridos desde la caída, el bache sigue igual. Lo curioso es que el Ayuntamiento tuvo conocimiento de lo sucedido en diciembre de ese mismo año, cuando recibió la solicitud de indemnización por parte del herido. Javier Correas tendría que espera un año, para que en agosto del pasado año, recibiera la confirmación de la Secretaría del Concello en la que efectivamente se confirma el «silencio administrativo».
Ante la falta de respuesta, la compañía aseguradora del joven peregrino zaragozano recurrió a la vía contencioso-administrativa y le reclama al Ayuntamiento de Santiago 5.042 euros en concepto de indemnización por los daños sufridos. El próximo mes de mayo se celebrará la primera vista y, mientras tanto, el defecto en la vía urbana sigue sin ser resuelto. El peregrino tiene secuelas en el hombro afectado, que le ha supuesto una incapacidad permanente.